Quanto custa? Comprá-lo. Las palabras en portugués para hacer una compra son bien conocidas en toda la calle Florida. Sólo hace falta caminar un par de cuadras por el centro de Buenos Aires para darse cuenta de que la ciudad recibe cada vez mayor cantidad de turistas brasileños, que se dedican a comprar, pasear y comer afuera. Esto no es sólo una percepción: según datos del Ministerio de Turismo de la Nación, el 39,4% de los extranjeros que llegan a los aeropuertos Ezeiza y Aeroparque provienen de Brasil.
Esta tendencia forma parte del crecimiento general de la actividad desde que comenzó el año. La última publicación de la Encuesta de Turismo Internacional indica que los viajeros que llegaron en agosto de 2010 fueron 233.027, un 70,7% más que el mismo mes de 2009. Los más destacados fueron los visitantes provenientes de Brasil: fueron 91.882, un 320% más que el año anterior. “Es importante aclarar que estos porcentajes son tan altos porque el año pasado el turismo se retrajo mucho, principalmente a causa de la Gripe A y la crisis financiera. Sin embargo, si comparamos con los datos de 2008 también se percibe un incremento importante. Y ahora, los viajes se retomaron con mucha fuerza”, asegura Juan Mirenna, presidente de la Cámara Argentina de Turismo.
“El aumento en la llegada de turistas brasileños se debe, principalmente, al beneficio que les da la diferencia en el cambio y el poder adquisitivo que tiene el real en Argentina. Para ellos, venir acá es muy barato y accesible. Además, los beneficia la cercanía: están a sólo dos o tres horas de vuelo”, explica Fabricio Di Giambattista, presidente de la Asociación de Agencias de Viaje y Turismo de Buenos Aires. Esto queda demostrado en la cantidad de vuelos semanales provenientes del país vecino: son 218, un 15% más en comparación a 2009, cuando se hacían 190.
“El crecimiento de la clase media en Brasil repercute directamente en sus elecciones sobre dónde pasar sus vacaciones. Un jubilado cobra en promedio 1.200 dólares, lo que significa que hay una gran masa de gente que antes no podía viajar al exterior y que ahora puede hacerlo. Y para muchos de ellos, la novedad es venir a Buenos Aires”, dice Di Giambattista.
Es que, el real a $2,30 les permite pagar todo a mitad de precio: lo que más les entusiasma de Buenos Aires son las compras, los espectáculos de tango y la gastronomía. Y así lo demuestran a través de su gasto diario; su consumo promedio es de 192 dólares por día, el mayor entre todos los extranjeros.
Lo que compran son, principalmente, ropa y productos de electrónica. “En la ciudad se pasean principalmente por el centro, la calle Florida, Palermo Soho y los shoppings. Todos lugares hacia donde se movilizan para comprar. Y también van a aquellas zonas que les resultan atractivas por sus espectáculos culturales”, agrega.
Además de la ventaja cambiaria, el aluvión brasileño es impulsado por la difusión de la Argentina como destino turístico. “Sin ninguna duda el turismo está creciendo. Esto también se debe a la promoción que estamos haciendo de todos los destinos argentinos en el exterior –afirma Mirenna-.
En este sentido, se realizan iniciativas de difusión desde el Ministerio, con la colaboración de agencias de viaje y hoteles, que tienen propuestas muy interesantes para los viajeros. Esta alianza entre el ámbito público y el privado está dando muy buenos resultados hasta el momento”.
La primera mitad del año, por ejemplo, se multiplicó la presencia de operadores locales en ferias de turismo de San Pablo, Belo Horizonte, Porto Alegre, Curitiba y Río de Janeiro, apostando a la cercanía de la temporada de invierno. El centro de esquí más visitado fue Bariloche (hacia donde hubo vuelos directos), aunque también se destacaron Las Leñas, en Mendoza, Cerro Castor, en Ushuaia, Tierra del Fuego, y Cerro Bayo, en Villa La Angostura, Neuquén. Otros destinos elegidos, además de Buenos Aires y los centros de esquí, son Córdoba y el Noroeste del país (Jujuy, Salta y Tucumán).
“Creemos que este crecimiento va a seguir sosteniéndose fuertemente, siempre que continúe el beneficio por la diferencia cambiaria. Sin dudas van a seguir llegando en grandes cantidades: estimamos que a fin de año vamos a sumar un millón de visitantes brasileños”, concluye Mirenna.