Ciudad de ríos, lagunas y playas, Maceió (capital del estado de Alagoas) es una deslumbrante reunión de bellezas naturales. Los indios, que adoraron el lugar, lo bautizaron como “Maçayó” o “Maçai-o-k”, que significa “lo que cubre lo alagadizo”.
Algunos historiadores afirman que la ciudad tuvo su origen en un antiguo ingenio de azúcar en el siglo XVIII. Otros aseguran que, los comienzos de esta fantástica ciudad están ligados a una pequeña aldea de pescadores. Sin embargo, todos coinciden en que esta ciudad ha sido bendecida por la naturaleza.
Para comenzar a disfrutar de los encantos de las playas de Maceió  nada mejor una buena caminata, empezando por la orilla de Pajuçara, recorriendo Ponta Verde, Jatiúca y hasta llegar a Lagoa da Anta (antes conocida como Cruz Das Almas).
Recorrer las playas admirando el azul verde del mar, las jangadas y las palmeras es una tradición de los alagoanos, una invitación al placer. Se puede aprovechar para tomar agua de coco, saborear helado de graviola, de mangaba o de cajá. Una agradable estadía en Maceió se completa con la puesta del sol por la costanera de Pajuçara, saboreando la tapioca de coco, queso, banana y canela, y también haciendo una parada en la feria de Artesanías en Pajuçara.
Los más románticos no deben olvidar realizar un paseo jangada a la Piscina Natural de Pajuçara, a 2 km de la costa. Una vez allí podrán saborear los pescados servidos en los bares flotantes. Las serenas noches de Maceió invitan a bailar a la luz de la luna la danza tradicional, “forró” en los quinchos de la costanera. El hotel Ritz Lagoa da Anta ofrece el marco ideal para ambientar el romanticismo. Las habitaciones Bali Floor fueron creadas especialmente para las parejas. Ubicadas en el quinto piso, poseen cama matrimonial protegida en tejido delicado, que refleja el clima romántico de Indonésia, transportando a los huéspedes a una atmósfera sensiblemente exótica y sensual.
El centro de la ciudad tiene gran cantidad de edificios históricos que son dignos de recorrerse. Allí se pueden apreciar el arte sacro y contemporáneo en el Museo Pierre Chalita y en la Galería Karandash.
Para los amantes de la gastronomía la ciudad posee una excelente variedad de restaurantes de todo tipo, donde los más solicitados son los ofrecen frutos de mar, así como también cocina regional. Le Sururu Bistrot Nordestito presenta platos elaborados con sofisticación francesa y el inconfundible sabor del nordeste brasileño. El ambiente único nos remite a la Francia de los años 60 y dispone de una exclusiva carta de vinos.