La semana pasada, con los últimos días de diciembre que iban siendo tachados en el calendario, se publicó la resolución N° 149/2010 en el Boletín Oficial, que establece aumentos en los precios de todos los trámites registrales para aquellos que decidan entrar al mercado de las agencias de viajes, ante el Ministerio de Turismo.
Lejos de ser una medida controversial, como podría sonar un incremento en los valores o “tarifazo” en cualquier otra actividad, parece que no ha causado cortocircuitos entre los representantes del sector, que ven con buenos ojos la actualización que impuso el titular de la cartera de Turismo Nacional.

Actualización    
“Esto no fue pedido de manera formal o expresa pero lo notamos en los almuerzos que tuvimos con cerca de 70 u 80 agentes de viajes donde hablamos del proyecto de ley de agencias. En cada uno de ellos surgió la liviandad o facilidad que tenía abrir una agencia por el monto implicado”. Así explicó a Mensajero los orígenes del aumento, Santiago Aramburu, jefe del Área de Registro de Agencias de Viaje.
Sin cambios desde 2004, los costos administrativos desde 2011 sufrirán incrementos que varían entre el 200 y 400 por ciento, dependiendo del tipo de trámite. La justificación brindada en la comunicación oficial explica que “atendiendo a las condiciones imperantes en la economía general” se aplica un aumento en los aranceles ya que esos “términos se adecuan con mayor realismo a la protección del turista y al crecimiento de la actividad económica que se desenvuelve a través de las agencias de viajes”, a fin de lograr “un sistema competitivo en materia turística”.
Si bien se trata de aumentos que a priori parecen altos por sus valores porcentuales, al analizarlos es posible verificar que los importes que se manejaban hasta el momento eran bajos -600 pesos para obtener el permiso precario o la licencia provisoria-, y que aún podrían subir más a fin de establecer una barrera más alta para limitar el ingreso, con la intención de jerarquizar al sector de agencias de viajes, evitando la entrada al mercado de quienes desean hacer un negocio rápido y no sustentable a partir del Turismo.
De hecho, este podría no ser el único aumento que sufra la actividad. Hacia su parte final, el comunicado establece que los aranceles “deben ser constantemente adecuados a montos acordes con la realidad”, y en una economía, como la Argentina, sujeta a posibles cambios permanentes por la inestabilidad, es un punto a tener en cuenta.
“Más allá de actualizar un arancel, en un futuro lo que hay que ajustar tiene que ver con un seguro de caución o cualquier otro seguro, en base a lo que uno factura.
Hay coincidencia en gran parte de las agencias en que no es lo mismo un seguro para alguien que organiza y vende diez o veinte viajes al año, que el tipo que tiene un volumen de cientos al mes”, confió el Jefe del Área de Registro de Agencias de Viaje.

No se olviden de los chicos
Posiblemente, al no tratarse de una medida inesperada, no se generó un sentimiento de rechazo dentro de los agentes de viajes. De hecho, desde el organismo oficial de Turismo afirmaron que la medida fue emitida con seguridad de que no tendría voces en contra ya que desde las asociaciones “esperaban una medida de esta naturaleza”. Consultado por este medio, Fabricio di Giambattista, presidente de AVIABUE, se mostró conforme con la medida ya que le parece “lógica”, aunque destacó que hay más temas por resolver “como con respecto a los asesores turísticos, para que se incluyan en la actividad con una formalidad mayor”.
Si bien la suma total de los aranceles para crear una nueva agencia de viaje no son abrumadores, “en un segmento donde entre el 85 y el 90 por ciento de las agencias de viajes son pequeñas y medianas empresas (PyMes), que tienen menos de cinco empleados, un gasto, aunque sea mínimo, le mueve un poco la estantería. A este segmento puede hacerlo pensar dos veces antes de continuar el proyecto”, dijo Aramburu.
En este sentido, Di Giambattista expuso que “está bien que se aumente el ingreso, teniendo en cuenta que hay un límite. Pero hay que tener cuidado con los montos demasiado elevados que después generen que sólo puedan entrar grandes actores, algo que sería contraproducente”.

No es suficiente
Tomás Ryan, presidente de Ryan’s Travel, en diálogo con Mensajero, brindó sus impresiones: “Yo creo que lo que se pagaba eran miserias, y muchos pedían permiso precario, porque no pagaban un c..., y cuando llegaba el momento de seguir con las demás cosas, no seguían. Me parece bárbaro que se le de importancia a los aranceles y los controles, pero no creo que tenga incidencia en la profesionalización”.
Por su parte, Daniel Manfredi, titular de Rumbo Viajes, le restó importancia al tema, y remarcó la importancia de la capacitación: “no es un tema de mayor trascendencia. Los aranceles siguen siendo accesibles para quien quiera montar una agencia de viajes, deberían invertir más dinero en capacitaci&oa