No es casualidad que Condé Nast Traveler haya seleccionado a Iruya como uno de los pueblos más encantadores a nivel mundial, ubicándolo en los mismos puestos que Moulay Idriss Zerhoun (Marruecos), Biei (Japón), Sa Pa (Vietnam), Siwa (Egipto), Albarracín (España), entre otros.

Resulta que la localidad salteña de 1523 habitantes posee la variedad de atractivos que cualquier destino desearía tener: una altura ideal (se dice que cuelga en la montaña), tonos de colores impresionantes, paisajes inigualables y un estilo de vida relajado.

Incluso, lo que distingue la visita a Iruya con respecto a ciudades similares es la experiencia que otorga la travesía desde el primer minuto. Para llegar, el turista debe ingresar a través de una ruta empinada que otorga una vista periférica exquisita sobre el pueblo.

Calles en Iruya.

QUÉ HACER EN IRUYA

Al ser un pueblo muy pequeño, con extensiones territoriales limitadas, puede ser recorrido en su totalidad en tal solo días. Sin embargo, también surge como un destino ideal para descansar y desconectar de la rutina, tanto individualmente como en familia.

Entre los atractivos más destacados se encuentran el Río Iruya, el mirador el Cóndor, la iglesia Nuestra Señora del Rosario y San Roque, Miradora de la Cruz, la plaza Santa Rosa Guevara, Awawa Casa de la Cultura y la pasarela peatonal.

De todas formas, cada rincón de la localidad es un placer para la vista. Sus calles son empedradas y finitas, se sitúa entre las yungas y un estilo arquitectónico colonial. Además, está directamente conectada con Cafayate (26 km) y Humahuaca (70 km).

Actividades en Iruya.

CUÁL ES LA MEJOR ÉPOCA PARA IR A IRUYA

El lapso ideal para visitar el pueblo salteño es entre marzo y junio o agosto y diciembre, debido a que, fuera de estas fechas, la ciudad sufre constantes periodos de lluvia que, en algunos casos, provocan inundaciones, cortes de calles y aludes.