Los factores son varios y complejos. Todos están conjugados para que el camino al subsidio cero sea imposible para el 2019, tal como estaba planeado. 

Por un lado, el barril del crudo sufrió un alza que afectó al mercado aerocomercial a nivel global, algo que no estaba previsto en el presupuesto de Aerolíneas Argentinas, ya que fue cotizado un 10 por ciento menos que la valoración de IATA, y es quizás la punta de lanza de todos los conflictos, junto con la constante subida del dólar que no da respiro al sector. 

Historia del déficit

Con una empresa canibalizada por Marsans, en el 2008, y bajo la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, Aerolíneas Argentinas fue finalmente reestatizada. Para ese entonces, y según su ex presidente -Mariano Recalde-, “el déficit anual trepaba los 900 millones de dólares”. Al final de su gestión (en 2015), el actual legislador porteño entregó el mando con cerca de 670 millones de dólares de déficit. 

“Cuando nos tocó recibir la empresa, no tenía flota ya que los pocos aviones que había eran viejos, tenía un servicio muy malo, mucha deuda y un déficit operativo escandaloso. Había dos caminos para seguir: uno era achicarse, ajustar, cerrar rutas, despedir gente;  el otro era crecer, invertir para que toda esa estructura que tenía AR, pudiera empezar a justificarse y ese camino fue el que tomamos”, comentó Mariano Recalde en el programa de Mensajero Producciones, “Ciudadanos del Mundo”, en Radio con Vos, quien también sostuvo que renovaron toda la flota, invirtieron en mantenimiento, en la formación de pilotos, en desendeudar a la compañía y “en volver a estar en el mundo”, ya que la aerolínea se incorporó al Clearing House de IATA y más tarde se concretó la alianza con SkyTeam. 

Con respecto a las críticas que se efectuaron por su gestión, debido al déficit registrado, el letrado se defendió: “Lo que algunos llaman ‘la pérdida de Aerolíneas Argentinas’ fue la inversión que hizo el Estado y la gente para volver a tener transporte aéreo de calidad en la Argentina y esto aseguró que se mantuvieran los puestos de trabajo, algo que es mucho más de lo que significó el esfuerzo económico presupuestario, que además no era tan grande y se fue reduciendo paulatinamente. Cuando se estatizó la compañía, el aporte a la empresa representaba el 0,18 por ciento del PBI y cuando nos fuimos era el 0,06 por ciento, casi 4 veces menos”. 

Al terminar su período, con el arribo de Mauricio Macri a la Casa Rosada en diciembre de 2015, Isela Costantini asumió como nueva presidenta del Grupo Aerolíneas con un marcado liderazgo empresarial que adquirió en General Motors. El objetivo de la empresaria fue instaurar el diálogo conciliador con los gremios e intentar lograr el menor déficit posible, tratando de reducir también el subsidio estatal. Su gestión finalizó en menos de un año, pero al cierre de la misma el déficit rondaba los 300 millones de dólares. “Lo primero que nos encontramos hace un año fue que si Aerolíneas quería honrar todas sus deudas hubiésemos necesitado 1.000 millones de dólares -de subsidio-. Pero estando a días de cerrar el año puedo asegurar que vamos a pedir sólo 300 millones de dólares de subsidio. Es decir que de costar 2 millones por día ahora la empresa cuesta al Estado menos de 1 millón por día”, explicaron desde la compañía en ese entonces. 

Luego de que Costantini dejara el cargo de manera sorpresiva, fue el turno del Ingeniero Mario Dell’Acqua de asumir la presidencia del Grupo, quien se propuso alcanzar el déficit cero para 2019. 

Al momento de presentar el balance 2017, en mayo de este año, Dell’Acqua afirmó que para el cierre de este año la pérdida de la compañía rondaría los 82 millones de dólares y para el año que viene, la cifra se reduciría a 25 millones. “Con esos niveles de déficit, en una empresa que tiene previsto facturar 2.500 millones de dólares, podemos financiarnos sin tener que seguir pidiendo subsidios al Estado”, afirmaba. Pero los números tomaron otro rumbo, justo en el momento en el que el ex Techint asumía como presidente en Enarsa (Energía Argentina Sociedad Anónima). 

Hacer frente 

Ahora es el turno de Luis Malvido en la presidencia del Grupo Aerolíneas. El ex dirigente de Telefónica, asumió el cargo que dejó Dell´Acqua en medio de la tormenta perfecta. Las proyecciones realizadas ya quedaron viejas y le toca tomar las riendas para diseñar un nuevo esquema. 

