La industria turística ha sufrido cambios abismales en los últimos 60 años, tan es así que es considerada una de las industrias modernas junto con la comunicación cibernética.
Han sido tan importantes los cambios que para muchos países se ha convertido en el ingreso de divisas más importante.
Con sólo analizar la actividad local podemos asegurar que es tan veloz el reacomodamiento que muchas veces ni siquiera hay tiempo para hacer un análisis pormenorizado de la situación que estos cambios provocan.
Tomando como ejemplo a la industria aérea las nuevas herramientas tecnológicas que hoy se utilizan provocan situaciones que hace 40 años eran impensables. Del viejo télex y tarjetas manuales de reservas a la confirmación on line y pago electrónico de un pasaje aéreo al otro lado del mundo existe poco tiempo y muchos cambios. ¡Y no hablemos del significado espectacular del ticket electrónico!
Todas estas cuestiones deben venir acompañadas de capacitación al personal para que esté a la altura de las necesidades que demanda la nueva tecnología aplicada al turismo.
La estructura de una agencia de viajes antiguamente requería que quien vendía un producto también lo operara y emitiera las órdenes o boletos correspondientes.
Hoy existen departamentos con instrucciones precisas que se ensamblan entre sí hasta lograr la atención del pasajero en el menor tiempo posible y con una calidad destacable.
Todo esto se refleja hoy en el campo institucional y gremial empresario.
La necesidad de buscar soportes institucionales no es una exigencia que surge porque sí, es una necesidad que, imperceptiblemente, se va apoderando de los sectores de la industria que reacomodan su posición política frente al mercado. Así surgieron las primeras Asociaciones, que debido al crecimiento y la profesionalidad adquirida por el sector tuvieron que adaptarse para no dejar de ser una herramienta acorde a las exigencias de sus socios.
La AAAVyT, con sus 60 años, ha tenido un comportamiento impecable en la función que le tocó ocupar. Primero agrupando a las agencias de Buenos Aires y después a las del país. Luego con la creación de AVIABUE pasó a ser la verdadera AAAVyT de todas las regionales.
¿Qué motivo este cambio?
Desde hace un tiempo observamos en la intermediación comercial de productos turísticos que los roles de los actores del sector cada día se diferencian más según las funciones que ocupan.
Esto lleva a un cambio en las relaciones entre ellos, ya que sus necesidades se modifican, sus estructuras se alteran automáticamente, el riesgo es un compañero permanente y los problemas no pasan por discutir por un pasajero o por un cupo aéreo de temporada sino por una política amplia con los transportadores aéreos, cruceros, cadenas de hoteles o rentadoras de autos y a su vez en correspondencia con entidades públicas y privadas en el orden nacional e internacional como Secretarías de Turismo o delegaciones oficiales de promoción de nuevos destinos; a lo que se le debe agregar la participación en las decisiones sobre política turística demandada por el organismo oficial.
Es así como se conforman nuevas instituciones que terminan reacomodándose y cumpliendo un  papel fundamental en la vida institucional del sector, como es el caso de AAOVyT que nuclea a operadores mayoristas y es en este ámbito donde han descubierto un espacio para el intercambio de ideas, defender sus intereses, discutir políticas con otros prestadores o su posición fiscal o jurídica que hoy dista mucho del formato original que se diera cuando eran sólo agentes de viajes minoristas.
Es por eso que en industrias más antiguas que el turismo, orgánicamente hablando, fueron adoptando figuras institucionales donde se agrupaban de acuerdo a los intereses o actividades específicos.
Algo similar sucede con la propuesta para realizar la Federación de Empresas de Viajes y Turismo, porque las Instituciones que están ya cumplieron con su tiempo y aggiornarlas no es un pecado o una traición, es una realidad que salta por sí sola.
¿Qué tiene que ver una agencia de viajes de Capital con una de Salta, con un organizador de eventos y congresos, con un operador de giras técnicas profesionales, con un agente de  ecoturismo o con una agencia de turismo receptivo en Calafate?
Hasta hace un tiempo coincidían en un 80% en la actividad que realizaban, los intereses propios y los problemas surgidos de los usos y costumbres. Hoy diría que tienen en común un 30% de la actividad.
Por lo tanto esta propuesta de conformar una Federación, sin egoísmo ni especulación alguna, debe ser una gran carpa de protección de todas las entidades relacionadas con la intermediación de servicios turísticos, ya que justamente cada una de ellas nuclea a  socios que mantienen lazos comunes y a su vez permite mantener su identidad, defendiendo los derechos en las asociaciones propias pero aportando a la Federación  las cuestiones comunes a todos sus integrantes.
La AAAVyT cumplió su rol, y lo puede seguir cumpliendo si modifica su estructura para proteger, defender, capacitar y marcar el camino desde una Federación, donde ya no sólo se piense en los agentes de viajes, sino también en los operadores emisivos, en los receptivos, en los operadores de turismo estudiantil, de operadores de ski, de aventura, agroturismo, de eventos y congresos, religioso, corporativo, etc. y todas las modalidades que esta gran industria seguramente desarrollará.
La Federación dialogará y fijará posiciones con sus pares en la hotelería, en el transporte y con el Ministerio de Turismo estableciendo políticas ya discutidas en cada sector de las asociaciones que la conformen.
La AAOVyT tiene fundamentos claros para ocupar un lugar importante en el plano institucional y ser parte de esta Federación.
Una Federación tiene la posibilidad de nuclear a entidades que coinciden por su  participación en el ámbito general pero que en el particular difieren por características geográficas, temporadas altas o bajas, infraestructura hotelera y aeroportuaria, cantidad de socios, aranceles o impuestos provinciales o municipales, por ser destino nacional o internacional, etc.
Una Federación de Empresas de Viajes y Turismo conformada por las Asociaciones de Agencias de Viajes, por la Asociación de Operadores, por las empresas de Congresos y Eventos, por los Operadores Receptivos, Cruceros, Turismo Aventura, etc, sería una demostración del crecimiento que hemos tenido en estos 60 años, los cuales requieren estructuras acordes a la importancia y presencia que hemos demostrado en la economía del País.