Nueva Zelanda decidió casi triplicar su impuesto turístico para ayudar a proteger su entorno natural y potenciar los servicios públicos. A partir del 1.° de octubre, la tasa subirá de 35 a 100 dólares neozelandeses. 

La actual tasa se había planteado como una medida de recaudación para la conservación del ambiente. Los visitantes internacionales y el turismo comenzaron a abonarlo en julio de 2019, contribuyendo al patrimonio natural y la infraestructura del país.

Esta tasa fija debe ser pagada por los visitantes internacionales que solicitan una NZeTA (Autoridad Electrónica de Viajes de Nueva Zelanda) o una visa de turista. Los visitantes de Australia e islas del Pacífico están exentos.

Sin embargo, desde Tourism Industry Aotearoa (TIA), un consorcio de profesionales del sector turístico de todo el país, criticaron la decisión del aumento, alegando la perdida de competitividad y la falta de diálogo por parte de las autoridades nacionales para encontrar otras medidas alternativas. 

“La recuperación turística de Nueva Zelanda se está quedando rezagada con respecto al resto del mundo, y esto mermará aún más nuestra competitividad global”, afirmó el grupo en un comunicado. A su vez, explicaron que creen que el destino perderá turistas en favor de Canadá y el Reino Unido, donde los vuelos son más abundantes y las tasas de entrada menos prohibitivas.

El IVL no es el único costo añadido que afectará a los turistas que visiten Nueva Zelanda. Los precios actualizados y más altos de los visados turísticos también comenzarán el 1.° de octubre, pasando de 131 a 211 dólares neozelandeses.