Néstor Kirchner fue el actor principal en la política vernácula de los últimos 10 años. El turismo no estuvo ajeno a su influencia. Durante su mandato la actividad turística fue revalorizada hasta ser una parte importante en el desarrollo de las economías regionales del país.

Por Manuel Sierra, Editor

Al principio pensamos que era un chiste de dudoso gusto, después, al corroborar la noticia, la incertidumbre se apoderó de nosotros. ¿Y ahora, como seguimos?
El país entraba en un denso letargo buscando respuestas. Compañeros, correligionarios, amigos o enemigos esperaban señales que indicaran qué hacer, cómo actuar, qué decir.
En el mientras tanto el control remoto nos llevaba por todos los canales de noticias de cable y de aire.
El 7 daba la noticia con pesar, Telefé mostraba a los integrantes de su programa matutino tratando de explicar lo inexplicable y el 9 mostraba una novela foránea que vaya a saber quién estaría viendo. Y el Trece, ¿qué dice el Trece? y ¿TN?
Animal político. Vehemente. Político de raza. Inconsciente. Todas definiciones de la personalidad de Néstor Kirchner que salían de las bocas de un amplio abanico de sindicalistas, dirigentes o simplemente opositores que no podían dejar pasar la ocasión para explayarse sobre el tema.
Quien había sido el objetivo de todas las críticas políticas del país, se transformaba en casi un padre de la patria en menos tiempo del que lleva leer esta nota.
Mucha hipocresía, algo de cintura política, poco de veracidad.
Siempre críticos de los funcionarios de la administración K, tratamos de traer a la memoria los años de Néstor Kirchner como presidente de la Nación y su relación con el sector.
Inmediatamente aparecen imágenes, con algunas estábamos de acuerdo, con otras no tanto, pero lo cierto es que ningún otro presidente estuvo tan cerca del turismo como él.
La primera imagen data de la Fitur de 2004, cuando apareció en el predio ferial IFEMA junto al rey Juan Carlos inaugurando el evento y recorriendo la Feria hasta llegar al stand argentino para brindar con vinos autóctonos llevados para la ocasión.
Antes habíamos escuchado con sorpresa a la entonces primera dama cerrando la presentación de la conformación de Nieves Argentinas en el auditorio de la Sectur, y descubríamos que en el gobierno nacional había conocimientos y una bajada de línea importante hacia el turismo.
Desde ese momento el Secretario de Turismo, Enrique Meyer, comienza, con la anuencia de su amigo Néstor Kirchner, un silencioso trabajo que le permite consolidar al sector turístico como una parte importante de la recuperación económica del país.
Durante su mandato el turismo pasó a ser política de Estado, se sancionó la Ley Nacional de Turismo, se creó el Plan Estratégico de Turismo Sustentable, se organizó el Instituto Nacional de Promoción Turística y se le dio participación activa a la actividad privada.
También se instituyó la Marca Argentina y se eximió a los expositores extranjeros del IVA en Ferias y Congresos. Se creó la Administración Nacional de Aviación Civil, se sancionó la Ley de Turismo Estudiantil y comenzó  el proceso de reestatización de Aerolíneas Argentinas entre muchas otras cosas que se terminaron plasmando durante el gobierno de su esposa, y actual presidente de los argentinos, como la creación del Ministerio de Turismo.
Por supuesto que no todas fueron rosas, pero en el balance nadie podrá negar que el saldo sea ampliamente positiv