Alejandro de la Osa, director comercial de Europamundo, habló con Mensajero en Fitur y dio detalles sobre el presente que atraviesa el operador mayorista.

A lo largo de los últimos meses, Europamundo ha redoblado su apuesta y logró potenciar su trabajo en todos los destinos que tenían abierta la actividad turística. Por ejemplo, en diciembre la empresa logró que sus pasajeros pudieran visitar mercados navideños en varias ciudades europeas, donde notaron un gran fervor para armar y planificar un viaje.

Las compañías vinculadas a la actividad turística debieron y superar ciertos obstáculos que iban apareciendo en el camino a raíz de la pandemia de COVID-19 que supo azotar al mundo entero.

Mensajero

- ¿Qué estrategias estableció Europamundo en Fitur?

- Nuestra presencia es la continuidad de la acción y de la política que hemos implementado durante toda la pandemia. Estamos operando todo lo que se vende, estamos activos y recibimos pasajeros en todos los continentes a los que pueden llegar. Es de suma importancia seguir estando presentes en las ferias, principalmente en Fitur, que está en Madrid, la casa madre aquí en España. Como industria turística es clave marcar que estamos aquí. Además de transmitirle confianza al pasajero, hay una responsabilidad con nuestro propio rubro. En estos momentos la gente puede seguir viajando con las medidas necesarias y demás. Cuando la pandemia empiece a ceder, los pasajeros tendrán más ansias que nunca por viajar.

- ¿Cómo vieron el espíritu de los viajeros y las empresas durante los días que estuvieron en Fitur?

- Yo creo que hay una demanda contenida muy grande, pero hay una psicosis generalizada; fue un gran problema que tuvo el mundo occidental durante muchos años. Veníamos del confort, de repente tuvimos que asumir un conflicto de grandes dimensiones y ahí entendimos que no estábamos preparados mentalmente para asumir este tipo de problemas. A medida que van pasando los meses entendemos cuál es esta nueva realidad que nos toca vivir, sobre todo si tenemos en cuenta que la variante actual (Ómicron) es más leve que otras. De a poco vuelven a imperar nuestras ganas de viajar y de retomar la vida que teníamos antes, con el mismo entusiasmo o más de conocer el mundo entero.

- En lo que tiene que ver con circuitos puntualmente, ¿la pandemia hizo que tengan que cambiar algo?

- Primero se debe tener en cuenta la operación; la hemos mantenido en todos nuestros circuitos siempre que el pasajero pudiera viajar. Por otro lado, las medidas de seguridad, como la distancia social, la higiene y demás han tenido su impacto. Además, hemos tenido que adecuar la demanda a la oferta. Muchas veces hemos tenido que hacer salidas en mini-vans o mini-buses. Hemos puesto en marcha el programa Safe & Confort, que consiste en unas medidas de confort adicionales en estos tiempos de pandemia. Todo eso nos permitió operar con las garantías que necesitábamos.

- Más allá de darle confianza al sector, ¿cómo piensan seguir con la apuesta de Europamundo? ¿Tienen en mente mayores capacitaciones?

- A lo largo de estos dos años, estoy en condiciones de afirmar que hemos dado más capacitaciones que en toda nuestra vida (risas). Las agencias desean sumar cada vez más pasajeros para vender. Seguiremos con nuestra academia, con las formaciones y con las presentaciones y tendremos que refrescar conceptos luego de que la maquinaria estuviera parada por completo durante años. Ya ha pasado lo peor, por suerte la gente no se muere en cantidad como sí pasaba en el principio de la pandemia. En definitiva, la variante Ómicron son uno o dos días de una gripe leve y está claro que no es para que se detenga el mundo. Hay una demanda de viajes retenida, muchos grupos de amigos desean irse a cualquier parte del mundo de vacaciones. Queda una última barrera para saltar, será la que nos devuelva a la normalidad.

- ¿Qué innovaciones han hecho en tecnología?

- Para Europamundo es un elemento orgánico. No es que tenemos un sistema para operar, sino que la tecnología forma parte de nuestra propia estructura. Hemos puesto en marcha muchas medidas de control y hemos creado productos nuevos para poder vender y operarlos. Hay cuestiones de control de calidad internas, contamos con más procedimientos para que los guías liquiden sus dietas. Todo esto hace que la estructura sea global, de eso se trata.

- ¿Cómo ven que la adoptación que hizo el turismo con la sustentabilidad?

- Desde 2014 que venimos trabajando fuertemente este concepto. Por ejemplo, cada pasajero podrá tener un certificado de que Europamundo ha compensado el dióxido de carbono generado en un viaje o la cantidad producida y una medida para contrarrestarlo. Actualmente estamos trabajando en un plano de protección al turista. La OMT, a la cual pertenecemos, está poniendo en marcha un proyecto para eso. Tenemos una responsabilidad con los pasajeros que viajan, no solamente con Europamundo, sino con cualquier empresa que contraten. Si bien es un beneficio el hecho de adquirir los servicios de una determinada firma, también corresponde actuar si se presenta algún tipo de inconveniente. Todas las compañías deben tener un código de protección al turista para que, en estos casos, se sientan respaldados. Incluso, todo eso da mayor valor a nuestra industria.

- Más allá de Europamundo, ¿cómo ve el resto de las empresas el tema del código de protección al turista?

- Todos nuestros representantes en América Latina han mostrado su voluntad al momento de firmar este código. Si se hace una acción y no se le da un rédito, tarde o temprano será un error. Por desgracia, hay frases que suenan mal. La gente más joven tiene cierto rechazo cuando escucha una frase como "voy a hacer un viaje organizado". Parecería que es de peor categoría, creo que es un error. Tener un viaje planificado implica un trabajo muchísimo más fuerte por detrás. Un viaje organizado no necesariamente tiene que ser de peor calidad, es al revés. Por definición tiene que ser superior a uno en el que el turista hace todo por su cuenta.

- ¿Creen que los gobiernos van a poder comprender el valor del turismo?

- Bajo mi punto de vista tienen que ser los primeros en tomar decisiones. Un país como España tiene un PBI gigantesco y en gran parte es gracias al turismo. Si solo se considera a la actividad la visión es interesante, pero si se tiene en cuenta la cantidad de servicios adicionales que giran alrededor del sector, se genera un impacto enorme. El gobierno debe ser el primero en garantizar la protección de los turistas. Si surge algún problema, tiene que surgir alguna solución estatal, algo que nunca existió a lo largo de toda esta pandemia.