Inundación: las aguas alcanzaron su punto máximo en París
El servicio nacional meteorológico Meteo France dijo el lunes que enero registró casi el doble del nivel normal de lluvias en todo el país y que las precipitaciones en los últimos dos meses son las mayores medidas para el periodo en cinco décadas.
La agencia de monitoreo de inundaciones Vigicrues dijo que los niveles de agua en París alcanzaron una altura máxima de 5.84 metros (19,2 pies) en la escala Austerlitz el lunes por la madrugada.
La cifra quedó por debajo de lo que se temía la semana pasada y era muy inferior al récord de 8.62 metros marcado en 1910.
Se esperaba que el río se mantuviera más crecido de lo normal durante días o semanas.
Esas son malas noticias para turistas que esperaban pasear junto a sitios famosos en París a bordo de las famosas barcazas “bateaux mouches” o visitar las exhibiciones en el sótano del Museo del Louvre, cerrado desde la semana pasada como precaución. Las estaciones de trenes a lo largo de la línea Versalles también están cerradas y seguirán así varios días más. Este desborde ha obligado a cerrar diferentes vías de circulación, infraestructuras de transporte público e incluso una parte del Museo del Louvre.
El museo más importante de París, y el más visitado del mundo, decidió cerrar el departamento de Artes del Islam hasta el domingo “con carácter preventivo”. El Louvre se encuentra a pocos metros del cauce del Sena, y gran parte de sus instalaciones se encuentran por debajo de la superficie. Una unidad de crisis monitorea el avance de las aguas, pero por ahora sus directivos decidieron no cerrar el acceso al público al resto de las salas.
Alerta en museos y centros de arte
En tanto los museos de Orsay y L’Orangerie (galería de arte de pinturas impresionistas y postimpresionistas, ubicada en la Plaza de la Concordia) han activado sus protocolos de contención en caso de que las aguas amenacen con entrar en sus salas, con el traslado de parte de su patrimonio a zonas con menos riesgo.
Otros edificios situados cerca de las márgenes del Sena, como el Grand Palais y la Biblioteca Nacional también han reforzado la vigilancia para evitar sorpresas en caso de que el río siga creciendo de nivel. En tanto el museo Jacques Chirac, junto al muelle Branly, cuenta con una pared protectora que permite resguardar las 300.000 obras que atesora en un depósito bajo tierra.
La crecida del Sena impide que los botes fluviales, los bateaux mouches, puedan circular por el río, debido a que es imposible que puedan pasar por debajo de los puentes que cruzan el cauce fluvial. El Ayuntamiento señaló que también ha cerrado algunos jardines próximos al Sena, como el de la Isla de los Cisnes o el de Tino Rossi.
A los turistas y lugareños se les ha aconsejado alejarse de las orillas por temor a ser atrapado por remolinos de agua. Seis estaciones de trenes ubicadas cerca del río, incluido Saint Michel en el Barrio Latino, también se han visto obligadas a cerrar.
Por ahora el Sena está lejos de alcanzar el récord de 1658 cuando rozó los nueve metros. En 1910 las aguas subieron hasta 8,62 metros, y dejaron a grandes partes de la capital francesa inundadas y con graves daños en las infraestructuras.