Tres economistas dialogaron con Mensajero sobre los escenarios que puede enfrentar la industria turística si se lleva adelante la medida que propone la oposición. 

Si hilamos fino en la historia económica de Argentina, el primer cepo o restricción a las divisas externas fue en 1931, bajo la presidencia de Jose Felix Uriburu. Coloquialmente, el término comenzó a establecerse en 2011, bajo el mandato de Cristina Fernández de Kirchner.

Actualmente, el país está regido por una limitación más específica que, con modificaciones, opera desde 2019. Alberto Fernández estableció esta medida disponiendo que solo se pudieran adquirir 200 dólares en el mercado oficial.

El Dólar Turista (también llamado Dólar Qatar o Tarjeta), utilizado por ejemplo para la compra de pasajes aéreos y excursiones al exterior, presenta una carga impositiva. Esto es en concepto de impuestos como el PAÍS de un 30 %, el adelanto de ganancias en un 45 % y el adelanto de bienes personales en un 25 %.

Con las modificaciones de los últimos meses este tipo de moneda extranjera sufrió un cambio. Actualmente, quienes viajan al exterior deben calcular los consumos que hagan por sobre los 300 dólares en una cotización que duplica el valor del oficial.

La discusión sobre el mantenimiento en vigencia de esta restricción dio mucho que hablar en las últimas semanas, sobre todo por el clima electoral. Puntualmente, desde Juntos por el Cambio y la Libertad Avanza se habla de levantar el CEPO en cuanto asuman la presidencia, si ganan en octubre.

Ante este escenario, Mensajero conversó con economistas que pertenecen a diferentes espacios ideológicos, para conocer cuáles creen que pueden ser las implicancias para el sector. En líneas generales, el foco no está puesto en sí levantar el CEPO o no, sino en las repercusiones que tendría a nivel de coyuntura social.

Dólar y turismo: la visión del mercado

BENEFICIARÁ LA QUITA DEL CEPO A CORTO O MEDIANO PLAZO

El investigador en Pyme de Fundación Mediterránea y profesor universitario, Marcos Cohen Arazi, considera que lo que limita la posibilidad de eliminar el cepo es la delicada situación de reservas internacionales en el banco central. Por eso, señala que a corto plazo no hay condiciones para hacerlo, porque hacerlo en las condiciones actuales traería "mucha volatilidad".

Asimismo, remarca que, a mediano plazo, una economía sin CEPO cambiario permite mejores condiciones para el funcionamiento de todas las actividades económicas, incluyendo el turismo.

El docente, a su vez explica que también sería complejo debido a la incertidumbre que provoca que tenga que existir un solo precio para el dólar y hoy esto es incierto.

Por su parte, el economista y consultor de organizaciones empresariales y empresas especializado en el sector turismo, Joaquín Escardó, considera que el levantamiento a largo plazo y transicionado es posible. Además, se plantea el hecho de que si esto ocurre -si finalmente se levanta el cepo- se debería

Por otra parte, el economista Sergio Chouza, de la Consultora Sarandí, considera como primordial pensar en las eventuales consecuencias que causaría la liberalización de la moneda. Afirmando que esta idea posicionaría en estado de shock al mercado de cambio.

"En un contexto en el cual no hay anclas institucionales y un mal nivel de reservas muy bajo, uno tiende a pensar que la confianza en un programa económico apenas empieza todavía no genera muchísima confianza como para dar ese plafón a un gobierno entrante", aclaró Chouza.

A su vez, puntualizó en que podría implementarse, pero posiblemente tendría consecuencias en materia macro y generaría una cotización de convergencia un tipo de cambio de equilibrio único que posiblemente sería mayor al que podría ser en caso de que se salga del cepo con un programa, con un plan más consistente.

EL IMPACTO DE LA SALIDA DEL CEPO EN EL TURISMO

Cohen Arazi plantea que eliminando el cepo solo se visibilizaría la preferencia de la sociedad por el

uso de las “ramas alternativas” de la moneda antes que su cotización oficial. Por lo tanto, manifiesta que, a través de una unificación del mercado, “sin dudas las operaciones se harán más simples, el cálculo económico, tanto de los turistas como de los que participan en la cadena de valor del turismo, será más sencillo”.

En consonancia, Chouza habla de que a priori una simplificación del mercado con la creencia de que “es posible que eso aliente al ingreso receptivo y la llegada de extranjeros a la Argentina": "Vamos a quedar baratos con lo cual va a ser más fácil el cambio con esos dólares siendo más transparentes”.

Aunque aclaró que los efectos del mercado cambiario no son los únicos que van a influir sobre las posibilidades del turismo. "A priori uno lo que tendría a pensar es que una salida desordenada del CEPO podría atentar sobre los niveles de actividad, de ingresos de la población, con lo cual habría menos dinamismo, menos impulso, sobre todo al turismo interno", agregó.

Difiere en parte la opinión de Escardó, que considera las diferencias de precios que tanto emisivo cómo receptivo manejan para actuar. El emisivo esperaría a la cotización estable postergando sus planes de viaje, mientras que el receptivo “tiene las ventajas, ya que Argentina es más barata”.

OPERADORES Y AGENCIAS DE VIAJES ¿DEBERÍAN PREPARARSE DE ALGUNA MANERA EN PARTICULAR?

En este caso, los tres economistas concuerdan en la adaptación de las empresas del sector. Sin embargo, hay diferentes matices. En principio, Chouza comenta en que si hay un escenario de recesión tiene un efecto colateral sobre la actividad, un efecto negativo sobre la actividad, entonces, obviamente el nivel de operaciones va a bajar.

"Obvio, todos preferiríamos tener un dólar único porque es más sencillo y más fácil de transmitir a los clientes. No se generan confusiones o costos de oportunidad por los cambios en la brecha y las condiciones financieras, pero bueno, sabemos que el principal determinante del grado de ganancias y de operaciones que tengan avidez por sacar algún paquete o viaje", señaló.

Finalmente, la aceptación o negativa de la idea por parte de la sociedad va a ser determinamente para Escardó; y subsistir de la manera necesaria a través de las circunstancias, es la premisa para Cohen Arazi.