Anfitrionas en el Nordeste de Brasil
Quién la recomienda: Silvina Luna, presentadora televisiva y modelo argentina (canal Telefé): “De lo que he conocido de Brasil, he quedado encantada con varias ciudades del Nordeste. Por ejemplo, Jericoacoara, cerca de Fortaleza; o Pipa, en los alrededores de Natal. Y en Bahia, Salvador, por supuesto. Siempre busco playa y calorcito”.
El Nordeste de Brasil es célebre en todo el mundo. Es difícil resistir sus paisajes costeros, que parecen diseñados para embrujar al turista; la amabilidad de su pueblo, uno de los más hospitalarios del país; su irrepetible mezcla de culturas nativas, africanas y europeas; o sus múltiples opciones para la práctica del deporte o simplemente para echarse sobre las arenas blancas y sumergirse en tibias aguas cristalinas para descansar como nunca antes. Y, por supuesto, es una de las regiones que ha sido seleccionada para ser parte de la Copa del Mundo FIFA 2014, con dos sedes que deslumbrarán a los fanáticos del fútbol: Natal y Fortaleza.
Suele decirse que el sol nace antes en Natal porque quiere iluminar durante más tiempo sus acogedoras dunas de arenas claras, sus enormes acantilados y los hermosos arrecifes que rodean sus playas y lagunas. No en vano, Natal, la ciudad de Brasil más próxima a Europa y África, es conocida como la “Ciudad del sol”, aquel lugar donde los astros parecen haberse puesto de acuerdo para erigir un edén sobre la Tierra.
“De lo que he conocido de Brasil, he quedado encantada con varias ciudades del Nordeste. Por ejemplo, Jericoacoara, cerca de Fortaleza; o Pipa, en los alrededores de Natal. Siempre busco playa y calorcito”, afirmó Silvina Luna, presentadora televisiva del canal Telefé y modelo argentina al hablar de la ciudad del Sol.
Aparte del clima, Natal se ofrece al visitante como un moderno centro urbano rodeado por uno de los litorales marítimos más bellos del mundo. Portal de ingreso privilegiado a Brasil por su localización geográfica, la ciudad tiene una oferta difícil de igual en cuanto a esparcimiento y deporte en sus costas, y diversión nocturna en los numerosos locales de sus calles.
Natal también tiene atracciones históricas que forman parte de la leyenda de la ciudad, como el Forte dos Reis Magos, una impactante fortaleza colonial construida como una estrella de cinco puntas; o la antigua Rampa, una estación de pasajeros suspendida en el tiempo, utilizada como base para hidroaviones durante la Segunda Guerra Mundial. O el más contemporáneo Centro de Lanzamiento de Barrera del Infierno, la primera base para lanzar cohetes desde el Brasil.
En cuanto a las playas, Natal y sus alrededores posee una oferta incomparable. Los amantes de los paisajes rústicos e incontaminados por la mano del hombre tienen al alcance los paraísos ecológicos de Pipa, Maracajú y Baía Formosa. Aquellos que busquen opciones más animadas, en cambio, pueden optar por Extremoz, Pirangi o Ponta Negra, donde la diversión va de la mano de las aguas cálidas.
Portugueses, franceses y holandeses codiciaron el territorio nordestino, que originalmente era habitado por pobladores nativos y que luego fue enriquecida por el aporte de la cultura africana. Esta mixtura de tradiciones puede palparse a cada instante en su música y en su apasionante gastronomía, adornada por los sabores de los dulces de frutas tropicales y, por supuesto, los más frescos peces y frutos de mar, como langostas, camarones y cangrejos.
Viajando al norte desde Natal, el visitante se encuentra con la moderna y agitada Fortaleza, que encanta a quienes la conocen con sus playas paradisíacas, su fuerte cultura nordestina y su rica artesanía. Fortaleza es todo eso: las velas de los barcos de pescadores que se inflan al amanecer con la brisa del océano, el paseo efervescente de la avenida Beira-Mar, la rica artesanía de sus moradores, los irresistibles sabores del desierto que se mezclan con los del mar. Y detrás de todo ello, un pueblo sonriente y hospitalario que recibe al turista al ritmo del tradicional forró.
Más allá de los límites de la ciudad, al visitante lo esperan unas playas para perder la noción del tiempo. Aracati, por ejemplo, donde se esconde la playa de Canoa Quebrada, conocida en todo el mundo por la belleza de sus dunas de arena colorida y por la magia de su puesta del sol. O Jericoacoara, un pedazo del paraíso venerado por los practicantes del windsurf, con aguas transparentes, arrecifes coloridos, arena blanca, lagunas, coqueros, acantilados y dunas.
El Nordeste ya se está preparando para acoger en su fascinante geografía a la Copa del Mundo FIFA 2014. Sus principales atractivos ya están listos. Y sus instalaciones deportivas, por supuesto, también se están adaptando para darle la bienvenida a todo el planeta. En Natal, el estadio Machadão y su gimnasio adyacente formarán la Arena das Dunas, un impactante centro de competición, con capacidad para 45 mil personas, rodeada por predios comerciales, hoteles y estacionamientos de 45 hectáreas. Del mismo modo, en Fortaleza, la mayor arena deportiva del estado de Ceará, el Estadio Do Castelão, está siendo puesta a punto para recibir a la máxima cita del fú