El tráfico aéreo mundial de pasajeros aumentó un 11,9% en abril con respecto al mismo mes del ejercicio anterior, con un incremento de capacidad del 11,6% y un factor de ocupación de los vuelos del 77,4%, mientras que el tráfico de carga aumentó un 3,3%, según informó este jueves la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA).
El tráfico internacional de pasajeros registró en abril un aumento del 16,5% con respecto al mismo mes del ejercicio anterior, una cifra que es "exagerada" por la comparación con abril de 2010, debido a los efectos de la crisis de la ceniza islandesa el año pasado.
No obstante, pese a los efectos comparativos de la ceniza, los mercados de pasajeros habrían alcanzado en abril un nivel un 7% superior que los picos anteriores a la recesión en 2008. A escala internacional, la capacidad aumentó un 16,8%, mientras que el factor de ocupación de los vuelos descendió en 0,1 puntos porcentuales hasta el 76,7%.
El tráfico aéreo de carga internacional avanzó un 5,4% con un factor de ocupación 3,4 puntos porcentuales menor, hasta el 51,9% debido a un aumento de la capacidad del 12,3%. En cuanto al tráfico doméstico, aumentó un 4,7% en abril con respecto al año anterior con un aumento de capacidad del 3,1% y un factor de ocupación del 78,8%.
El tráfico de carga doméstico descendió un 9,3%, con un descenso de la capacidad del 1% y un factor de ocupación del 26,8%. "La demanda mejoró de manera significativa en abril", destacó el consejero delegado de la IATA, Giovanni Bisigniani, quien destacó que la confianza de la industria es "alta" en estos momentos, aunque lamentó que los shocks de la demanda y los elevados precios del crudo estén enturbiando este buen momento.
Bisigniani recordó que a pesar de la enorme reestructuración del sector durante la pasada década, la industria aún es vulnerable a los shocks de la demanda por crisis como la inestabilidad geopolítica de Oriente Próximo y Norte de África o el terremoto de Japón.
Este impacto sobre la demanda cesará durante el segundo semestre, auguró Bisigniani, que sin embargo, destaca que las dificultades se producen a la hora de ajustar la capacidad ante una demanda volátil.