Dado lo nebuloso del panorama actual, ¿cómo se encuentran?
Bien, remontando el cimbronazo que significó el cambio de gobierno. Además de esto, la famosa retención de 5 por ciento en las compras de paquetes turísticos y pasajes (oficializada el 28 de diciembre del año pasado), nos trajo varias complicaciones, mucho ruido, y alteró el trabajo normal para la época. Pero estamos volviendo a la normalidad en un mercado que aún permanece extraño, que no es el mismo del 2015, ya que el corporativo no termina de despegar. Sin embargo, el turismo de colectividad, que visita lugares como Francia o Italia, por ejemplo, está funcionando. Igual, esto hay que tomarlo con pinzas, porque no tengo números exactos, no hice mediciones, son sólo sensaciones.

Lo del cinco por ciento, ¿era una medida necesaria? 
Podría haberse realizado mejor, pero bueno, es lo que hay. Por lo menos se eliminaron las retenciones del 35 por ciento, que no eran buenas.  

En cuanto a lo que ustedes ofrecen, ¿cómo fluctuó la demanda de sus productos?
La empresa cuenta con un producto base, el principal, que es la plataforma de gestión para viajes y turismo (cubre las necesidades de mayoristas, minoristas, emisivos y receptivos), pero están los satélites, que cumplen diversas funcionalidades, y sirven en mayor o menor medida a otro mercado. Asimismo, hace un tiempo que notamos que hay un marcado interés por los productos web de interface con otros sistemas. Por ejemplo, poseemos un servicio interesante, que le permite a los clientes de nuestros clientes autogestionarse en una serie de ítems (pedidos, solicitudes, descarga de facturas electrónicas) así como también les permite consultar sus cuentas corrientes. 

¿Por qué recurren a esto?
Porque la sociedad y la vorágine en la que vivimos nos empuja a eso. Cada vez es más la gente que se informatiza, que apela a los avances de la tecnología para facilitarse la vida. Por ejemplo, hoy en día, adquirir un teléfono inteligente es un gran avance, ya que, además de los mensajes, podes chequear los mails desde cualquier lugar el mundo, con todo lo que eso representa. En la actualidad, los clientes empiezan a reclamarle a sus agencias de viajes que se modernicen, es una necesidad, y éstas no tienen más remedio que pedirlo a empresas proveedoras, como la nuestra. 
En síntesis: las agencias se aggiornan a los tiempos actuales más por una demanda de los mismos consumidores, que por una evolución natural. Es ahí donde se les presenta la encrucijada. 

¿Por qué creés que sucede esto?
En primera instancia, porque implica una importante inversión que trae aparejado un costo relativamente grande. Por otro lado, hay un resquemor, sobre todo porque existe un miedo, algo natural e inherente a la persona, de quedar relegados. Muchos creen que si les informan a sus clientes que tienen Internet, los invitan a que prescindan de ellos. Y eso no es así. 

Para lo que resta del año, ¿qué les depara?
Seguirá igual, por el mismo camino. A lo sumo, podrá variar si el turismo corporativo se reactiva. También hay que reconocer que, luego de 12 años, un cambio de gobierno no es fácil. Por otro lado, es muy temprano para abrir juicios de valores, hay que hacerlo más adelante: no se lo puede juzgar a Mauricio Macri por seis meses de gestión. La vorágine en la que estamos inmersos parece que sea una eternidad, pero yo esperaría, por lo menos un año, ya que esto es diferente, ¡y bastante!