Se sabe que todo gran evento deportivo, como fue el Mundial de Fútbol 2010 en Sudáfrica, sirve como gran vidriera de los atractivos turísticos de un país.
Los efectos nunca son inmediatos, pero sí se puede hacer un balance de lo que dejó.
La competición atrajo a más de 300.000 visitantes al país, que gastaron unos 530 millones de dólares, lo que supuso medio punto más de crecimiento económico, que lleva al 3% el total de 2010, contra 1,9% del 2009.
El ministro de Turismo, Marthinus van Schalkwyk, destacó el efecto positivo que el evento tendrá a largo plazo. “En ningún momento se trató únicamente de acoger una competición, sino de lograr también un legado para la imagen del país”, explica.
Y es verdad que, gracias al Mundial el país mejoró su imagen, algo que podría en el futuro atraer más turistas, más negocios y, por qué no, unos Juegos Olímpicos. “Hoy existe un gran interés por Sudáfrica. Pero este interés no siempre se materializa. No podemos seguir durmiendo en los laureles, el trabajo continúa”, advierte Michael Tatalias, director de la Asociación de Turismo Austral.

Resultados reales
Según los resultados de un trabajo de investigación dirigido por la Oficina de Turismo de Sudáfrica, se ha producido un cambio radical de mentalidad entre los turistas que visitaron el país durante el campeonato. Y es que, antes del Mundial la mayoría de ellos miraban con escepticismo el país por lo que habían leído sobre él en los medios de comunicación.
Entre otras cosas, destacan que la mayoría de la gente que visitó el extremo sur del continente africano está interesada en volver más adelante a explorar el país en calidad de turistas. De los sitios que visitaron los aficionados, Gauteng (Johannesburgo, Pretoria), Cabo Occidental (Ciudad del Cabo) y KwaZulu-Natal (Durban) fueron las provincias más visitadas. Ir de compras y disfrutar de la vida nocturna se destacan como las actividades más comunes en las que se embarcaron los turistas.
De los turistas que asistieron a la Copa Mundial de la FIFA 2010, el 90% aproximadamente comentó que se plantearía volver a visitar Sudáfrica en un futuro, y casi todos estaban dispuestos a recomendar el país a sus parientes y amigos.
En general, más de dos tercios de los turistas que asistieron al campeonato se llevaron la impresión de que Sudáfrica había sido un magnífico país anfitrión; y a más de la mitad de los que habían acudido a ediciones anteriores de la Copa Mundial de la FIFA les pareció que Sudáfrica había sido mejor anfitrión que los países que organizaron e