La ciudad italiana amaneció el fin de semana, y en pleno mes de carnaval, con una baja de agua en sus canales, y algunos de ellos tan secos que no es posible navegarlos, una postal pocas veces vista.

La ciudad de la laguna está más acostumbrada a las inundaciones por mareas altas que a la falta de agua. Sin embargo, esta no es la primera vez que la ciudad experimenta una caída significativa en los niveles de agua, que ha bajado unos 60 centímetros. En 2016, los niveles de agua cayeron en 66 centímetros, mientras que en 2008 y 1989 los niveles disminuyeron a 90 cm.

Esta marea excepcionalmente baja podría ser consecuencia, según la prensa italiana, del fenómeno astronómico de la superluna azul de sangre, que se pudo observar esta semana en diversos puntos del planeta. No obstante, la prensa también apunta que se trata también de un signo de la negligencia con la que las autoridades han mantenido el centro histórico durante al menos un siglo.