La actividad turística en la isla de Cuba, que está considerada entre los componentes de mayor dinamismo en la economía de la mayor de las Antillas, busca ahora la calidad para elevar el nivel de atención a los visitantes.
Para ello se considera impulsar la preparación del personal de las instalaciones hoteleras de Ciudad de La Habana, así como de la red de establecimientos que las complementan. También se ha empezado a trabajar para aumentar la variedad de las ofertas en alimentos.
El año pasado el flujo de turistas a la isla marcó un incremento del 3,5%, a lo cual se suma la tendencia al alza en los turistas nacionales.