La erupción del complejo volcánico Puyehue Cordón-Caulle, ubicado en la región chilena de Los Lagos, dentro de la Cordillera de los Andes, tiene en vilo a gran parte del país. La espectacularidad de lo ocurrido junto a las proporciones y las consecuencias que provoca la caída de cenizas, lo transformaron en el tema de los medios.
Con la temporada de invierno a punto de comenzar, a varios destinos tradicionales para vacacionar en esta época del año se le ha encendido una luz de aviso. Si bien de momento no se puede hablar con mucha certeza, las estimaciones y antecedentes en una región que ha sido golpeada en años consecutivos por otro volcán (Chaitén, 2008) y por la Gripe A y la crisis económica mundial (en 2009), no son los mejores.
Tras un 2010 alentador, y con mejoras y proyecciones a futuro en varios de estos lugares, como la reciente renovación de imagen de Bariloche y la confirmación del Mundial Interski 2015 en nuestro país, el producto “invierno” ganaba cada vez más espacio en las elecciones de los turistas a la hora de decidir sus vacaciones. Sin embargo, este imprevisto de la naturaleza es mínimo un bache en el camino allanado que muchos destinos buscaban transitar en este 2011.

Despertar bajo un manto gris
Aunque principalmente está afectando a las provincias de Río Negro, Neuquén y Chubut, la lluvia de cenizas atravesó el país, llegando inclusive hasta la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que el último jueves se despertó con una leve capa gris sobre su superficie. Por varios días, la mayoría de los vuelos del país se vieron afectados. De hecho, Aerolíneas Argentinas y Austral informaron que continuaba vigente la suspensión, inclusive hasta el 21 de junio, de los vuelos desde el Aeroparque Jorge Newbery al aeropuerto de Bariloche.
Ocultar la preocupación que existe en el sector por los efectos en el turismo, sería como intentar esconder un elefante detrás de un palo de escoba.  Falta menos de un mes para que comience la temporada alta de esquí, que sabe atraer cada año varios cientos de miles de turistas, muchos de ellos extranjeros.

Con la temporada a punto de iniciar
Bariloche, uno de los destinos más castigados por las cenizas del volcán Puyehue junto a Villa La Angostura, recibe sólo en concepto de turismo estudiantil, 100.000 turistas entre junio y diciembre, que se acoplan a todos aquellos que se dirigen allí a disfrutar de sus vacaciones de invierno, como los 30.000 brasileños proyectados, en 200 vuelos chárters. Marcelo Cascón, intendente de la localidad, manifestó que aunque la temporada alta “todavía no se ha reprogramado”, aún no hay nada definido porque “se está evaluando la situación día con día”.
Si bien el volcán Puyehue disminuyó su actividad sísmica, los concejales de Bariloche y Villa la Angostura declararon el estado de emergencia para sus localidades, en procura de minimizar las consecuencias económicas y sociales que está ocasionando la lluvia de ceniza volcánica que paralizó las actividades escolares y administrativas en la región.
Otros destinos, no afectados directamente por la ceniza volcánica, también sienten los efectos del incidente. Según palabras del presidente del Instituto Fueguino de Turismo, Pablo Pfurr, en su provincia los problemas con la conectividad aérea causaron pasajeros varados, impidiendo el “recambio”.

En busca de ayuda
Para paliar la situación, legisladores nacionales de Neuquén presentaron un proyecto de ley en el Congreso para que se declare la emergencia en la zona Sur y Oeste de esa provincia como también en Río Negro. El objetivo detrás de esta medida es reparar fundamentalmente el sector turístico por los perjuicios económicos ocasionados por la reciente erupción. Es que en la región afectada por las cenizas volcánicas, la actividad económica más importante es el turismo, pero este sector no entra dentro de la cobertura de la ley Nº 26.509, que creó el Sistema Nacional para la Prevención y Desastres Agropecuarios. Por eso, según los funcionarios, se requiere de una herramienta legal que permita compensar los perjuicios de las economías locales en esa parte del país. “Como la principal actividad productiva de la zona es el turismo, requiere del más amplio resguardo”, explicaron.
Más allá de la ceniza, otra amenaza creciente es la desinformación. Los medios gozan de gran influencia en la gente, más aún si se trata de extranjeros. Verónica Bonifacio, directora de Turismo de Esquel  mostró preocupación por este aspecto y aseguró: “Mucha gente cree que porque se suspendieron los vuelos a la Patagonia estamos todos afectados por el problema pero aquí no tenemos cenizas”.

