Hasta ahora atacamos la emergencia, ahora es tiempo de empezar a construir
¿Cuál es la realidad de Villa la Angostura hoy a dos meses de la erupción?
Vale la aclaración. Esto arranca el 4 de junio, el 6 ya sabíamos en el lío que estábamos metidos; el 10 estábamos intentando informar cuál era nuestro estado de situación con un trabajo interdisciplinario con profesionales y la participación de todas las entidades comerciales, y el 15 ya teníamos una foto de la realidad. De ese trabajo salen todas las medidas de emergencia solicitadas. De inmediato la provincia trajo a sus técnicos y en 15 días más salieron la ley provincial de emergencia, los créditos blandos a través del Instituto Autárquico de Desarrollo Productivo -IADEP-, que son créditos al 0% de interés con un año de gracia y a pagar a 10 años, para recuperar la facturación perdida. Sale el primer bosquejo de ley nacional que presenta la diputada Comelli, que se corrige en Senadores y se aprueba enseguida. Los fondos nacionales no fueron inmediatos en el día cero, pero dentro de los primeros 15 días llegaba primero un millón, después otro, que facilitó el Ministerio de Turismo de la Nación, de los ATN -Aportes del Tesoro Nacional- que salieron a atender la emergencia. Nosotros siempre trabajamos pensando en el día después, que todavía no termina de llegar.
El primer día del resto de la vida de Villa la Angostura...
Claro. Lo importante es que las vidas están a salvo, las inversiones están a salvo, entonces ¿qué queda? queda ver cómo seguimos después de todo ese paquete de medidas, que siempre van a ser pocas en un suceso de este tipo.
Ya tenemos resguardadas las vidas, sabemos que esto no perjudica la salud, que el ambiente es vivible, por lo tanto podemos avanzar en pensar en el después. Lo que falta es que termine la erupción del volcán y empiecen a llegar los aviones porque la remediación, que es el proceso donde la provincia está más fuertemente instalada, donde ya tiene accionados los mecanismos que a 60 días le permiten saber cómo los va a financiar, es un proceso largo. Hay que hacer un trabajo muy organizado con una logística muy difícil para el retiro de la arena del pueblo y es difícil también el sostenimiento económico de esa operación.
¿Adonde llevan las cenizas y arena que arroja el volcán?
Ya se han movido más de 100 mil metros cúbicos de arena hacia varios depósitos finales que son canteras viejas o depresiones naturales.
¿Cuál fue la reacción de la gente de Villa la Angostura el día que empezó la erupción?
Fue un desconcierto muy grande porque la información nos decía que explotó un volcán, que empezó a caer piedra, y a continuación arena. Debido a mis responsabilidades no me detuve a analizar lo que sentía, porque yo tuve que actuar. Tenía el hotel lleno con un grupo de funcionarios de distintos países de América y Europa de una empresa multinacional y me tuve que ocupar de sacarlos de la ciudad. Acto seguido nosotros estábamos cerrando el hotel por mantenimiento y tuve que sacar al personal así que recién me enteré a los 15 días, porque al principio no me quedó más que actuar y actuar.
¿Qué pasó con los pasajeros?
Logramos que los vinieran buscar de Bariloche con las combis de una empresa con quien trabajamos, salieron en el horario en que estaba permitido circular por la ruta esos días, y desde allá viajaron a Buenos Aires en bus.
¿Es verdad que van a tardar casi 30 años en recuperar el paisaje?
No lo sé. Hay tantas teorías que lo único que puedo decir es que soy santacruceño, siempre viví en la Patagonia, pasé el Hudson; y toda la zona está formada de la misma manera y tiene que ver con este tipo de sucesos. Yo no sé cuántos años llevará, lo que sé es que cambió el ámbito, que ahora es distinto, que nos va a tomar un tiempo el acomodarnos, pero que no deja de tener su atractivo. Hoy tenemos un lago de color turquesa muy similar al Lago Argentino. Para el que estaba habituado al lago cristalino le puede chocar pero no deja de ser hermoso. Es una postal única que es de este momento y no sabemos si va a continuar así. Creo que va a llevar el tiempo que nos tome a nosotros acostumbrarnos a que tenemos un entorno distinto, empezar a quererlo y aprovecharlo. Por otro lado la naturaleza se va a empezar a ocupar.
¿Se puede hablar de una ciudad nueva?
No es tanto así, cuando uno recorre Angostura hoy en algunas partes es la misma de siempre, de repente hay sectores donde todavía hay arena acumulada, pero en las vías principales casi todo está ordenado, la fisonomía total no cambio. Nos cambió los matices y los colores. Vamos a caminar no sobre una ceniza volcánica negra como antes sino una blanca, y creo que ese es el diferencial del que hablaba antes, se puede ver desde lo negativo o empezar a descubrir cómo es esa nueva realidad que nos propuso la naturaleza. No nos queda otra opción que aceptar que nos pasó algo importante y de ahí empezar a construir.
Hasta ahora atacamos la emergencia, este es el tiempo de empezar a construir. Claro que vamos a seguir en emergencia hasta tanto no se reactiven los aéreos, queremos volver a la normalidad y estamos en un proceso de reconstrucción muy firme.
¿Qué pasó con la actividad turística de Villa la Angostura?
El momento de la erupción fue justo cuando la preparación de la temporada de invierno ya había terminado. Aquel que tenía que hacer inversiones ya las había hecho, el que tenía que comprar mercadería ya la había comprado y había comprometido los pagos, por la génesis misma de Villa la Angostura donde hay 150 establecimientos hoteleros, de los cuales hay 120 conforman una economía familiar, hoy esas economías están rotas.
¿Cómo afectó a los pequeños proveedores de insumos?
