Es un monstruo grande y pisa fuerte
Agosto vuelve a ser un mes fatídico para la economía mundial. En plena canícula de 2007, estalló en EEUU el escándalo de las hipotecas subprime, que un año después acabaría conviertiéndose en una recesión económica global. Cuatro años después, es la deuda soberana de varios países de la UE y de EEUU quien está en el ojo del huracán. Las principales potencias tratan de coordinar esfuerzos para atajar una nueva crisis mundial, algo que implicaría graves problemas para la industria turística, tal como sucedió en 2009.
La disciplina fiscal de los Estados será clave para salir del atolladero
Ayer lunes por la mañana, la prima de riesgo ofrecida a los inversores por los bonos españoles a diez años respecto a sus homólogos alemanes se situó por encima de los 300 puntos básicos tras la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de comprar deuda española e italiana para calmar a los mercados.
En concreto, los bonos españoles a diez años ofrecían en la apertura de los mercados del Viejo Continente un rendimiento del 5,56%, lo que implicaba un diferencial respecto al 'bund' alemán de 310 puntos básicos.
Por su parte, la prima de riesgo de la deuda italiana se situaba en los 400 puntos básicos; los bonos portugueses marcaban un diferencial de 885 puntos; la bonos irlandeses estaban a 787 puntos; y los griegos se disparaban hasta los 1.304.
Previsión de Nouriel Roubini
El economista estadounidense Nouriel Roubini, en un artículo publicado en Financial Times, advierte que las economías de EEUU y otros países desarrollados se encaminan hacia una nueva y severa recesión, según demuestran los datos macroeconómicos anteriores al pánico de las últimas jornadas.
Roubini está considerado como uno de los economistas que anticipó la crisis de las subprime y también avanzó que los gobiernos se acabarían quedando con bancos.
Al mismo tiempo aumentan las posibilidades de que España e Italia pierdan su acceso a los mercados de capitales, advierte Roubini, quien recomienda al Banco Central Europeo (BCE) que rebaje los tipos de interés al 0% y compre "grandes cantidades" de deuda pública de estos dos países.
"Puede que no sea evitable una nueva recesión, pero sí se puede eludir una segunda depresión, lo que es razón más que suficiente para adoptar medidas rápidas y concretas", concluye Roubini.
El G7 se moviliza
Por su parte, el G7 (compuesto por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) está decidido a llevar a cabo "medidas coordinadas" para asegurar la liquidez y apoyar al funcionamiento de los mercados financieros, la estabilidad financiera y el crecimiento económico, según informó el grupo a través de un comunicado.
"Estados Unidos ha adoptado reformas que provocarán una reducción sustancial del déficit a medio plazo. En Europa, la cumbre de los países de la zona euro aprobó el 21 de julio un paquete exhaustivo de medidas para afrontar la situación en Grecia y otros países que se enfrenten a tensiones financieras", prosigue el comunicado.
"No hay cambio en las garantías fundamentales de las recientes tensiones financieras que afectan a España e Italia. Damos la bienvenida a las medidas políticas adicionales anunciadas por ambos países para fortalecer la disciplina fiscal y apuntalar la recuperación de la actividad económica y la creación de empleo", indica el G7.
Los países miembro del G7 se han comprometido a mantenerse en "contacto cercano" durante las próximas semanas y a "cooperar de manera apropiada, estando preparados para llevar a cabo acciones que aseguren la estabilidad y la liquidez en los mercados financieros".
La OCDE observa una "desaceleración" en junio
Por otra parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha observado una"desaceleración" de la actividad económica en las principales economías del mundo durante el mes de junio.
Según la OCDE, han surgido "fuertes señales" de un punto de inflexión en los ciclos de crecimiento de países como Estados Unidos, Japón y Rusia. La organización también consta una ralentización de la actividad en otras economías emergentes como Brasil, China e India.
Impacto de la crisis de 2009
La recesión global de 2009 tuvo un impacto directo sobre el sector turístico. A nivel mundial, las llegadas de turistas internacionales por motivos de negocios, ocio u otros fines disminuyeron un 4% y se quedaron en 880 millones ese año, según informó la OMT.
El impacto fue mucho más severo en España: la llegada de turistas cayó un 8,7% (hasta los 52,2 millones de visitantes), mientras que los ingresos por turismo extranjero retrocedieron un 9% (hasta los 38.104