Crisis, la realidad del turismo accesible en Argentina
Mensajero habló con Alejandro López, referente del área a nivel nacional, y planteó el escenario que está viviendo el país en esta materia y cuáles son aún las deudas pendientes.
Hablar de turismo accesible no es simplemente referirse a un sector particular dentro de la industria turística: es reconocer que el turismo, en su esencia, debe ser una actividad para todas las personas, sin distinción. Garantizar la accesibilidad no solo responde a un principio de equidad y derechos humanos, sino que también fortalece el desarrollo integral del turismo como motor económico y social.
Incorporar la accesibilidad en el diseño y la gestión del turismo no solo amplía el alcance de la actividad y promueve la inclusión, sino que también eleva la calidad general de la oferta turística. Además, en un mercado global donde las experiencias personalizadas y el valor social son cada vez más relevantes, ser un destino inclusivo deja de ser un gesto opcional para convertirse en una ventaja estratégica.
Pero en la realidad actual, mejorar el funcionamiento de este segmento se volvió un desafío. Es por esto que Mensajero habló con Alejandro López, presidente de la Fundación Red de Turismo Accesible, quien analizó la crisis que atraviesa el sector, profundizada por los recortes en materia de discapacidad.
“Se está por declarar la ley de emergencia de discapacidad, en la cual este gobierno está totalmente en contra. La propia Agencia Nacional de Discapacidad manifestó estar en contra de esta ley, que viene siendo demandada por organizaciones de la sociedad civil, personas con discapacidad y otros actores”, expuso.
En materia normativa, Argentina tiene una robustez importante para con la accesibilidad, tanto así que por la ley nacional 25.643 de Turismo Accesible se marcó una diferencia con el resto de las naciones. Gracias a este marco reglamentario, la protección de los derechos de las personas con discapacidad van más allá que un modelo asistencialista, si no que aspiran a un modelo con una perspectiva social donde se puedan ingresar a todos los sectores de la sociedad.
Sin embargo, López puntualizó en que el retroceso de la actividad se debe al desmantelamiento de las políticas que permitían la formación y el acceso. En esta línea, explicó que la motosierra pasó por el campus de capacitación que tenía el ex ministerio y por el turismo social: dos programas que permitían la difusión de la perspectiva de discapacidad, y el derecho a la disponibilidad de vacaciones dignas para todos los sectores de la población.
“En la actualidad con este Gobierno no hay grandes iniciativas, no hay políticas inclusivas, se han desmantelado, se han recortado, como tantos otros programas”, confirmó López y continuó asegurando que “existen muchas barreras políticas y educacionales que hacen que con cada cambio de gestión de gobierno haya que sentarse nuevamente con los funcionarios para que entiendan el concepto de turismo accesible”.
Al recorte se suma la falta de consciencia
En la creencia de la Fundación Red de Turismo Accesible, la actividad del sector es vista como un derecho que genera bienestar en el conjunto de la sociedad y a su vez, mejora las condiciones de vida de las personas con discapacidad y de sus familias.
“Ya no es solamente generar condiciones mínimas o cubrir las necesidades básicas que tienen que ver con la alimentación, la vivienda, el trabajo o la salud, sino que presenta al turismo como una herramienta de transformación social para democratizar ese bienestar. Y eso también se ve afectado en la actualidad”, confirmó Alejandro López.
En el día a día, no se ven paquetes turísticos con perspectiva inclusiva y pese a la gran demanda de este sector viajero, “hay muy pocas agencias turísticas que ofrezcan paquetes o servicios turísticos a esta gran demanda”.
Esta es una falencia que presenta Argentina como destino, ya que los países que reciben un gran flujo de viajeros como son Reino Unido, Portugal, España, México, etc, toman en cuenta a la población de la tercera edad como parte de los consumidores que necesitan accesibilidad y centran sus productos en priorizar las condiciones aptas para todos.
Asimismo, entre las barreras que se encuentra este viajero se hallan: la falta de prestación de servicios adaptados, como el transporte; las barreras arquitectónicas, como pueden ser rampas y puertas en donde puedan acceder las sillas de ruedas; excursiones adaptadas e incluso personal capacitado en torno a las restricciones del viajero.
Lejos de resolverse, la red encabezada por López busca aportar una solución brindando capacitaciones. A su vez, tras la puesta en venta de la unidad de turismo social en Chapadmlal, la Fundacion apoya el pedido del gobierno bonaerense que buscar adquirir la propiedad y continuar ofreciendo el establecimiento específicamente para este segmento.