Los efectos de la crisis económica mundial no golpean sólo a los consumidores, sino también al sector turístico. Más temprano que tarde la crisis económica iba a llegar y está pasando factura a los empresarios. Y aunque está de moda repetir que cada crisis representa una oportunidad, sería bueno recordar que también abre la posibilidad de la desaparición económica para el que la ignore o la subestime. Primero, ocurrió el reciente cierre del tour operador británico Holidays 4U, especializado en viajes económicos a Turquía.
Luego, la española Nobeltours suspendió sus servicios en China. Ambas son muestras cabales de esta última afirmación.

El caso británico
Alrededor de 13 mil turistas británicos quedaron varados en el extranjero cuando el tour operador Holidays 4U, especializado en viajes económicos a Turquía, anunció el cese de sus operaciones, tras entrar en concurso de acreedores, lo cual afectó además las vacaciones que habían reservado unos 60 mil clientes de la firma.
Aunque protegidos por el esquema de rescate de la Civil Aviation Authority, lo cual supone que concluyan sus vacaciones sin problemas, los clientes de la firma colapsada podrían verse obligados a pagar sus estancias hoteleras a las gerencias de los establecimientos (tras pagarlas como parte del paquete), ya que temen que la agencia no les pague los montos adeudados como parte de esas operaciones de alojamiento.
“La compañía ha sufrido por las dificultades de la industria turística como resultado de la crisis”, destacaron los administradores del grupo, con sede en Brighton, que contaba con 18 empleados y que operaba desde 1994. Fuentes de la industria comentaron que las actuales dificultades financieras en el sector de viajes podrían precipitar el colapso de otras firmas antes de que acabe la actual temporada de verano.
Aquellos que ya reservaron sus vacaciones con Holidays 4U igualmente recibirán el reembolso bajo el esquema de rescate del gobierno, pero la devolución podría tardar semanas e imposibilitar la búsqueda de unas vacaciones alternativas para este verano, destacó un diario londinense.

España va mal
En España, las cosas no son muy distintas. En pleno mes de agosto, el tour operador Nobeltours suspendió sus servicios en China alegando problemas económicos, una situación que tomó por sorpresa a las agencias de viajes y obligó a recolocar contra reloj a centenares de clientes en otras mayoristas.
Nobeltours, empresa española especializada en grandes viajes con más de 25 años de experiencia, anunció las primeras cancelaciones a finales de la semana pasada. Nobeltours envió un e-mail a las agencias de viajes en el que les comunicaba que no podía garantizar el cumplimiento de los servicios en tierra por graves problemas con su proveedor en China. Según fuentes del sector, la compañía se encuentra en una descapitalización temporal. A efectos prácticos, en el caso de los viajes que ya han sido contratados, la reserva de los billetes de avión se mantienen, mientras que los servicios en tierra en China han sido cancelados y Nobeltours facilita el traspaso a otros mayoristas.
En este sentido, las agencias minoristas que tenían contratados viajes a China con Nobeltours para los meses de septiembre y octubre están comenzando a desviar por anticipado a sus clientes a otros operadores, ante el temor de que la mayorista española no haya solucionado para entonces las dificultades de liquidez que han motivado numerosas cancelaciones desde el pasado 12 de agosto.
Además, el destino afectado ya no es sólo China, sino también Kenia. La asociación de agencias de viajes catalana ACAV destacó que Nobeltours se ha mostrado dispuesta a reembolsar el dinero a las agencias y que el viajero, en principio, no debería verse muy afectado por el cambio de operador, ya que los precios son similares.
Todo apunta a que el director general y copropietario de Nobeltours, Antonio Peregrín, está intentando en estos momentos iniciar un proceso con el fin último de salvar la empresa. Para ello la mayorista se va a acoger a la fórmula de preconcurso con el fin de evitar el concurso necesario de acreedores.

