El Ministerio de Turismo de El Salvador y la Corporación Salvadoreña de Turismo lanzaron oficialmente un nuevo producto turístico  denominado “Corredor de arqueología sub acuática, El Salvador” en la Ruta Sol y Playa. Este corredor, que formará parte de la cartera de servicios turísticos, se ha trabajado en conjunto con los empresarios de la zona como parte del trabajo conjunto para impulsar la afluencia de turistas a la zona costera del país centroamericano.

Esta nueva propuesta contempla una especie de “banco” sub acuático que utiliza cuerpos de agua continentales y parte de los más de 300 kilómetros de playa de la costa pacífica del país.
“Este corredor está fortaleciendo el atractivo de la Ruta Sol y Playa. Hoy no solo podemos hacer el tour de las olas sino también realizar actividades como el buceo y snorkeling”, señaló el Ministro de Turismo salvadoreño, José Napoleón Duarte Durán.
“Nuestro objetivo principal va enfocado en generar mayores niveles de visitación y ocupación hotelera, pero también en crear un producto que promueva el rescate y conservación de los recursos naturales a través de un turismo responsable”, añadió.
El corredor arqueológico subacuático contempla cinco sitios con vocación para el buceo y donde se puede apreciar barcos naufragados y sus arrecifes de coral. Los puntos identificados son:

- SS Douglas: ubicado a 2.26 km hacia el suroeste de la Playa Punta Remedios a una profundidad de 4.6 a 10.70 metros en Acajutla, Sonsonate.
- Cheribon: se encuentra a una profundidad de 9.20 metros en la Playa Los Cóbanos, Sonsonate.
- SS San Blas: ubicado al extremo este de la Playa San Blas, se encuentra a una profundidad de 3 a 6 metros.
- PSJ-2: se ubica al este de la bocana de la  Bahía de Jiquilisco, en la playa de la Isla San Sebastián. La profundidad a la que se encuentra este barco naufragado es a 19.9 metros.
- Caldera del Diablo-Ilopango: ubicado entre los departamentos de San Salvador, La Paz y Cuscatlán a 220 metros de profundidad.

Los barcos naufragados son estructuras consideradas ecológicamente como arrecifes artificiales, funcionan como zonas de refugio, alimentación y reproducción para numerosos organismos.
Además se convierten en recursos valiosos por proveer de beneficios, sobre todo en actividades de turismo. En varios países a nivel mundial se está generando el hundimiento responsable de estructuras prefabricadas de materiales no contaminantes, como es el caso de barcos, para ser utilizados como arrecifes artificiales.
Estos sitios han servido de estudio, albergue de vida marina y a la vez ocio mediante el buceo profesional y snorkeling, con la visión de proteger los recursos naturales mediante el turi