La industria turística en Nueva York logró cifras récord en cuanto a número de visitantes: 54.3 millones de personas visitaron la Gran Manzana en 2013, dejando una derrama económica de 40 mil millones de dólares.
El auge turístico logra niveles históricos en gran parte debido a la promoción e impulso internacional que le dio a la ciudad en los mercados globales el multimillonario alcalde Michael Bloomberg. Cuando inició su gobierno en 2002, el número de turistas era de 35 millones, un incremento notable de 54%.  Se anticipa que en 2014 la cifra alcance 55 millones.

Cualquier día del año los turistas están presentes en Nueva York, incluso en enero, la época menos demandada para la industria debido al frío, las nevadas y la resaca de los gastos y las fiestas decembrinas.
La temporada invernal robustece su oferta con grandes descuentos en hoteles, restoranes y atractivos turísticos y propone alternativas para el viajero. Llama la atención que los hoteles se mantengan ocupados 88% promedio durante todo el año a una tarifa media de $296 dólares la noche.  Más de 100,000 habitaciones de hotel se agregaran este año al catalogo turístico abarcando los barrios del Bronx y de Brooklyn.
Enero en Nueva York suele ser el mes más tranquilo y en casos el más frio. Las recientes nevadas y niveles extremos de congelamiento causados por un vórtice polar, si bien detuvieron la prisa, provocaron la cancelación y demora de miles de vuelos y causaron estragos en caminos, carreteras y el trasporte público, no apagaron la vida ni la energía de Nueva York ni de sus 8 y medio millones de habitantes y varios millones de turistas.
Por las calles y avenidas caminan los turistas. Se les ve activos, comiendo en restoranes, bebiendo en los bares y comprando en las tiendas. Basta con asomarse por Times Square para dar fe de su ebullición; muchedumbres envueltas en chamarras, guantes y bufandas, cargando bolsas,  con sus teléfonos en la mano, posando junto a estatuas e imágenes icónicas, retratando todo, embelesadas por el universo palpitante de luz.
 Pero más allá de los lugares típicos y centros de consumo, a los turistas de todos los rincones del mundo también se les encuentra en las ciclopistas desafiando los elementos, patinando en hielo o paseándose por los hermosos parajes blancos y serenos que ofrece Central Park y que los invita a sentarse cerca de sus lagos congelados, a dar un recorrido en calandria o a moldear la nieve en increíbles figuras y muñecos.

Fuente: Noticieros Televisa