Operadores turísticos argentinos dialogaron con Mensajero sobre la manera en la que están operando en torno a los viajes programados al país andino.

Durante los últimos años, el turismo ha tenido que adecuarse a diferentes factores externos para poder mantenerse a flote: crisis sanitarias, vaivenes económicos, y hasta conflictos bélicos en la otra orilla del Océano Atlántico. Tanto cachetazo ha generado en el sector una especie de cintura para saber sobrellevar cualquier situación adversa que se pueda presentar. En esta oportunidad, la crisis sociopolítica que azota a Perú encendió las alarmas en los operadores argentinos que comercializan el destino y algunos de ellos dialogaron con Mensajero sobre la manera en la que están trabajando en torno a los viajes programados para este año.

UN PANTALLAZO

Juan Toselli

Juan Toselli, presidente de Juan Toselli International Tours, señaló que no hay mucho tráfico a Perú para esta época del año: “El consejo que nos dieron los operadores que tenemos allá es que tratemos de postergar el viaje. Supongo que si el pasajero pospone para febrero y la situación sigue igual, permitirán retrasarlo otra vez”. Sin embargo, el empresario aclaró que el foco del inconveniente no está en Lima, la capital y centro neurálgico de Perú, sino en los principales circuitos turísticos debido a que están bloqueados los accesos a Puno, Cusco y Machu Picchu. “No es el momento para hacer un viaje de esas características a Perú hasta que la situación se tranquilice”, sostuvo.

Por su parte, Carla Tártara, CEO en Piamonte, expresó que el operador de Perú con el que trabajan continuamente les envía comunicados con la información actualizada de la situación en el país. “Normalmente, los operadores cuando pasan cosas así, como son proveedores con los que trabajamos hace muchos años, son comprensivos y entienden la situación si lo cancelamos. Lo que no sé es con los aéreos, porque todavía no tuvimos nada”.

Por su parte, Claudio Manibesa, director de Contrastes Operador Mayorista de Turismo, apuntó que históricamente la empresa vendió mucho el destino Perú, particularmente con salidas grupales. “Para esta temporada teníamos una armada, que la tuvimos que posponer hasta que esta situación se acomode un poquito. Perú es uno de nuestros caballitos de batalla”.

ASIMILAR EL GOLPE

Toselli especificó que “todas las situaciones que alteran el normal flujo de gente preocupan, porque son menos negocios”. Asimismo, agregó que la problemática en Perú no afecta en demasía a la empresa, aunque es la acumulación de acontecimientos lo que perjudica a la operación: “No es un destino de tanta gente, pero si a eso se le suma que Europa del este está en una situación delicada por la guerra de Rusia y Ucrania, y que China está complicada por el rebrote de COVID, son eventos que de algún modo afectan el normal flujo de turismo”.

Carla Tártara

Por su parte, Tártara sostuvo que desde marzo y hasta mayo cuentan con una salida programada por mes, y que ya hay otros viajes planificados para el segundo semestre. “En lo que corresponde a nuestra facturación, en 2022 representó el 1,15 %. Es importante, pero no es un porcentaje muy alto”, añadió. En esa línea, aclaró que por el momento no tuvieron cancelaciones.

Asimismo, Manibesa expresó que siempre tuvieron una gran cantidad de viajeros que se interesaron por el destino Perú. Sin embargo, aclaró que la época de mayor cantidad de salidas grupales al país andino es otoño y primavera: “Si esta situación se extiende en el tiempo, nos podemos ver de alguna forma perjudicados en nuestra producción. Si hay compromisos creados y en el momento de postergarlo los prestadores ponen trabas, ahí se complica. El tema es cuando de alguna forma los proveedores que uno tiene acompañan en esta situación que vive el país”, añadió.

OPERADORES TURÍSTICOS ENTRENADOS

Después de la pandemia, no sólo los operadores y las empresas del turismo en general supieron acostumbrarse a la idea de que las condiciones de juego pueden cambiar de un momento para el otro, sino que los viajeros también entendieron que pueden existir situaciones que alteren el normal desarrollo de un itinerario programado.

Con respecto a ello, Toselli opinó que la crisis sanitaria derivó en que “la mayoría de los viajeros contra situaciones que están fuera de control prefiere adaptarse”. “Si nunca tuvo una reprogramación le cae pesado, pero se acostumbra si es algo que ya le pasó durante la pandemia. Ya está instalado el tema de que puede haber una reprogramación por causas inmanejables para nosotros”, sumó.

Claudio Manibesa

Al respecto, Manibesa afirmó que de alguna manera no sólo los prestadores de servicios son un poco más permisivos al momento de tener que hacer alguna modificación, sino que también el operador mira el negocio de una manera diferente: “Uno es un poco más prudente a la hora de firmar los contratos o hacer los convenios. Porque en el turismo muchas veces se proyecta a futuro, o para un viaje grupal de esta envergadura uno contrata el avión 6 o 7 meses antes y uno no tiene la bola mágica para saber qué es lo que va a pasar. Es un riesgo que uno toma”.