Paz y tranquilidad no es algo que abunde ni que se encuentre fácilmente en los tiempos que corren y en donde todo es “para ayer”; sin embargo a tan sólo media hora de Capital Federal, existe un sitio donde la única preocupación es descansar y pasarla bien.
En la Estancia La Candelaria, situada en Salvador María, partido de Lobos de la provincia de Buenos Aires, modernidad y glamour francés conviven para el bienestar de sus visitantes y entregarse al relax.
Sus diversas propuestas permiten disfrutar desde un día de campo hasta estadías semanales en las cuales hacer cabalgatas, andar en bicicleta por los bosques, realizar circuitos históricos y culturales, tardes a puro deporte, y la infaltable experiencia de degustar el asado local.
En sus más de 8000 hectáreas, se destaca el Castillo construido en 1894 siguiendo los parámetros de sus pares de Francia, y las construcciones antiguas como la caballeriza donde funciona la Escuela de Polo, una Capilla, el restaurante, gimnasio y salas de juego.
En los jardines, diseñados por el famoso paisajista Carlos Thays. hay glorietas, estatuas, arrecifes artificiales y bosques de pinos, ombúes, palmeras y cedros.
 
El Castillo
Un establecimiento a puro confort y glamour, instalaciones de calidad, ambientaciones renacentistas, mobiliario francés, arañas de cristal de roca, pinturas y esculturas por doquier, pisos de roble de Eslovenia y tapizados coloniales, son algunas de las características que impregnan los ambientes del Castillo en sus tres plantas.
En su interior, el edificio, de 1.200 mts2 cubiertos, y cuya fachada principal posee tintes normandos, ostenta en su salón de entrada una chimenea de mármol, una escalera con barandas de roble, y descansos iluminados por vitraux franceses. Dormitorios de lujo, recintos de estar, comedores, living, biblioteca y una cocina (con comida casera y típica de la gastronomía criolla) conforman esta estructura.
Además, este lugar dispone de un salón para 50 personas, con retroproyector, pantalla, televisores y servicio de café permanente, ideales para eventos, congresos y convenciones.

Para descansar
Con 30 habitaciones y una capacidad para 80 pasajeros, la disponibilidad para alojarse varía según los gustos y posibilidades. Desde experimentar dormir en un Castillo añejo, pasando por el lujo de las Suites (con y sin chimenea) en las casas coloniales, la osadía de descansar en la tranquilidad de los bungalows en medio del bosque, hasta alojarse en el Molino holandés o la soledad de la Casa del Sol, todo es posible.

Diversión

Las actividades varían según los gustos de cada viajero. El complejo ofrece una amplia variedad de sitios donde poder desarrollar deportes: piscinas, canchas de tenis, polo, fútbol y golf son las m