Operadores vs. crisis: historias argentinas de resiliencia
Algunos de los referentes que llevan más tiempo en el turismo hablaron con Mensajero sobre sus experiencias resistiendo a los golpes que atravesó la industria.
Con el correr de los años, el turismo argentino ha tenido que atravesar diferentes dificultades propias de un país plagado de crisis, que tuvieron a la inestabilidad de la economía local como protagonista. Sin embargo, si se le suman diferentes acontecimientos de carácter mundial como el atentado a las Torres Gemelas y la reciente pandemia de COVID-19, el resultado es una industria que pasó las últimas décadas sobreviviendo a los golpes. ¿Cómo hicieron las empresas que más tiempo llevan en el sector para mantenerse a flote?
Andrés de Rossi, director general de Ola Mayorista de Turismo y parte de la compañía desde 2004, manifestó que cada una de las crisis los hizo reinventarse, recalcular y repensar el negocio: "Creo que hoy estamos con un chip de resiliencia casi automática. Nosotros dependemos de CVC Brasil y continuamente estamos comentando y explicando la situación del país, con lo cual este ejercicio lo estamos haciendo casi cotidianamente".
“En Ola, la idiosincrasia siempre fue cuidar a los clientes y a la compañía. Todas las medidas que tomamos fueron en pos de ambas partes y tuvieron que pasar por ese tamiz. Ese es un gran diferencial que tiene Ola en ese sentido”, agregó al respecto.
Por su parte, Eduardo Carey, presidente de Free Way y quien cofundó la empresa en 1971 (en 1986 tomó el nombre actual), explicó que con el tiempo se va haciendo más fácil tomar los resguardos necesarios para mantenerse durante la crisis. “Fundamentalmente, es visualizarlo, bajar las estructuras, reducir los gastos significativamente, economizar las inversiones que uno hace en promoción, publicidad, viáticos y todas esas cuestiones”.
Asimismo, Juan Toselli, presidente de Juan Toselli International Tours, indicó que a lo largo de la extensa historia de la compañía (opera desde 1981) vivieron una gran cantidad de crisis: “Nuestra actividad es una montaña rusa. Por ahí subimos, por ahí estamos en una meseta en la altura y por ahí, paf, una caída brusca de vuelta”.
"Creo que hoy estamos con un chip de resiliencia casi automática"
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La que más los marcó
Ante la variedad de crisis que se desarrollaron en la historia, los empresarios pusieron sobre la mesa la que para ellos fue la más difícil de atravesar. “Creo que la actual, la que estamos viviendo como país, viene aparejada después de una pandemia, que sin duda fue algo que nunca habíamos vivido, lo que hace que sea más difícil todavía”, opinó de Rossi, quien argumentó: “No estaba en los planes y fue algo extraordinario, porque nos dejó a todos recalculando bastante”.
Por otro lado, Carey indicó que para Free Way la más complicada fue la crisis económica de 2001: “Parecía que desaparecía el país porque prácticamente no había moneda. El turismo estaba caído, pero se fue saliendo y después tomamos empuje cuando se vino la buena”. Asimismo, trazó un paralelismo con la de 2020 al sostener que durante la pandemia hubo un apoyo por parte del Estado: "Eso nos permitió mantener una estructura tanto en la oficina funcionando como en la casa. Y si bien no se comercializaba mucho, se fueron ordenando muchas operaciones que se están concretando ahora”.
Juan Toselli coincidió en que la más difícil fue la de 2001, debido a que entre enero y junio de 2002 el dólar pasó de uno a cuatro pesos: “Hubo una crisis muy grande, porque además veníamos de los atentados, del ántrax y se inició la guerra en Afganistán, entonces había demasiados palos en la rueda”.
“10 mil dólares en julio era una verdadera fortuna. Entonces había clientes que decían ‘con lo que me cuesta un viaje a Europa me compro un departamento’. La venta se había clavado. Por eso, 2002 fue uno de los años más difíciles que nos tocaron a nosotros. La pequeña ventaja era que teníamos una estructura chiquita, entonces fue más fácil cubrirla y no tuvimos que desprendernos de nadie”, añadió.
"Nuestra actividad es una montaña rusa"
No bajar los brazos
Al momento de recordar si en alguno de los acontecimientos negativos que golpearon al turismo tuvieron en mente cerrar las puertas de Ola, de Rossi explicó: “Generalmente, cuando sale alguna medida gubernamental, sí. Pero después uno rápidamente se acomoda, analiza mejor la situación y ve cuáles son los planes alternativos”.
“Soy una persona de fe y siempre confié en que en algún momento saldríamos adelante. Nunca se me cruzó por la cabeza abandonar la actividad”, concluyó Juan Toselli, después de más de 40 años en el turismo.
“Siempre hubo una luz que significó la posibilidad de seguir”
La experiencia
Con el tiempo, la sucesión de continuos golpes recibidos por el sector y la sensación constante de una inminente nueva dificultad generó en las compañías turísticas del país una especie de cintura que permita afrontar todo tipo de escenarios. “Tantas medidas hacen que el sentido de asombro empiece a ser cada día menor y permite que uno lo naturalice. Hemos sorteado muchos obstáculos y creo que vamos a tener que sortear muchos más; y en ese sentido, considero que uno está preparado para cualquier tipo de determinación”, explicó Andrés de Rossi.
Finalmente, Juan Toselli analizó que con los años se va formando “una cultura de ser creativos” para buscar soluciones a diferentes problemas: “Hay pueblos que están mucho más estructurados y ante cualquiera de estas noticias directamente se inmovilizan. Obviamente que todo el mundo prefiere la previsibilidad y la armonía, pero si llega a venir algo inesperado tenemos cintura para enfrentarlo y ver de salir airosos. En los últimos 40 años hemos tenido que desarrollar ese know-how, porque si no, hubiéramos desaparecido”.