Tras la no presentación de algunos pilotos agremiados a la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) que frustró la salida de de los vuelos de Aerolíneas Argentinas desde  Ezeiza, el Ministerio de Trabajo tomó cartas en el asunto citando a ambas partes para destrabar las problemáticas en torno a las cancelaciones y sentenció la Conciliación Obligatoria por un período de 15 días hábiles, siendo el próximo martes 6 de septiembre la reunión de ambas partes en la sede de Relaciones Laborales.
Dos vuelos con destino a Madrid deberion cancelarse porque fueron reprogramados y no había tripulación disponible para realizar los vuelos, debido a que pilotos y co-pilotos presentaron parte de enfermo,
Sin embargo, las razones y versiones públicas que dieron origen a este episodio varían según la vereda en que se esté parado. Desde APLA aseguran que pese a que no existe conflicto acatarán la medida provisoria impuesta por el Ministerio de Trabajo, y a su vez, enfatizaron desde la entidad gremial que no se adoptaron ninguna medida de acción directa. También le enviaron un mensaje a la cúpula gerencial de AR afirmando que las cancelaciones fueron motivadas exclusivamente por la” falta de previsión e irresponsabilidad en la comercialización de vuelos de la compañía”.
Por su parte, desde Aerolíneas aseveran que los problemas para volar comenzaron a raíz del “quite de colaboración del gremio” lo que derivó en la imposibilidad de conformar las tripulaciones técnicas para los vuelos programados. El problema se profundizó cuando quisieron reprogramar los vuelos con otros tripulantes y se encontraron con la respuesta negativa de los pilotos no asignados para los vuelos originales, quienes se negaron a reemplazar a los “enfermos y efectuar “voluntariamente los vuelos”.
En torno a las suspicacias de que las suspensiones se debiesen al cierre de las negociaciones de las paritarias entre AR y APLA, donde el gremio pretende un 40% y la empresa ofrece un 24%, el Secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, sostuvo que  “creemos que detrás de esta discusión hay otra, porque los aeronáuticos son los únicos que no han cerrado su paritaria y no descarto que estas medidas sean por eso”, y dijo que “no es un hecho aislado porque esta es una actitud reiterada, donde se buscan formas de dejar a los aviones sin tripulación”.
Por su parte, el titular de APLA, Jorge Pérez Tamayo, aseguró que el gremio siempre acompañará el trabajo del Gobierno Nacional y que “la situación de la cancelación de vuelos no se trató de un conflicto, y muchos menos por las paritarias, sino que fue producto de que cada piloto ejerció su derecho individual”. A su vez, el dirigente sindical reveló: “La falta de copilotos o comandantes fue comunicada de forma previa al último fin de semana en cuestión, y sorprendió que la empresa no haya adoptado recaudos porque ya sabía de la falta de dotaciones de reemplazo”.

Versiones oficiales
Tras un comunicado desligando responsabilidades, Aerolíneas Argentinas informó que las cancelaciones habían sido porque no se lograron completar las tripulaciones dado que los pilotos se reportaron todos enfermos y no pudieron cubrirse entre ellos.
El Poder Ejecutivo también opinó y el Ministro de Trabajo, Carlos Tomada, declaró: “Fue una medida encubierta de acción directa, un quite de colaboración muy explícito. Esto es muy grave, se habían citado a cumplir sus funciones a 22 pilotos y ninguno pudo porque no estaban en condiciones de volar”.
En tanto que, el Gerente General de Aerolíneas Argentinas, Juan Pablo Laffosse, analizó: “Fue una especie de apriete a la empresa porque estamos en pleno proceso de negociación de los aumentos y es una forma de ejercer presión con un paro no declarado. Pero con estas acciones los perjudicados son los consumidores y no nosotros, porque aunque nos quieran hacer quedar mal, la gente sabe cómo es esto”.
Asimismo, en un tono conciliador admitió que “por suerte todo se ha calmado y hay diálogo”; también fue optimista al pronosticar que “el próximo martes debería quedar todo solucionado en torno a las paritarias y por ende de acá a varios meses no debería haber ningún problema, y mucho menos, paros”.
A su vez, desde la aerolínea de bandera manifestaron que la medida de fuerza no había sido notificada con antelación y por eso no hubo forma de reprogramar el normal funcionamiento de los servicios.