Uno de los grandes desafíos tiene que ver con el incremento del precio del petróleo que pasó de los 52 dólares por barril a los 74, a lo que hay que sumarle la fluctuación del dólar en nuestro país que en la última semana de agosto llegó a los 40 pesos, un panorama que la empresa no tenía previsto, por lo que el fantasma del déficit por arriba de los 100 millones de dólares, vuelve a aparecer.

Consultado por este tema, Mariano Recalde expresó: “Dieron marcha atrás con el déficit cero, como con tantas otras metas que nunca pueden cumplir, pero además no me parece una buena noticia el recorte presupuestario porque no es que llegan al aporte cero porque hay déficit cero, sabemos de cuánto es la deuda, pero no de cuánto es el aporte y no saben cómo van a financiar ese déficit”. 

Los factores se siguen sumando y aparece otra realidad: la venta de pasajes cayó de manera considerable, sobre todo en rutas internacionales, que son los que producen ingreso de dólares. 

Según EANA, con respecto a 2017, durante junio y julio se registraron un 17 y un 13 por ciento menos (respectivamente), algo que se observa desde mayo, cuando comenzó la primera corrida bancaria, en donde hubo una caída del 7 por ciento respecto al mismo mes del año anterior. 

En este sentido, el titular del Instituto de Investigación y Desarrollo del Transporte Aéreo (INDETRA), Gustavo Lipovich, analizó que hace cuatro meses la cantidad de pasajeros transportados por Aerolíneas viene cayendo en comparación con el año anterior, “lo que marca un hecho inédito desde hace muchos años, por lo menos inéditos desde que se reestatizó, lo cual complica la salud financiera de la empresa. Porque el aumento del barril del petróleo y las cuestiones macroeconómicas, si bien pueden generar un impacto en la línea aérea, son factores que inciden en todo el mercado, pero esto afecta a la aerolínea en lo particular”. 

Un dato no menor es la aparición de nuevos jugadores en el mercado como Flybondi, Avianca Argentina y Norwegian (que se incorporó este mes). La competencia se volvió feroz y en este marco, se presentó otro imponderable: la quita de la banda tarifaria mínima.  Este factor obliga a Aerolíneas Argentinas a competir a precios low cost, con empresas de menor estructura, como Flybondi. Si bien la empresa de bandera salió con una oferta agresiva de pasajes de cabotaje a 500 pesos, con la que alcanzó cerca de 400 mil tickets vendidos, lo hizo con un dólar a menos de 35 pesos, por lo que las divisas argentinas que se registraron en las primeras ventas, estarían encarecidas. 

“De mantenerse la política actual, o intensificarse que es lo que se prevee, el devenir de Aerolíneas va a ser cada vez peor”, anticipa Lipovich.

De todas maneras, para AR, esto constituyó un hecho positivo, ya que, consultados por este medio, desde la empresa    comentaron que “en términos generales las ventas luego de la eliminación del piso tarifario tuvieron un impacto muy positivo en la demanda, con 393.000 tickets vendidos, superando ampliamente nuestras estimaciones previas”. Asimismo, agregan que de esta manera buscan mejorar el  factor de ocupación, “al vender asientos que de otra manera permanecerían vacíos”.  

Ni lerdo ni perezoso, el titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas, Pablo Biró, salió a afirmar que “la eliminación de la banda tarifaria mínima es el Caballo de Troya que terminará por generar una fuerte crisis en el sector”.  

“Están llevando a la compañía a una guerra financiera que la va a degradar y a generar conflictos laborales. Luis Malvido es un especialista en manejo de crisis, porque eso es lo que quieren generar. Son seres oscuros y si ésto sigue así no puede terminar de otra manera que no sea mal”, arremetió el dirigente gremial. 

Nivel de ocupación en vuelos internacionales de Aerolíneas Argentinas. Fuente: EANA

¿Cómo enfrentar la tormenta?

En el primer mes de Malvido como presidente del Grupo Aerolíneas, el flamante funcionario recibió a los representantes de los seis gremios aeronáuticos (APTA, APLA, UALA, UPA, UPSA y AAA), con el fin de hacerles llegar las propuestas para enfrentar el panorama actual. 

En este encuentro, se propuso una instancia de diálogo, gremio por gremio, en donde se van a establecer nuevas condiciones laborales. “El objetivo es potenciar la competitividad de cara a las nuevas inversiones que requiere el potencial de crecimiento de la empresa”, explicaron desde la compañía. 

Según trascendidos, hay 15 ítems que tendrán que revisar los gremios con la empresa, y tienen que ver con, por ejemplo, la reducción de la cantidad de estadías de hotel de los pilotos que hacen escala en Roma y Nueva York; además de eliminar los dos asientos reservados para la clase Business, teniendo en cuenta los camarotes con los que ya cuentan los pilotos. Por otro lado, también se plantea la cantidad de tripulantes de cabina en los vuelos hacia Europa; por otro lado, se marca el hecho de que cada vez que un avión de AR se encuentra en suelo argentino, la conexión de la manguera de combustible la hace un mecánico de la empresa y no un empleado de la petrolera como sucede en otras aerolíneas. 

