La Copa América terminó con pena y sin gloria para la Selección Nacional de Fútbol, y para simplificar el certamen continental qué mejor forma que parafrasear un poco al actor y humorista Enrique Pinti resumiendo que pasaron los partidos, desfilaron jugadores, eliminaron tempranamente a Argentina, se fueron los turistas, y ganó el turismo.
Pese que el desencanto futbolístico dejó a todos los argentinos con un sabor amargo, el hecho de haber sido anfitrión y estar a la altura de un evento de tal magnitud arrojó un saldo más que positivo para todos los involucrados, siendo la industria turística la más beneficiada.
Teniendo en cuenta que los funcionarios nacionales venían jugando desde hace varios meses la Copa América y que las inversiones, esfuerzo, trabajos de promoción y capacitación exigían resultados, las expectativas fueron saldadas, y no sólo por las ganancias económicas que se registraron durante estas semanas, sino también porque el torneo funcionó como una vidriera para mostrar a todo el mundo -se transmitió la Copa a más de 200 países- las posibilidades y bellezas que dispone Argentina y así posicionarla internacionalmente en materia turística.
“En líneas generales estamos muy contentos de cómo se desarrolló la Copa y de las acciones coordinadas con las provincias para promocionar los destinos. Las sub sedes hicieron un trabajo muy bueno y se vió reflejado en el movimiento de hinchas y visitantes de todo los países que los visitaron, lo cual es muy bueno para la hotelería, gastronomía y los demás sectores de la industria”, mencionó el Ministro de Turismo de la Nación Enrique Meyer, quien además, destacó que los “14 cortos de Argentina que se difundieron antes de cada partido fueron un éxito porque gran parte de los turistas después quieren conocer esos destinos”.
A su vez, y en un guiño al turismo, todas las acciones, reformas, remodelaciones, proyectos, construcciones, mejoras, capacitaciones y actividades realizadas en virtud de esta Copa América, les quedará a cada provincia para explotar su destino y así estimular en su ciudad eventos deportivos, culturales, comerciales e industriales.
Las plazas de alojamiento con capacidad colmada, peatonales desbordadas de gente, largas colas para comer en un restaurante o tomar algo, comercios trabajando las 24 horas, taxis ocupados, terminales de ómnibus y aeropuertos operando sin cesar, y shoppings abiertos hasta la madrugada, fueron algunas de las postales que ilustraron las ciudades que fueron sedes durante el campeonato.

