Referentes de algunos observatorios turísticos del país detallaron a Mensajero el proceso para alcanzar un uso más eficiente de la información y así lograr una mejor gestión.

La recopilación de la información sobre los turistas que visitan un destino, sus preferencias e incluso sus movimientos ha cobrado una gran relevancia en los últimos años de la mano del uso de nuevas tecnologías que permiten clasificar los datos. Esa necesidad de conocer aun más el mercado fue la que, con el correr del tiempo y la innovación en el turismo, derivó en la creación de observatorios en diferentes destinos del país.

El objetivo de estos organismos, según señalan los referentes, es poner en valor la información estadística para justificar decisiones y orientar los recursos hacia un uso más eficiente. En ese sentido, los directores de algunos de los observatorios del país dialogaron con Mensajero sobre cómo el relevamiento de datos favoreció al turismo local.

EN CADA RINCÓN

El Observatorio Turístico de Santa Cruz fue creado en 2018 y contó con una primera etapa de concientización a prestadores y municipios sobre la importancia de aportar información. Gabriel Moncada, director del organismo, señaló que si bien comenzó a generar los primeros indicadores en 2019, la pandemia obligó a una reestructuración y a buscar nuevos recursos: “En 2021, cuando se empezaron a abrir paulatinamente los destinos, nuestra principal fuente de información eran los permisos de circulación turística que exigía la provincia para viajar”.

Mendoza Mariano Alguacil, director del Observatorio “A partir de entonces ya se sabían datos de alojamiento, de ocupación, de fines de semana largos, y se empezó a hacer un reporte anual.

Por su parte, Rodrigo Oliver, director general de Inteligencia, Mercados y Observatorio del Ente de Turismo de Ciudad de Buenos Aires, detalló que el organismo toma información secundaria de la Dirección Nacional de Migraciones y del Ministerio de Turismo y Deportes y la transforma en datos para el destino. “El otro set de información es de estadísticas que no son permanentes, sino de determinados momentos del año, como los sondeos de ocupación hotelera en fines de semana largos o en eventos puntuales como los recitales de Coldplay a fines de 2022. En esas ocasiones salimos a hacer estadísticas propias”, explicó.

LA EVOLUCIÓN

En Santa Cruz, se implementó un proyecto en 2022 que consiste en la ciencia de datos, la cual permite analizar grandes volúmenes de información con herramientas tales como lenguajes de programación. “Nosotros lo utilizamos para saber qué opinaban en internet los turistas que nos visitaban. Analizamos casi 80 mil comentarios y puntajes, así como también las palabras que usaban para saber los motivos”, comentó Moncada, quien añadió que esta información le quita subjetividad al análisis: “Entonces el prestador sabe que tiene que mejorar porque conoce de qué se está quejando la persona que lo visitó, pero a nivel macro, con un volumen enorme de datos que es sumamente representativo”.

Con respecto a Mendoza, se llegó a la conclusión de que era necesario compartir la información de una manera más dinámica con el sector, los inversores, la prensa y las instituciones. Al respecto, Alguacil explicó que por ese motivo se decidió pasar de un anuario a una plataforma virtual abierta en la que se va generando información en línea para que el usuario pueda consultar y armar los datos que necesite:

observatorio porteño big data “Una muy importante es el de la movilidad de los turistas en la ciudad, que lo hacemos a partir de la telefonía y de dónde vienen, según el origen del celular”, contó Oliver.

MOMENTO DE CONCLUSIONES

La visibilización de la información permite a los destinos saber en qué aspectos hay falencias para buscar soluciones, así como también conocer los puntos fuertes para explotarlos aun más. En esa línea, Moncada especificó que en Santa Cruz se usaron los indicadores para “justificar el aumento de las frecuencias aéreas, restablecer rutas que se habían cerrado y dimensionar el impacto económico del turismo en la provincia”.

Por su parte, Alguacil explicó que “el tema datos es de nunca acabar” y sostuvo que la intención del observatorio mendocino es que no sea un depósito de datos, sino una herramienta que permita tomar decisiones de gestión: “Cuando nosotros evaluamos la conectividad, el dato que nos da es que, dentro de los aeropuertos internacionales del interior, somos el que más turistas brasileños recibe. Eso nos permite ir a sentarnos con las aerolíneas y mostrarles la información”.

En lo que concierne a Ciudad de Buenos Aires, en uno de los gráficos presentados en la web es posible ver cómo se está recuperando el receptivo. “Nosotros vemos mes a mes el diagnóstico para tomar decisiones. En cuanto a la conectividad, estamos trabajando en poder ver las búsquedas, reservas y oferta aérea de vuelos del resto del mundo a la Argentina. No solamente nos interesa investigar el pasado, sino también tener insights de perspectiva”, indicó Oliver.

PENSANDO EN EL FUTURO

Moncada sostuvo que cuentan con estudios de perfiles de turistas en los destinos consolidados, pero no en los emergentes:

En el caso de Mendoza, Alguacil indicó que actualmente están empezando a construir los tableau de productos: “Estamos trabajando en el de congresos y convenciones, el de vino, el de gastronomía y el de naturaleza. Hoy diría que son los principales productos que hay en la provincia. Como faltar, siempre van a faltar cosas, pero esas son las prioridades”.

Finalmente, Oliver sostuvo que un proyecto que el observatorio tiene para este año es plasmar en datos la calidad de la experiencia del viajero “con una mirada 360°”. “Hoy el uso de la tecnología hace que cuando visitamos un lugar tengamos muchas posibilidades de dar una reseña. En cualquier sitio de Ciudad de Buenos Aires, podemos entrar y recavar las opiniones de los que los visitan, desde una plaza hasta un restaurante. Entonces, tenemos que tener un monitoreo muy importante de esa experiencia desde que el turista se baja del avión”, concluyó.