Provienen de China, Corea del Sur, Turquía, Nigeria y también de países del Este de Europa y Latinoamérica.
Están embarazadas, y tienen un único deseo: que su hijo nazca en suelo estadounidense para así obtener automáticamente la ciudadanía local y gozar los privilegios que eso implica. Ni lentas ni perezosas, ya hay empresas que se encargan de organizar todo y ofrecen paquetes “a medida”.
Detrás de esta “migración temporal” de embarazadas hay un negocio difícil de cuantificar, alimentado por decenas de empresas que ofrecen paquetes maternales de entre US$ 5000 y US$50.000, según asegura el medio BBC Mundo.
Las mujeres cercanas a dar a luz viven en establecimientos conocimos “hoteles maternales” y que ahora se encuentran en la mira de las autoridades norteamericanas. Allí, las mujeres extranjeras llevan su vida adelante hasta dar a luz y conseguir los papeles de sus bebés. De esta manera, se transforman en la cara visible de un fenómeno en expansión: el llamado “turismo de partos”.
Cabe aclarar que este fenómeno se produce de acuerdo a lo establecido por la Decimocuarta Enmienda de la Constitución, todos los nacidos en territorio estadounidense tienen derecho a la ciudadanía automática, un beneficio que ha multiplicado los “viajes maternales”.