Desde el centro de la Patagonia, Puerto Madryn ocupa un lugar de privilegio como una de las pocas ciudades del mundo que tiene “ciclo hidrológico nulo”. Es decir –explica el secretario de Ecología y Medio Ambiente, Ricardo Arranz- que su ciclo del agua da una vuelta completa, y permite que el agua sea totalmente reutilizada en emprendimientos productivos. De este modo el agua deja de ser volcada en el mar, como ocurría hasta hace cuatro años en la región del Doradillo, y se preserva un recurso de importancia vital.
En una región como la Patagonia, al borde de la estepa y el desierto, este no es un dato menor y habla de la conciencia ambiental de una ciudad que multiplicó su población en los últimos años, pero está decidida a minimizar el impacto del uso de los recursos naturales y turísticos.

Doble reutilización
¿Cómo es el ciclo del agua en Puerto Madryn? El líquido llega desde el río Chubut, a 60 kilómetros, se usa para alimentación y lavado, luego se deriva al sistema cloacal, recibe tratamiento y se vuelve a utilizar en emprendimientos productivos. Y esta reutilización se realiza de dos maneras:
-Para el abastecimiento del primer sistema de lucha contra incendios, en un Patrimonio de la Humanidad, con agua de reuso.  
-Para la generación de oxígeno a través de forestaciones.
¿Qué implicancias extra ecológicas tiene esta reutilización del agua? Ricardo Arranz insiste en destacarlo: “Así se genera una nueva opción turística para la ciudad. Se puede mostrar algo más que ballenas, se forma un nuevo tipo de turismo de investigación y estudiantil para mostrar la planta de tratamiento biológico, que trabaja con sol, viento oxígeno”. Este sistema está ubicado en las lagunas facultativas, donde luego del sistema de tratamiento el agua va a un sistema de reuso y se distribuye mediante canales en los distintos emprendimientos productivos (árboles y frutos de carozo, nogales, almendros, experiencias