El mítico lugar que rinde culto a la música nacional hizo un repaso por las modificaciones que atravesó a lo largo de su historia.

Transcurría el siglo XX cuando una ambiciosa propuesta de entretenimiento se establecía a cuadras del Obelisco de Buenos Aires. Ubicado en Cerrito 570, el 4 de octubre de 1956 se inauguró el cine Metro con capacidad para 2500 espectadores, propiedad de la Metro-Goldwyn-Meyer, edificio que con el paso de los años se convertiría en icono de la capital argentina.

Luego de una remodelación, en 1984 volvió a abrir sus puertas convertido en tres salas más pequeñas, pero la explosión del videoclub y las grandes cadenas de cine propiciaron el cierre definitivo en 2005.

Este impactante suceso dio paso en 2008 a Tango Porteño, un lugar que invita a viajar en el tiempo rememorando la gran década del ’40 con refinada ambientación, rescatando el estilo deco de la época de oro del tango, complementándose con un elenco artístico, producciones insuperables y un despliegue gastronómico de gran calidad que hace honor a la época que representa.

Aún conserva la calidad técnica del antiguo cine y aquel telón de terciopelo color bordó que aporta una dosis de nostalgias para aquellos que conocieron el querido viejo Metro. Su iluminada marquesina hoy no estrena películas, en su lugar anuncia producciones de tango de nivel internacional.