Esta determinación se tomó a raíz del déficit que enfrentan, y según la propia aerolínea “en los dos últimos años y medio se trabajó intensamente en reducir los pedidos de subsidios al Tesoro Nacional, pero ahora debe encararse una nueva ronda de discusión, buscando hacer más productivo el trabajo de los 12.250 empleados de la empresa”, afirman y sostienen: “En ese sentido, la empresa ha abierto ya en más de una ocasión mesas de diálogo con sus trabajadores buscando discutir condiciones laborales que permitan llevar su competitividad a los estándares de la industria, sin afectar la seguridad y calidad del servicio. Pero los resultados de ese diálogo han sido insuficientes para enfrentar lo desafiante del momento actual del mercado. Y, sobre todo, para aprovechar las oportunidades que ese mismo mercado nos está ofreciendo. Por eso, Aerolíneas hizo ahora una convocatoria a sus dirigentes gremiales, dado que el tiempo que ha transcurrido sin obtener resultados pone en riesgo las inversiones y la sustentabilidad futura de la compañía”. 

En este mismo comunicado, la empresa informa que entre 2015 y 2018, Aerolíneas Argentinas pasó de 74 a 83 aviones, “pero además 24 de esos aviones son nuevos. Eso implicó un gran esfuerzo de inversión por parte de la compañía y un sólido apoyo del Tesoro nacional. Ahora se abre una nueva etapa, con la necesidad de renovar de manera urgente parte de la flota de vuelos transatlánticos y de cabotaje Embraer”. En este sentido, advierten que “sin la incorporación de al menos dos nuevos aviones en el transcurso de 2019, Aerolíneas no estará en condiciones de cubrir todas sus rutas internacionales”.  

También alegaron que Austral se encuentra en una situación similar, ya que en menos de dos meses deberá decidir qué hacer con la flota de Embraer que actualmente operan, ya que la idea es apostar a otros aviones “más modernos y de mayor porte para poder competir con los nuevos operadores que llegan al mercado”.  

"El convenio no se toca"

El pasado 17 de agosto, los distintos gremios aeronáuticos realizaron una protesta informativa en las instalaciones de Aeroparque, en contra de la nueva política aerocomercial del Ministerio de Transporte de la Nación, aunque también, la protesta estuvo dirigida a Luis Malvido que días atrás había mantenido la reunión que se relata en la nota, en la que, entre otros ítems, había solicitado reveer los convenios colectivos de cada gremio, algo que no gustó demasiado a los trabajadores, cuyo lema principal de la jornada fue “El convenio no se toca”. En definitiva, los sindicatos, que por estos días están definiendo sus paritarias, también serán un desafío para Malvido.  Más información acá

 

"Aerolíneas Argentinas va directo a una regionalización"

Jorge Polanco, ex Comandante de Aerolíneas Argentinas y consultor aerocomercial,  habló con Mensajero Turístico . Por un lado, analizó cómo la situación cambiaria del país está perjudicando a la industria aeronáutica argentina debido a que todos los insumos se pagan en dólares. “Esta es una situación que extermina todo lo que vuela en Argentina”, puntualizó y sostuvo que además, la aerolínea de bandera tiene la “carga” de cumplir con todo, tanto desde el lado gremial, como desde el lado impositivo, ya que no cuenta con ningún tipo de beneficios , como sucede con otras compañías argentinas. 

En lo que refiere a la caída de rutas  internacionales, Polanco suma un nuevo factor, a los ya mencionados en la nota, y sostiene que los pasajeros están eligiendo otras compañías, tales como Air Europa o Level que poseen rutas hacia Barcelona, destino al que Aerolíneas Argentinas dejó de volar en febrero de este año, y que cuentan con aviones de nueva tecnología como el B787. “Nosotros seguimos volando con el A340-300 que es el Fiat 1500” Modelo 69, sintetizó. 

Otro tema importante que remarcó Polanco es que Aerolíneas Argentinas “va directo a la regionalización”. “No hay voluntad política del Gobierno para que esto no pase. La quieren cercar en la operación regional. Están operando otras aerolíneas extranjeras, le abrimos la puerta a esas empresas que no le dan trabajo a nadie y tercerizan lo más que pueden”, remarca y sostiene su argumento de la regionalización ya que “el gobierno anterior le dejó los 44 aviones a AR,  que es la mejor flota de Sudamérica, la más moderna, pero que son aviones para operar regionalmente”.