El rebaño todo lo limpia
El aeropuerto intenacional de O’Hare de Chicago está completando su segundo año contando con los servicios de un rebaño de cabras, ovejas, llamas y burros para limpiar las zonas linderas a la aeroestación.
Los animales en actividad son 25, y pastan ordenadamente en las áreas aledañas al O’Hare, que decidió poner en acción a estos especiales trabajadores en vista de las complejidades que implicaba el terreno; lleno de piedras y con una superficie bastante ondulada, a la cual se le añadían arbustos y matorrales densos, difíciles de eliminar con las máquinas que habitualmente se utilizan para remover las malezas. Este rebaño entonces proveé la remoción de la vegetación indeseada y, por qué no, un paisaje de fauna pintoresco, para lo que es habitual en los alrededores de un aeropuerto.
En detalle
El Departamento de Aviación del municipio explicó en su solicitud (en el año 2012) que el terreno con maleza era demasiado grande (5 mil metros cuadrados de pastizales), tenía colinas y agua estancada que hacían difícil el atenderlas con maquinaria; y las opciones de mano de obra para cortar la vegetación o herbicidas se descartaron.
Los animales, por lo tanto, resultaron una alternativa más económica para las finanzas del aeropuerto. Además, toleran el ruido potente de los aviones y autopistas cercanas.
Se estima que limpian 250 metros cuadrados de vegetación por día, siempre sin alcanzar la zona de pistas, de la cual están separados por una valla de unos dos metros de altura. Las cabras, ovejas, llamas y burros fueron mostradas en acción hace unos diez días por la Directora de Aviación de Chicago, Rosemarie Andolino, y funcionarios del Departamento de Agricultura del Gobierno Federal al público y a la prensa.
Ecología
Según las autoridades, la iniciativa permite que el aeropuerto, uno de los de mayor tráfico del país, contribuya al cuidado ecológico con una operación sostenible y eficiente. En esa área, que también es difícil de fumigar, crecen hiedras venenosas, robles y otras especies invasoras.
Cuando las autoridades municipales licitaron el contrato, especificaron que la alternativa buscada debía reemplazar a los herbicidas y ayudar a mantener vivos los organismos del suelo, además de reducir el uso de maquinaria pesada que contamina el medio ambiente y provoca erosión. De esta manera, el aeropuerto O’Hare completa una rutina de eco-friendly, que va acorde a las nuevas tendencias en el tratamiento de malezas y residuos, como también colabora con el municipio a evitar la propagación de materiales tóxicos en el ambiente.
El trayecto
Los animales están a cargo de Settler’s Pond, un refugio especializado en el rescate de animales de granja y exóticos. Las cabras y demás animales del rebaño realizan este trabajo hasta el otoño y luego regresan a una granja del suburbio de Barrington Hills.
Esta iniciativa del aeropuerto, en respuesta a las exigencias de las autoridades municipales de Chicago, ayudó al O’Hare a abaratar costos en lo que es el mantenimiento de las tierras del complejo aeronáutico.
Pastor se busca
Para llevar a cabo este plan, el aeropuerto lanzó una convocatoria (que tuvo fecha de finalización el 3 de octubre de 2012) que estaba destinada a elegir a un pastor; que sería el responsable del transporte.
Desde entonces, el pastor es responsable del transporte y atención de su rebaño dentro de una cerca móvil que se coloca cada vez que realiza las operaciones de limpieza del terreno. De esta forma, el encargado tiene a su disposición el objetivo de ir por parcelas delimitadas, evitando el libre pastoreo.
La contratación del pastor con su rebaño fue un plan diseñado por las autoridades aeroportuarias que, tenía como antecedentes programas similares con cabras implementados en aeropuertos de otras ciudades como San Francisco