Esquí para no videntes en Esquel
A partir del miércoles 16 de agosto, en el Centro de Actividades de Montaña La Hoya se comenzarán a dictar clases de esquí para aquellas personas que tengan algún tipo de discapacidad visual.
Esta primera experiencia se llevará a cabo el próximo 16 de agosto con un grupo de 16 personas no videntes que asisten a la Escuela Nº 527 de Ciegos y Disminuidos Visuales. El grupo está compuesto por personas de diversas edades, que comprenden desde niños de 4 años de edad, hasta adultos de 30 años y más.
Las clases, a cargo de la instructora de esquí esquelense María Eugenia Marengo, apuntan a poder enseñarles a aquellas personas no videntes, este deporte tan apasionante. “Hace tiempo que venimos intentando que aquellos chicos que tengan una discapacidad visual puedan subir a La Hoya. Con al apoyo del Club Andino, logramos hacer -junto con un grupo de padres de la escuela de ciegos de Esquel- este proyecto, para que los no videntes aprender a esquiar”, afirma Marengo.
La clave está en las sensaciones
“El esquí para ciegos es fácil de enseñar, porque transmitimos sensaciones. Una vez que generamos confianza en el alumno, es lo mismo que enseñarle a cualquier otra persona”, expresa María Eugenia Marengo, desterrando por completo el mito de que esta actividad puede ser compleja para un no vidente. La diferencia existe en que el instructor le enseña directamente al alumno: “somos guías, tenemos un sistema de comunicación basado en intercomunicadores, con el cual le vamos hablando al alumno. A diferencia de otra persona que ve, los chicos no videntes van a ir siempre con alguien que los guíe en el camino”, cuenta Marengo.
La organización de esta propuesta inclusiva es el resultado de un trabajo en conjunto entre el Club Andino Esquel, el Ente Chubut Deportes, la Dirección de Discapacidad de la provincia del Chubut y el Ministerio de Educación provincial. La intención es que pase muy poco tiempo entre las prácticas iniciales y la consolidación definitiva del proyecto dedicado al no vidente local o al turista en particular, y a todos aquellos que tengan algún grado de discapacidad y se vean impedidos de practicar el esquí convencional.