No para todos es “gris”
Pero no todos los destinos de invierno se verán perjudicados por las emanaciones del volcán Puyehue. Mientras algunas provincias lamentan las consecuencias de esa lluvia que aleja el turismo hacia otras latitudes, otras se benefician por la relación simétrica que se produce como efecto colateral de esta situación, muchos turistas podrían estar cambiando de planes con respecto a sus vacaciones, pasando de los destinos afectados a otros.
Ya durante la semana pasada, se pudo escuchar a Luis Böhm, secretario de Turismo de Mendoza, decir que su provincia seguramente va a “canalizar algo de la demanda de los centros de esquí más afectados, dependiendo de las condiciones de nieve en la provincia”. Con 18.000 camas hoteleras, y 20.000 turistas que se esperan durante el desarrollo de la Copa América en pleno mes de julio (a los cuales se sumarían algunos miles más por aquellos que asistan a los partidos a disputarse en San Juan), los mendocinos deberán prepararse en todo sentido si tienen alguna esperanza de recibir a los turistas que decidan cambiar de destino.
Tierra del Fuego podría ser otro de los destinos de nieve beneficiados de continuar la tendencia.  Sin embargo, Pfurr, presidente del In.Fue.Tur, se mostró solidario con sus colegas: “lamentamos profundamente que haya pasajeros que desistan de su viaje a las zonas que hoy se encuentran afectadas por el Volcán Puyehue y por efecto rebote planeen viajar a Tierra del Fuego”, confió el funcionario y agregó que no se encuentran realizando ningún tipo de especulación ni proyección al respecto porque están “a la espera de que prontamente se resuelva el conflicto y que aquellas regiones patagónicas que se han visto realmente afectadas, encuentren una pronta salida a esta situación de manera de no ver perjudicada su temporada invernal”.

Luz al final del túnel
Aunque confirma que seguramente bajará el ingreso de visitantes y que aún no saben cómo afectará este hecho a futuro, Daniel González, secretario de Turismo de Bariloche, cree que “la ciudad recobrará su habitual movimiento. Ya pasamos episodios similares como el del Chaitén en 2008 o como la propia gripe A”. Además, con optimismo, afirmó que “la capa de ceniza quedará cubierta por la nieve y se podrá esquiar con normalidad”.
La llegada de los brasileros recién será en julio y agosto, así que no debería afectar demasiado si, como todos esperan, las cenizas dejan de caer en los próximos días, liberando el espacio aéreo prontamente.
Tanto para perjudicados como beneficiados resta lo mismo, esperar. La única certeza es que el invierno va a llegar seguro en una semana y para entonces lo que hasta hoy parecía de color negro pase nuevamente al verde esperanza.

Chaitén, último antecedente
Luego de siglos sin actividad, el 2 de mayo de 2008 entró en erupción el volcán chileno Chaitén, produciendo masivas evacuaciones de la población de la ciudad homónima y alrededores.
En Argentina, la nube volcánica, además de seguir complicando a las localidades cordilleranas, llegó rápido hasta la ciudad de Viedma, en las costas del mar Argentino, debiendo suspender clases y toda actividad en el sector sur de la provincia de Río Negro. Con la aparición del viento norte las cenizas se esparcieron por gran parte del sur argentino, y los vientos con ceniza llegaron a Buenos Aires al día siguiente. Por esto, varias empresas aéreas suspendieron sus vuelos con escalas en la Capital Federal ya que las cenizas se encontraban suspendidas a 3.500 m de altura.