El turismo fue uno de los rubros más golpeados por la pandemia, debido a que se vio obligado a cerrar sus puertas, lo que le generó muy bajos ingresos. Un efecto colateral de esta situación, y que fue protagonista durante la reactivación, fue la contratación laboral y las dificultades para sumar personal capacitado. 

De todas formas, con el paso del tiempo la situación fue revirtiéndose. Tanto es así que la hotelería y la gastronomía alcanzaron los 23 meses consecutivos de incorporación de trabajadores, demostrando que la industria se va levantando paulatinamente.

Según el último informe de Situación y evolución del Trabajo Registrado, publicado en agosto por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, en mayo, el rubro de hoteles y restaurantes se mostró primero en la lista de registro de empleo asalariado, con un incremento del 13,4% interanual.

A su vez, el sector fue el que presentó mayor dinamismo mensual (+0,9%) y, además, se colocó como la industria con la tasa de operaciones más alta desde que el ministerio comenzó con el indicador, en enero de 2009. También, trepó a su mayor nivel histórico de empleo, superando la marca de 2018.

Ante el crecimiento, Matías Lammens, ministro de Turismo y Deportes de la Nación, aseguró: “Estos indicadores tan positivos son fruto del trabajo, de idear programas tan exitosos como el Previaje, y medidas estratégicas para recuperar el turismo receptivo, que actualmente ya ha superado los niveles prepandemia”.

Sin embargo, a pesar del fortalecimiento del sector, en los últimos meses, la situación económica a nivel nacional sufrió turbulencias por consecuencia de la disparada del dólar blue, la devaluación y los altos índices de inflación. Aunque todavía no se nota el impacto que estas modificaciones pueden tener en el turismo, las entidades tanto privadas como públicas se mantienen a la expectativa respecto a la oferta y la demanda.

Asimismo, lo que más preocupa a las asociaciones y empresas de turismo es la incertidumbre respecto a la contratación de empleados. En caso de que los ingresos económicos sean limitados, podría derivar en reducción o estacionalidad de salarios o disminución de oferta laboral (sin parámetros fijos de la demanda).

LA DEMANDA, EL PRINCIPAL CONDICIONADOR

El punto primordial para que la oferta laboral en el turismo se mantenga estable es la demanda de los clientes en todos los rubros que lo involucran, ya sea la gastronomía, ocupación, transporte aéreo, entre otros. 

Lógicamente, la diferencia cambiaria y la devaluación perjudican la actividad argentina y benefician a la extranjera. Es decir, el turismo emisivo y el receptivo generan un balance, ya que uno se ve afectado y el otro no.

De todas formas, el equilibrio no presenta un panorama tranquilizador para las empresas, puesto que la incertidumbre nace a partir de la actividad interna, dentro del país, la cual marca la diferencia. El turismo arrojó resultados positivos en el último tiempo, principalmente durante la temporada de invierno, por lo que la contraposición entre el auge porcentual y la influencia negativa de la economía es verdaderamente incierta, incluso respecto a las próximas semanas.

Por su parte, Martín Romano, tesorero de la Federación Argentina de Asociaciones de empresas de viajes y turismo (Faevyt), asegura: “Desde hace años que la inflación y la devaluación afectan al turismo nacional y al bolsillo del viajero, a pesar de que este fue un muy buen año”, y diferenció: “Por otro lado, en cuanto el turismo internacional, la actividad emisiva está complicada por el aumento del dólar y las percepciones. Hoy en día, viajar al exterior es para muy pocos porque está todo relativamente muy caro”.

En este sentido, remarcó: “De momento, lo que preocupa en la industria es que la situación lleve a un estancamiento económico. Ahí es donde se vería ampliamente afectada la demanda. Por eso, actualmente, la inflación no está generando un impacto fuerte y, por ende, no nos mantiene inquietos el presente sino el futuro”. Además, pronosticó que habrá que ver qué sucede posteriormente a las elecciones generales del 22 de octubre.

En este contexto, Carlos Nuñez, director ejecutivo del Foro Argentino de Consultores y Empresas de Viajes (Facve), suscribió a Martín Romano en que el futuro produce incertidumbre: “La visión que tenemos es que es muy temprano para dar una lectura porque recién van pocos días, sin embargo, es inquietante, ya que se paralizan las reservas y la actividad”.

A su vez, ambos representantes del sector privado del turismo coincidieron en que hasta el momento no se puede realizar una lectura real del problema, por el hecho de que pasó muy poco tiempo desde que la actividad económica nacional se dificultó notablemente. Además, por este mismo motivo, no se atrevieron a brindar porcentajes ni datos específicos sobre qué puede suceder a futuro.

CONTRATACIÓN DE EMPLEADOS, ¿DESAFÍO PARA LAS EMPRESAS?

Teniendo en cuenta el punto anterior, la demanda es un factor crucial a la hora de contratar personal, ya que, dependen ampliamente de la fuente de ingresos.

Bajo esta premisa, Martín Romano destaca: “en lo que respecta a la contratación de empleados, desde el sector privado dependemos de la demanda: mientras se siga acelerando y creciendo no va a haber inconvenientes, ya que las empresas necesitan del capital humano para brindar sus servicios”.

En este sentido, brindó un panorama alentador para el personal de turismo: “si la demanda sigue en ascenso, la contratación de empleados también lo hará porque para crecer se va a necesitar aún más gente”.

Además, aseguró que existen medidas que pueden generar aún más empleo, como el Previaje, el cual “fue fundamental para la previsión de contratación de trabajadores, ya que provocó que la temporada baja no tenga lapsos de estacionalidad, lo que abrió las puertas a más ofertas laborales”.