Un panorama poco alentador
Fuentes de la industria de turismo británica comentaron que las actuales dificultades financieras en el sector de viajes podrían precipitar el colapso de otras firmas antes de que acabe el verano europeo. Para capear el temporal, una de las alternativas parece ser derivar clientes a las empresas sobrevivientes en cada sección. Catai, está recolocando las salidas más inmediatas para poder absorber la demanda a Nobeltours. Se calcula que sólo en agosto Catai habrá atendido a unos 200 viajeros traspasados de la mencionada empresa, pero la cifra será previsiblemente mayor, ya que aumenta progresivamente.
Los clientes, principales afectados antes estos cierres y suspensiones, están comenzando a tomar medidas en el asunto. Uno de los afectados por el operador, encargado de una agencia ubicada en el sur de España, ha decidido por ejemplo denunciar en el juzgado a la empresa y a sus dos administradores, Antonio y Ricardo Peregrín. En el caso de esta empresa, al menos por ahora, la falta de incidentes con los clientes con viajes vendidos es por los acoples con otros tour operadores (Catai, Kirunna, Ambassador, Latitudes, etc.).
Para remediar la situación en la industria turística, esta mayorista prevé comenzar a realizar reembolsos a aquellas agencias de viajes que están en prepago, devolviendo cantidades poco a poco, y siguiendo el orden de fecha de salida del viaje. Y ello, pese a que se mantienen las retenciones de pagos, ya no sólo de algunas de las grandes redes, sino también de algunas medianas y pequeñas agencias. Esta retención ante situaciones dudosas es algo que se ha convertido en habitual en los últimos tres años entre las grandes, como por ejemplo Viajes El Corte Inglés o Halcón, entre otras, que lo hacen en prevención para contar con todas las garantías de atención a sus clientes.  
Obviamente, el marco económico global de la economía repercute en cualquier sector. Por lo pronto, el conjunto de las empresas turísticas está sufriendo los resultados de la crisis. Las consecuencias están a la vista.

PARALELISMO
La crisis sufrida por Argentina en el 2001 marcó algunas semejanzas. En pocos meses cerraron sus puestas 58 operadoras turísticas y agencias de viajes siendo las más notables por los daños colaterales que trajeron aparejadas las de Sabor, Rovinet y Donde.
Según el responsable interino de la Dirección Nacional de Regulación de Servicios Turísticos, dependiente de la Secretaría de Turismo de la Nación, (Sectur) Jorge Martínez, en mayo del 2001 salía a explicar en los medios que “la diferencia entre Donde, Sabor y Rovinet radica en que la primera comunicó el cierre como corresponde, la segunda sólo notificó un gran endeudamiento y, en otra dependencia de la Sectur, se tramita un sumario por denuncias de pasajeros; pero la tercera dejó de operar. “Rovinet SRL cerró sus puertas de un día para el otro y sus socios gerentes, Daniel Camino, Juan Carlos Muller y Susana Pérez, desaparecieron”, luego de solicitar un concurso preventivo y entrar en cesación de pagos el 3 de mayo de 2001.
Daniel Manfredi, titular de la AVIABUE en esa época, decía en el diario La Nación que “se trabajó con tal sobreoferta que se degradaron los precios; la demanda de los turistas terminó por fijar el precio. Esta situación en un contexto recesivo es fatal.
Lamentablemente, no me asombra el cierre. Un indicio: aproximadamente 25 agencias porteñas se desafiliaron de la entidad que presido por problemas económicos”.
Marco Palacios, entonces presidente de la AAAVyT, opinaba en la misma publicación que “es imposible mantener este tipo de operaciones. Lo que hace cuatro años era un negocio envidiable, hoy la recesión lo convierte en una muerte segura”.

El comienzo del infierno
La recesión global de 2009 tuvo un impacto directo sobre el turismo. Las llegadas de turistas internacionales por motivos de negocios, ocio u otros fines disminuyeron un 4% y se quedaron en 880 millones ese año, según informó la OMT.
El impacto fue mucho más severo en España: la llegada de turistas cayó un 8,7% (hasta los 52,2 millones de visitantes), mientras que los ingresos por turismo extranjero retrocedieron un 9% (hasta los 38.104 millones de euros). Las potencias mundiales tratan de coordinar esfuerzos para atajar una nueva crisis, algo que implicaría graves problemas para la industria turística, como sucedi&oacute