¿Qué paso ayer?
Una audiencia realizada ayer en la sede ministerial de la Avenida Callao al 100, monitoreada por el funcionario laboral Miguel Alioto, permitió reencauzar el diálogo, aseguró ayer a Télam el dirigente de la APLA Pablo Biro, quien sostuvo que las partes se reunirán nuevamente a las 11 del martes 6 de septiembre.
La cartera laboral dictó la conciliación obligatoria por un período hábil de 15 días, aunque Biro aseveró que "los pilotos y los afiliados a la APLA en ningún momento adoptaron las medidas de acción directa que se les atribuyen", a la vez que defendió "la paz social". Alioto comunicó a sindicalistas y empresarios que podrán reunirse cuantas veces sea necesario para resolver la situación. Sin embargo, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, explicó el dictado de la conciliación a partir de la situación generada -que impidió el domingo por la noche la salida de varios vuelos- y sostuvo que fue "una medida encubierta, un quite de colaboración muy explícito". "Se convocó (a cumplir con sus funciones) a 22 pilotos y, todos, dijeron que no estaban en condiciones de volar, lo que es muy grave", indicó Tomada ayer en declaraciones a Radio Belgrano. Tomada añadió que hubo excusas vinculadas con "supuestas enfermedades de pilotos" y advirtió que esta es "una actividad reiterada para dejar a los aviones sin tripulación".
Tomada consideró que lo ocurrido el domingo por la noche "no es un hecho aislado" e instó a la APLA a hallar "otros meétodos" para expresar los reclamos, evitando de ese modo "una situación de caos". La APLA explicó que "la empresa debe cesar y revertir la presión ejercida sobre los trabajadores a partir de la requisitoria de los nombres de los pilotos que rechazaron volar en sus días off".
En una carta dirigida a las autoridades de la compañía, el gremio indicó que "la fatiga es un factor de ponderación respecto de la seguridad aérea", y puntualizó que "no es correcto violentar la cultura operacional de Aerolíneas, ya que ello podría inducir a transgredir normas y conducir a incidentes o accidentes". El titular de la APLA, Jorge Pérez Tamayo, aseguró que el gremio acompaña al gobierno nacional, por lo que "la confección de listas retrotrae a épocas que el personal creía superadas". El gremio resaltó que la suspensión de servicios se motivó en el hecho de que algunos pilotos afectados a la programación de vuelos fueron convocados en "el marco de sus legítimos períodos de descanso (días libres), los que no pueden ser soslayados sin que ello constituya un serio peligro para la seguridad áerea". "Cada piloto convocado actuó conforme a su propia voluntad, sin indicación alguna del gremio para adoptar protestas.
Cada uno ejercitó su derecho individual", consignó la APLA. Pérez Tamayo negó la existencia de "un conflicto" y explicó que "la falta de copilotos fue comunicada de forma previa al último fin de semana, ya que las programaciones fueron mal hechas". "Este tipo de inconvenientes aumenta a medida que se acerca fin de mes, porque cada vez que un copiloto o comandante es sacado de una guardia se comprometen vuelos a futuro y se produce algo denominado `la casacada`", puntualizó el dirigente sindical. Pérez Tamayo se mostró "sorprendido" por el hecho de que "la empresa no haya adoptado recaudos de forma previa a la llegada de los pasajeros a Ezeiza, porque ya sabía de la falta de dotaciones de reemplazo en caso de partes médicos o cualquier otro percance".
A pesar de que el gremio aclaró ayer en Trabajo que en ningún momento hubo "conflicto", acató la conciliación obligatoria. Los gremios de pilotos, técnicos, aeronavegantes y de seguridad se reunieron ayer en la sede sindical de los pilotos, en Lezica 4031, para analizar la situación y