Muchos diarios, portales de internet y distintos medios electrónicos salieron a decir el último jueves que “tras 18 años, Aerolíneas Argentinas volvía al Estado”. Paradójicamente, un título muy similar había llenado las páginas y espacios radiales y televisivos tres meses atrás, cuando se había aprobado el rescate de AR y de Austral. Esta vez, el Senado votó a favor de la expropiación de las compañías, luego de que en el transcurso de las negociaciones entre el Gobierno argentino y Marsans no se llegara a un acuerdo por el precio. ¿El resultado en la Cámara Alta? 42 a 22. Los españoles, por su parte, ya iniciaron la demanda ante el CIADI, el tribunal que depende del Banco Mundial.

Más fácil que lo previsto
En el recinto del Senado de la Nación, el proyecto se sancionó tal cual había venido desde Diputados, donde sí se introdujeron cambios a pedido de distintos bloques de la oposición. El debate no fue extenso, o, mejor dicho, duró menos de lo esperado -cinco horas-, tomando como referencia las sesiones suscitadas cuando se planteaba aprobar la ley de rescate. Mientras duró, los legisladores repitieron los conceptos y argumentos que vienen esbozando desde que el Congreso es el lugar de discusión sobre el futuro de las empresas aéreas. El presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), Gerardo Morales, dejó en claro que comparte la decisión de que el Estado recupere su línea de bandera, pero una vez más insistió con que “la solución planteada por el oficialismo es la más cara y onerosa”, aludiendo a la cifra a la que asciende el pasivo de Aerolíneas y Austral, y que recaerá, de manera indirecta, sobre todos los argentinos (N. de la R.: según la Auditoría General de la Nación (AGN), el patrimonio negativo es de aproximadamente 2500 millones de pesos, y la suma que el Estado lleva puesta en las compañías para garantizar su operatividad supera los 1000 millones).

Propuesta sin efecto
Morales, uno de los principales representantes de la oposición y garante, en este último tiempo, del acuerdo entre su partido, la Coalición Cívica y el Partido Socialista, había firmado, junto a sus compañeros de bancada, el titular del PS, Rubén Giustiniani, y los senadores de la CC, María Eugenia Estensoro y Samuel Cabanchik, un dictamen de minoría en el que proponían crear una nueva compañía (“Nueva Aerolínea Argentina S. A.”) y expropiar, de ser necesarios, únicamente los activos de la empresa de bandera.

Pateando el tablero

Con la expropiación de AR y Austral, se esperan fuertes cambios en la estructura jerárquica de las compañías. Quienes dejarán de ocupar cargos serán Horacio Fargosi y su hijo Diego -gerente de Planeamiento-, al igual que Andrés Simeonato, de Finanzas; Pablo Chini, del área de Planeamiento de Flota; e Ignacio Pascual, gerente de Ventas e hijo de Gonzalo, titular del Grupo Marsans. Julio Alak continuará como gerente general, aunque Vilma Castillo, que secundaba al ex intendente de La Plata, dará un paso al costado para pasar a integrar un lugar