Booking y Google aceleran pasar a vender por experiencias en lugar de por destinos. La OTA fue la primera en crear una herramienta que relaciona las pasiones y los intereses de los usuarios con destinosBooking y Google buscan segmentar el cliente antes que ofrecerle solo un destino

La mayor agencia de viajes del mundo y la mayor empresa de Internet del planeta han coincidido en las últimas semanas en dar un paso adelante en la forma de vender viajes por parte de los intermediados, acelerando el paso del modelo tradicional de vender por destinos al de hacerlo según el tipo de cliente.

Booking.com anunció a principios de mes el lanzamiento de una nueva herramienta que relaciona las pasiones y los intereses concretos de los usuarios con los mejores destinos y alojamientos a los que pueden viajar, de modo que cambiaba la forma de buscar viajes que hasta ahora estaba centrada en búsquedas por ciudad o por alojamiento. 

La OTA de Priceline cuenta con un nuevo algoritmo capaz de encontrar destinos en todo el mundo que encajen con el tipo de experiencia que el viajero está buscando, y su nueva plataforma incluye más de 200 tipos de pasiones para buscar, entre las que se incluyen paracaidismo, búsqueda de trufas, o baile de tango (Paso adelante de Booking: ofrecerá búsquedas por gustos frente a ciudades).

También Google, pocos días después de conocerse los planes de Booking, actualizaba la interfaz de su página web para impulsar la búsqueda de viajes con fechas flexibles –como por ejemplo “último fin de semana de marzo”, “julio” o “una semana”–, así como por aficiones antes que por destinos –“ecoturismo”, “cultura”, “turismo de aventura”–.

En este nuevo módulo podía puede comprobar que bajo la tradicional caja de búsqueda de vuelos del portal web, ahora hay una caja con varios filtros (como “último fin de semana de marzo”, “una semana” o “viaje de aventura”), donde el usuario podrá elegir destino según sus gustos (Google emula a Booking con búsquedas por aficiones y con fechas flexibles).

Booking y Google impulsan así un cambio en el concepto de vender viajes, buscando segmentar el cliente antes que ofrecerle solo un destino, lo que parece más acorde a las nuevas demandas del cliente, que prima más la experiencia o el lugar.

 En la industria, como ejemplo de ello, se suele citar que cuando una pareja de jubilados entra en una agencia se le da un folleto de Canarias, cuando lo hacen tres jóvenes que quieren irse a ligar se les da el mismo catálogo, y cuando lo hace una familia, también el mismo, cuando sería más apropiado que por ejemplo las mayoristas empezasen a elaborar su producto y catálogo solo para ‘seniors’, ‘familias’ o ‘singles’, extendiendo así al ahora clásico ‘novios’, que es el único que suele salirse del de destino.