Los establecimientos grandes se surten de mercadería en Bariloche, los locales siguieron con un ritmo de venta enfocado a la vida misma del pueblo. Los supermercados nunca se cerraron. Combustible nunca faltó. Hubo problemas de luz en la primera semana, pero fue más duro desde lo social. El problema en la economía empieza desde ahora cuando los REPRO terminan siendo una sábana corta porque el suceso continúa. Todavía no llegaron los aviones, la región no es confiable porque muchos piensan que es inhabitable, aunque no es así.
¿Cuál es el margen de responsabilidad del empresario y a partir de dónde deben actuar el Estado nacional o provincial?
A mis ojos el suceso tiene una magnitud tal que no es responsabilidad de nadie. Hay una línea muy finita de hasta dónde el gobierno quiere sustentar el caminar de este pueblo, y hasta dónde yo como empresario aguanto. Gracias a Dios esos dos caminos se quieren empezar a unir y empezar a caminar de la mano. Trabajemos juntos o trabajemos juntos, no nos queda otra opción. No puede desaparecer un pueblo porque sí. Más cuando es un fenómeno natural que no trae víctimas fatales de ningún tipo. Nuestro problema es económico. Pero esto se reactiva trabajando, las empresas no quieren ser subsidiadas de acá a la eternidad. En Villa la Angostura el 75% de la actividad económica está en manos privadas.
¿Ese 75% está relacionado con el turismo?
Sí. El motor de Villa la Angostura es el turismo y todo lo que sean inversiones relacionadas a la construcción y demás arranca por el turismo.
En esa convergencia entre público y privado ¿en qué punto están hoy?
Yo diría que esto es más o menos como las relaciones que recién empiezan, porque la Villa no tiene una vida institucional muy fuerte, en la práctica la vida institucional no ha sido muy efectiva y recién está empezando a caminar. Estamos por el buen camino.
El gobierno provincial tiene una postura muy firme en querer ordenar la Villa, lo está demostrando constantemente y nos sentimos muy acompañados. Tanto para ellos como para nosotros es un nuevo camino que hay que andar juntos y todos están sentándose a una misma mesa de trabajo para intentar solucionarlo. Tampoco es que todo esté bárbaro y seamos todos amigos porque hay momentos en que no nos entendemos, fundamentalmente porque no entendemos lo que nos está pasando.
Como la Villa vive fundamentalmente del turismo ¿qué rol cumplió el Ministerio de Turismo de la Nación en estas circunstancias?
El Ministerio de Turismo fue el primero que nos abrió las puertas a los empresarios. Nos reunimos a fines de julio para armar algo, entendiendo que nuestra situación no era sólo para ese momento, teníamos que planificar a futuro. El MinTur fue el primero que envío fondos para la remediación que fue un crédito de 7 millones de dólares que ya estaba otorgado para la región y se le pidió al BID redireccionarlo para atender esta emergencia del Parque Nacional.
Estamos trabajando para este verano que se nos viene y queremos salir a contar este cuento nuevo para salir a vendernos, y en eso el Mintur va a tener un rol fundamental.
¿Qué acciones van a implementar para lograr recuperar la actividad turística?
Acabamos de estar en Expoeventos a través del Bureau de Villa la Angostura, regresamos de la Adventure Sports Fair de Brasil, y vamos a estar acompañando cada una de las actividades de la agenda del Ministerio para contar, por lo menos, que estamos andando para ponernos de pie como corresponde.
La segunda acción que estamos haciendo es sentar a varios técnicos que tendrán que desarrollar un “plan de marketing” para la reconstrucción de Villa la Angostura con un capítulo de prensa, otro de publicidad y otro para internalizar lo que nos sucedió y que todos nos sintamos cómodos con lo que vamos a comunicar y con el mensaje que vamos a lograr. Estamos justo en ese proceso.
¿Se están armando programas para ver una Villa diferente?
Es parte de un proceso que empezó en el minuto cero. Lo primero fue priorizar la seguridad de las personas. Cuando los profesionales aseguraron que las cenizas no eran dañinas para la salud, que las rutas podían transitarse, que el Cerro Bayo no tenía problemas de avalanchas en las pistas que se iban a abrir se empezó a intentar reactivar el turismo abriendo unas 2000 plazas hoteleras y el índice de ocupación fue muy bajo para julio, 2,5º, 3% pero el esfuerzo se hizo igual. Y en todo ese proceso las agencias de viajes vieron que podían armar un cluster de trabajo para que la gente vaya a vivir esta Villa la Angostura, el Bosque de Arrayanes se habilitó, el Bayo abrió intermitentemente, el lago está navegable y se armó el programa “Angostura después del volcán”, que está dando sus frutos muy despacito, pero el sector privado no quiere parar la actividad.
¿Cómo comenzás a relacionarte con el turismo?
Mi vinculación con el turismo empieza en el 2000 cuando con mi mujer nos hacemos cargo del Hotel de Campo Faro de Punta Delgada, en Península Valdés, de Willy y Germán Paats y lo llevamos de una temporada de 60 días a 9 meses.
En el 2004 nos fuimos con nuestro primer hijo, que ya tenía un año, a Villa Pehuenia para que pueda estar en contacto con chicos de su edad. Estuvimos en la Posada La Escondida, que es un lugar increíble, desde septiembre de 2004 hasta diciembre del 2007.
En esos años trabajé para posicionar Villa Pehuenia, además de haber logrado que la hostería gane varios premios y ponerla en el lugar que correspondía, me nombraron director de la región del Neuquentur, y durante el 2005-2007 hice todas las gestiones junto con la provincia, el municipio y la cámara de comercio para llevar periodistas y logramos más de 400 notas entre televisión, radio y gráf