Charla de Café con Rodolfo Bor
¿Cómo catalogaría el inicio del año?
Fue una buena ocasión para la venta del sur de Brasil y todos los productos que tocaba o rozaba a Chile. En nuestro caso, podríamos decir que no se sintió tanto la devaluación, la diferencia de precio no fue tan significativa. De hecho, en estos meses ha aumentado la venta del producto internacional que tenemos, a diferencia del caribeño.
Y eso, ¿por qué?
Por gustos. Hoy viajar al exterior no está caro. Nuestro país tiene valores elevados, por la inflación y han quedado altos en comparación con otros lugares del mundo y la región.
El fuerte de Opciones pasa por el turismo interno. En relación al año anterior, ¿cuál es la situación?
Hemos experimentado un crecimiento del 7 por ciento en lo que respecta a pasajeros. Después de un buen primer trimestre, hubo dos meses malos: abril y mayo, y después hubo un crecimiento en junio y julio.
Dentro de ese aumento, ¿cuál ha sido el producto más favorecido?
Termas de Río Hondo, sin dudas. Tenemos un muy buen servicio y precio. Además de los sacar coche cama y semi cama, estamos sacando tres grupos semanales en avión. Nos hemos convertido en un operador tradicional del destino.
Sobre el mercado en general, ¿cuál es su visión?
El mercado está, pero hay que hacer una salvedad, este año, en junio y julio, hubo sendos feriados largos. Y esto genera un montón de viajes cortos, a modo de escapadas, lo que incrementa la venta. Esto indica la importancia que tiene para el turismo, ya sea de tres o cuatro días.
Dentro de esa dinámica, ¿cuál es el rol que cumple el agente de viajes?
Está en una situación complicada. Los que trabajan en el corporativo es un caso ejemplificador, ya que con las bajas de comisiones por parte de las aerolíneas, su margen de maniobra son cada vez más chicos, porque los costos de mantenimiento e infraestructura han aumentado y los ingresos por la venta de pasajes bajan.
Mucho de esto tiene que ver Internet.
Es que abrió la posibilidad a que el pasajero llegue de manera directa a la contratación de hotelería directa, inclusive de aéreo. Con lo cual, si el agente de viajes no se aggiorna o adapta, le va costar mantenerse.
Si bien es prematuro realizar un diagnóstico, ¿cuál crees que debería ser el principal tema a tratar?
En cuestión de hacer, marcaría las varias falencias de infraestructura. Nosotros, por ejemplo, hacemos un circuito que se llama “Ruta 40”, que justamente va por ese camino, pero nos encontramos actualmente con un tramo, cerca de 80 kilómetros, de ripio. Otra cuenta pendientes es la falta de hoteles 3 estrellas superior, de una categoría más sencilla, pero buena, ya que los nuevos establecimientos apuntan a una categoría superior,
Para lo que resta del año, ¿cuáles son las expectativas?
Por ahora, no veo con muy perspectiva el futuro. Para el 1º de octubre deberíamos tener las tarifas de la próxima temporada estival y una de nuestras problemáticas que tenemos es buscar proveedores hoteleros que hayan mantenido un equilibrado nivel en costo-servicio. Porque el que sea bueno, bonito y barato, está a pleno en la actualidad. De hecho, una de las cuestiones que estamos analizando en profundidad es cada uno de los destinos, para ver si seguimos o no con los proveedores actuales, porque ahora la exigencia es otra por parte de los huéspedes.
Pero lo que aumentó fue la exigencia de los visitantes, no de las inversiones de los proveedores.
Hay que tener mucho cuidado, porque, para evitar críticas y quejas, debemos elevar el nivel de la hotelería, que a veces es desfavorable. Volviendo a la pregunta, no sólo hay una falta de inversión, sino que además escasea el mantenimiento.
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