Algunos números
Ni siquiera las tan temidas cenizas opacaron el normal desarrollo de la Copa América y aunque las demoras y alguna que otra cancelación de vuelos existieron, los miles de argentinos, brasileros, uruguayos, chilenos, peruanos, paraguayos, venezolanos, bolivianos, mexicanos, norteamericanos y europeos recorrieron sin problemas el país al ritmo del torneo, alentando el consumo y dejando con sus movimientos las arcas fiscales de cada sector y provincia con una sonrisa de par en par.
El suelo donde la suerte de Argentina quedó echada, Santa Fe, registró la visita de más 85.000 personas, con ganancias cercanas a los 30 millones de pesos, siendo el gasto promedio de cada turista entre 400 y 800 pesos diarios. Por su parte, Córdoba, que marcó durante la primera quincena una ocupación hotelera de casi el 100%, tuvo ingresos por más de $120 millones postulando a la rama hotelera y gastronómica como las más beneficiadas.
Por su parte, el impacto económico también pegó fuerte en el Norte y Salta, donde se jugaron dos partidos, incorporó a sus arcas más de 2 millones de dólares gracias al alto porcentaje de paraguayos que visitaron la Provincia. La misma suerte corrió su vecino Jujuy, que con la visita de más de 25 mil personas registró ganancias por más de $16 millones, con un gasto promedio de 280 pesos por día, y una estadía media de 3 noches.
Los coletazos de la Copa América también dejaron saldos más que positivos en la región Cuyana. Con la marea roja chilena invadiendo San Juan y Mendoza cada vez que el equipo de Claudio Borghi jugaba, el impacto turístico y económico fue más que satisfactorio, llevándose la provincia del vino la mejor parte: más de 80 mil extranjeros en su suelo y recaudaciones que ascienden a los 140 millones de pesos.
En tanto que Buenos Aires fue una de las sedes que más provecho le sacó al torneo continental. Si bien todavía no hay números oficiales sobre las ganancias que dejó a la provincia, la cifra promete batir récords dado que aquí  en los 6 partidos que se jugaron la postal de La Plata ilustró estadios completos, restaurantes llenos, hoteles colmados y gran movimiento en las zonas céntricas de la ciudad.
“Las impresiones son positivas, es un evento que tiene especial importancia porque sabemos lo que significa el fútbol en Argentina y en Sudamérica. Estamos muy contentos de poder sumar gente que no nos conocía y por la posibilidad de que la provincia tenga presencia en los medios de comunicación mundiales”, destacó Gustavo Reggani, Secretario de Turismo de Santa Fe. Además, en torno al remodelado estadio de Colón y a la experiencia en la organización de la Copa América, vaticinó que para “el futuro vamos a tener la oportunidad de organizar grandes eventos internacionales porque tenemos infraestructura y gente capacitada”.
Desde el Norte argentino las expectativas fueron más que saldadas y el Ministro de Turismo de Jujuy, Jorge Nocetti, afirmó: “Fue una muy buena semana en niveles económicos pero lo más importante es que nos permite trabajar mirando al futuro y lo que se puede hacer. Ya pasó la Copa pero nos quedan las obras en la Ciudad, la cancha, los hoteles, así que tenemos que fomentar los eventos y ahora nuestra idea es organizar algo con el rugby”.
Por su parte, en diálogo con Mensajero Turístico el Secretario de Turismo de Buenos Aires, Ignacio Crotto, resaltó: “Ha sido más que beneficioso y no sólo en términos económicos; se ha llegado a una gran cantidad de turistas principalmente extranjeros que no conocían de la existencia de La Plata, quienes al final se llevaron una muy buena imagen de la ciudad y se fascinaron con la calidad de nuestros servicios, la atención de nuestra gente, la Catedral, el Museo y la arquitectura”. En tanto que, en virtud de los próximos recitales ya confirmados de Aerosmith y Guns N’ Roses para el último trimestre del año, Crotto señaló que “teniendo en cuenta lo que significa el Estadio Único como estructura, y la excelencia en la organización de este evento, se ha logrado posicionar internacionalmente a La Plata para continuar generando espectáculos, congresos, y acontecimientos deportivos y culturales”.
“Estamos muy contentos porque el nivel de gastos fue excelente, y la presencia del turista fue muy importante para el consumo en centros comerciales, restaurantes, transportes y los pernoctes. Además, nos sirvió desde el punto de vista promocional para el público de Brasil, Paraguay y Colombia, que implicó un rebote de promoción y multiplicación del destino para que conocieran la marca Córdoba durante casi una semana”, sostuvo el titular de la Agencia Córdoba Turismo, Gustavo Santos; quien adelantó que “en el estadio más moderno de la Argentina, el Mario Kempes, se jugarán varios partidos de las Eliminatorias Brasil 2014 y se realizarán varios show con artistas de renombre internacional.”

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Esos son los años que faltan para que Argentina vuelva a ser el anfitrión de una nueva Copa América y pueda disfrutar de sus beneficios económicos y colaterales, como mostrarse al mundo y posicionar al país como un destino atractivo, seguro y accesible.
No obstante, hoy lo que importa es lo que dejó esta competición y, al margen de los bolsillos llenos, una de las cosas a rescatar reside en que la organización estuvo acorde a la competición y se logró complacer a los miles de turistas que nos visitaron.

La otra cara de la moneda
La pronta eliminación de Brasil y Chile fueron dos de las grandes sorpresas (fracasos) de esta Copa América y con ello el mayor perjudicado fue el sector turístico.
Con la salida temprana en los Cuartos de Final de estas naciones, la pérdida de reales que traían los brasileros fue significativa y el cese de miles de chilenos que cruzaban la frontera cada vez que la “Roja” hacía las veces de local en Mendoza o San Juan fue notorio.
Pese a que la lógica indicaba una Semifinal entre Brasil y Chile y las entradas para ese supuesto partido estaban agotadas, la realidad vistió a Venezuela y Paraguay para ese choque y los claros en las tribunas fueron evidentes. Esos mismos espacios vacíos son los que también se sintieron en los hoteles, comercios y restaurantes, siendo el turismo el único que verdaderamente perdió.