Protesta en altura
Ayer más de 300 turistas bloquearon el puente ruinas, una de las entradas a Machu Picchu. Agencias de turismo irresponsables no informan sobre capacidad límite de ingreso. El INC-Cusco amplió cupo de 2.500 a 3.300 visitas diarias.
El sueño del brasileño Devaldo Guimaraes, su esposa y tres hijos de conocer Machu Picchu se convirtió en una mezcla de desilusión y amargura. Tuvo que retornar de las puertas de la maravilla mundial a su hotel, al igual que otros 500 turistas en los últimos dos días, pues no consiguieron boletos para recorrer la “Ciudad Perdida de Los Incas”.
Con la frustración encima, ayer por la mañana Guimaraes ingresó por la fuerza acompañado de otros 15 indignados turistas de diferentes nacionalidades a la antesala de la oficina del director regional de Cultura, Juan Julio García Rivas, para quejarse por el ‘maltrato’ y exigiendo una solución al problema. Y es que algunos operadores de turismo acusaron a la entidad cultural del caos y desorden registrado en Machu Picchu desde la semana pasada.
Guimaraes lamentó que haya autoridades incapaces de resolver el inconveniente: “Nosotros estamos acá desde hace tres días y no podemos ingresar a Machu Picchu. Vinimos a Perú solo por eso, qué vergüenza”.
El director regional de Cultura, Juan Julio García Rivas, atribuyó el problema de la sobredemanda de visitas al engaño ejercido por algunas agencias de turismo “que les dicen a los visitantes que se pueden conseguir boletos en el pueblo de Machupicchu, conocido como Aguas Calientes, cuando no es así”.
Turistas bloquearon acceso
A esa misma hora un grupo de 300 visitantes nacionales y extranjeros bloquearon el puente Ruinas y el viaducto peatonal que conecta el pueblo de Aguas Calientes con la ciudadela inca en señal de protesta por la falta de boletos de ingreso. La medida tuvo un efecto colateral: 400 turistas que sí tenían boletos se quedaron varados por dos horas. Ningún vehículo de Consettur, la monopólica empresa de transporte, pudo transitar. Dos horas después del incidente las cosas se normalizaron casi del todo.