Uruguay, Paraguay o Chile serían los países más elegidos por aquellos potenciales viajeros que no quieran caer en el recargo del 35% de la AFIP. Esto alarma a las agencias de turismo a la Argentina porque perderían parte de su caudal de compradores y, también, debilitaría en cierto porcentaje a la industria nacional.
Durante esta temporada las agencias, además de afrontar competencia con empresas regionales, se exponen a la pérdida de clientes, que al comparar precios terminan consumando la compra en agencias del exterior. Es que ante la coyuntura de afrontar el 35% de anticipo a las ganancias el viajero que no puede (o no quiere) justificarse ante la agencia recaudadora, busca otras alternativas que alivianen la carga y eviten brindar datos cada vez más detallados de sus consumos y gastos.

Segunda opción
En la búsqueda de otro camino que esquive el 35%, los turistas tienden a viajar hasta la capital uruguaya, desde donde comienza su travesía hacia otros destinos regionales o incluso intercontinentales.
Esto queda en evidencia con la gran cantidad de reservas hoteleras pagadas físicamente en el destino, que parece ser una de las opciones que utilizan muchos argentinos para volver a optar por destinos internacionales.
Y la segunda vía para escapar a este recargo es que el pasajero abone en efectivo, lo cual supone una gran adquisición de dólares que debido al cepo cambiario de la Argentina se convierte en una maniobra bastante complicada. Por esto, el plan B al que los argentinos suelen acudir es comprar dólares en el mercado negro. De cualquiera de estas dos maneras, el pago en efectivo roza constantemente al mercado ilegal de divisas. 
Al respecto, Horacio Fontenla explicó que la única forma de eludir el impuesto es a través del pago en efectivo, que según él “el que page con dólares físicos no molesta a la torta económica. Yo no digo que se venda menos por el recargo. Si un pasajero que tiene dólares billete paga cash en destino obviamente no tiene el 35% de recargo de la AFIP”, continuó.
“Pero si para ello tuvo que acudir al dólar paralelo esta forma de pago le sale más caro, aunque esa es la única forma de eludirlo. Todo pasajero que compre servicios en el exterior, va a tener el recargo inevitablemente; si pagás en el extranjero con tarjeta de crédito emitida en la Argentina, estás alcanzado por ese 35%, no queda otra”. 
En coincidencia con esta opinión, Fabricio Di Giambattista, presidente de la FAEVYT -Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo-, dijo que no hay por qué alarmarse, ya que en realidad no se puede evadir a la AFIP, aunque aclaró que “se puede evadir, en cierta forma, con la compra de dólares blue, pero todos sabemos que al final sale más caro”. 
En conclusión, hay sectores que aún no perciben que esta fuga de turistas sea un hecho masivo y alarmante.
Al margen de la ley 
Esta parece ser una nueva maniobra ya que varios operadores, tras ser consultados por este tema, afirmaron desconocer este fenómeno: “La verdad, nunca escuché de esto hasta ahora. En lo que a mi empresa respecta, si bien no hemos vuelto a alcanzar el nivel obtenido en el año 2013, no ha habido disminución en las ventas de destinos extranjeros con respecto al año pasado. Nos va muy bien”, comentó Juan Maiztegui, de Principios Tour Operator. Y agregó: “Es más, es curioso que eso pase. Si el viajero tiene todo en blanco y paga sus impuestos, sea Bienes Personales o Ganancias, al año siguiente recupera ese porcentaje sin ningún problema”. 


Panorama complicado
El paso del 20% al 35% de la percepción anticipada de Ganancias o Bienes Personales complicó mucho al sector turístico. A esta altura, el impacto parecía ya estar digerido tanto por el turista como por los operadores y agentes de viajes. 
Pero con el tiempo se fue generando la confusión de que se trataba “de un impuesto más”, y muchos viajeros ni siquiera se preocuparon por realizar los trámites ante el organismo para recuperar ese porcentaje pagado como anticipo. 
La lectura que se hace es que quienes se encuentran dentro del marco de la ley, con ingresos perfectamente demostrables, no deberían ver ninguna traba o incremento en sus cargas impositivas; sólo quienes reciben sus ingresos “en negro” verían imposibilitados de recuperarlo.   
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