Tras una semana de protestas y reclamos en Machu Picchu, las organizaciones gremiales y los pobladores levantaron el paro indefinido que sostenían luego de que el Gobierno peruano adjudicara un contrato a la empresa privada Joinnus para que se encargue de la venta de entradas al parque arqueológico. 

El anuncio se produjo luego de que distintos ministros del gobierno peruano entablaran una mesa de diálogo con los líderes de la protesta en Cusco, donde acordaron que la venta de las entradas a la ciudad inca ahora será gestionada por la plataforma de la Presidencia del Consejo de Ministros, de carácter público. 

Elvis La Torre, alcalde de Machu Picchu, celebró la decisión y dijo que trabaja con las autoridades locales para reiniciar las actividades turísticas y que el impacto económico no afecte tanto a los comerciantes de la región. 

La situación en Machu Picchu fue compleja. Algunos turistas fueron evacuados del lugar y otros quedaron varados durante varios días debido a la fuerza de las protestas, incluso Estados Unidos y países de la Unión Europea emitieron advertencias a sus ciudadanos en Perú. 

El paro que provocó que se dejaran de vender entre 1.000 y 1.500 entradas diarias a Machu Picchu, lo que equivaldría a más de un millón de soles diarios o unos 260.000 dólares, aseguraron ejecutivos de la Cámara Nacional de Turismo de Perú.