APLA dice
Según el gremio de pilotos, el problema comenzó hace varios días cuando el 10 de agosto la empresa estatal fue advertida por APLA respecto a la falta de tripulaciones, pero aún así se mantuvieron todas las frecuencias. No obstante, y ante la imposibilidad de continuar con los equipos necesarios, desde APLA denunciaron que el Subgerente General de Aerolíneas Argentinas, Axel Kicillof, solicitó listados de pilotos para presionarlos a volar en sus días de descanso.
“La empresa debe cesar y revertir la presión sobre los trabajadores a partir de la requisitoria de los nombres de los pilotos que rechazaron volar”, decía la carta dirigida a las autoridades de la compañía.
Sin importar ser incluidos en las “listas negras”, muchos pilotos se negaron a realizar vuelos para los que no habían sido programados aludiendo que “la fatiga es un factor de ponderación respecto de la seguridad aérea, y que violentar esta cultura operacional podría inducir a transgredir normas y conducir a incidentes o accidentes”.
Con “delicadeza” pero en clara alusión al descontento por el manejo de AR, desde APLA afirmaron que los enfrentamientos con los pasajeros se pudieron haber evitado porque Aerolíneas era consciente del cuadro de situación, y aún así decidió no anunciar la suspensión de los vuelos hasta que los viajeros no estuviesen en Ezeiza.
Para poner paños fríos a la situación, Pérez Tamayo explicó a este medio que este tipo de situaciones y diferencias son “previsibles” cuando se llega fin de mes y hay tantas horas de guardia acumuladas que terminan comprometiendo a futuros vuelos.

Entre líneas
A menos de dos meses de las elecciones presidenciales, estas medidas de fuerza y su repercusión en los medios atentan directamente contra la imagen, confiabilidad y por ende financieras de la empresa. No obstante, en este caso en particular las balas pareciesen estar dirigidas al Gobierno Nacional, respecto al manejo dirigencial y comercial de la aerolínea.
Hace pocos días, un estudio de la Asociación del Personal de los Organismos de Control, que audita cuentas públicas, vaticinó que a fin de año Aerolíneas podría requerir financiamiento de 622 millones de dólares, más del triple previsto en el plan de negocios inicial. El Presidente de AR, Mariano Recale, manifestó: “El Estado está invirtiendo mucho dinero en poner en valor la compañía, pero eso no es pérdida ni déficit, es inversión en la recuperación de un servicio público que es fundamental para la Argentina”.
Desde APLA, no parecen estar muy contentos con la actual gestión y las presiones que ejercen parecieran tener más tintes políticos que sindicales.

La historia todavía no terminó
En algunos días, cuando se defina el tema de las paritarias se podrá disipar cuales fueron los verdaderos motivos de las suspensiones de vuelos y cuál era la postura que más se acercaba a la realidad del problema suscitado dentro del seno de la compañía. Mientras tanto el conflicto entre Aerolíneas Argentinas y APLA entró en un impasse obligatorio que sería develado en los próximos días cuando las rondas de negociaciones empiecen.
No obstante, desde las altas cúpulas nacionales pese a respetar y apoyar los reclamos gremiales, siempre y cuando sean justos, se evidenciaron los malestares por esta medida y las voces que se esgrimieron instaron a la Asociación de Pilotos a buscar “otros métodos” para expresarse ante futuros reclamos y así evitar una nueva situación “de caos” que deja mal parada a la aerolínea de bandera.

La ligaron de arriba
Ante el cese de las actividades de los agremiados a APLA, quienes sufrieron las verdaderas consecuencias y padecieron en primera persona el malestar de las personas que debían viajar fueron los empleados de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) y de la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales que fueran agredidos por pasajeros indignados debido a la cancelación de vuelos.
En una carta la Comisión Directiva, APLA y el Cuerpo de Delegados de Aerolíneas Argentinas repudiaron estos actos de violencia y se comprometieron a ayudarlos en la defensa de los derechos como trabajadores aeronáuticos. Además, les expresaron su apoyo y solidaridad a los compañeros mal tratados por el “caos” que se vivió en Ezeiza tras las suspensiones.

Un vuelto
Este conflicto y las posteriores cancelaciones de los vuelos internacionales producidas el fin de semana del 28 y 29 de agosto último como consecuencia del “quite de colaboración de APLA” o por la “falta de previsión de los empleados”, le costó a la compañía, y por ende al Estado nacional, una pérdida de más de 2,8 millones de dólares, según confirmó la aerolínea de bandera en un comunicado. Este monto incluyó gastos de hotelería y traslados, multas de países extranjeros por incumplimiento de contrato de viaje y compensaciones a los damnifica