Hace quince años que se dedica a lo que realmente le gusta, que es la industria de la hospitalidad que, confiesa, es su pasión: “lo que me gusta es recibir gente, el contacto cara a cara, hacer de anfitrión, ya sea en mi casa o en algún proyecto personal o profesional. Y esto, a nivel Ciudad, me gustaría que se derrame, que seamos anfitriones”, comienza diciendo Robredo 
Estudió Economía, después trabajó en el mercado financiero y de alguna manera siempre estuvo vinculado a la gastronomía desde muy chico, ya que sus padres tuvieron emprendimientos en el sector y luego armó su propio proyecto de un hotel y restaurante Boutique, siempre con la intención de innovar, buscando hacer algo distinto. Trabajó muchos años en lodges de pesca tanto en Bahamas como en Tierra del Fuego. “La vida me fue llevando hacía esta industria, en la cual me siento muy cómodo y me gusta mucho”, agrega. 

¿Cómo fue tu llegada al Ente de Turismo de la Ciudad?
Cuando el gobierno gana las elecciones se encontró con que tenía que cubrir puestos en Nación, Provincia y Ciudad, por lo que inició una búsqueda con G25, una fundación que hace reclutamiento de equipos de gente con vocación pública. Allí se propusieron ternas y cada uno presentó su propuesta y cuando me dijeron de hacerme cargo de la Dirección Ejecutiva del Ente, no lo dudé. Me llamaron y plantearon: “Tenés 24 horas para decidirte”. Creo que lo decidí en sólo dos (risas). Terminó siendo una grata sorpresa. Si bien, al asumir un cargo como este uno deja de lado muchas cosas, hay muy pocas oportunidades en las que se puede llevar los sueños y las ganas de hacer algo a esta escala. Amo la Ciudad de Buenos Aires, en mi vida he tenido la posibilidad de trabajar y vivir en otras ciudades, como en Nueva York y San Pablo, y siempre Buenos Aires me tiró mucho más. 

Rechazar una oportunidad así sería casi una locura, ¿no?  
Absolutamente. Y como posiblemente no esté tan loco para hacerlo acá estoy. 

¿Con qué te encontraste?
Con un equipo que me sorprendió. En el Ente de Turismo trabajan aproximadamente 200 personas, y algo muy lindo que tiene Turismo es que a lo largo del tiempo ha ido concentrando gente con vocación y amor por lo que hace todos los días. Y lo recalco porque no es común que esto suceda en el sector público. Por eso lo grato de la sorpresa. Lo que estoy haciendo, para conocerlos a todos es tomar desayunos con cada uno los miembros, para saber cómo están en su día a día. 
Otro factor fundamental fue la mudanza hacia un edificio nuevo como este en Parque Lezama, en una zona linda, con buena gastronomía y parques. Las anteriores oficinas del Ente estaban desperdigadas en dos o tres edificios distintos, de esta manera estamos todos juntos, lo que genera una cultura con puestos de trabajo abiertos, y eso es muy lindo.
También me encontré en este proceso de transición, porque Turismo era una suerte de hermano menor de Cultura, y ahora, por una decisión política, depende del Ministerio de Modernización, Innovación y Tecnología, a cargo de Andy Freire, lo cual me parece muy acertado. El ministro Freire tiene muy buena capacidad de generar equipos.

Decir que Turismo era el hermano menor es una definición muy favorable, ya que se lo veía más como un primo lejano. 
Absolutamente. Por eso, creo que ahora tenemos una gran oportunidad. Es decir, empezamos con equipos casi desde cero, porque muchos de los Directores Generales nos conocimos recién con esta gestión. Esto genera algo lindo, ya que todos, con sus respectivos conocimientos y perfiles, estamos empezando con muchas ganas de hacer cosas nuevas. Se han generado bastantes factores que hacen lo contrario a una tormenta perfecta, y es un impulso que debemos y vamos a aprovechar. Son varias las cuestiones para generar, como el material promocional, las innovaciones, las tecnologías aplicadas al Turismo y hay mucho cambio cultural para generar. Ojalá pueda, en los próximos cuatro años, seguir trabajando de la manera que lo vengo haciendo en estos primeros meses. 

Se ve una clara intención de romper con la inercia anterior. Hoy no se puede pretender que el pasajero venga sólo por el Tango o Jorge Luis Borges.
Coincido. La Ciudad aprovechó eso muy bien desde el 2002 al 2009, cuando hubo un tipo de cambio muy favorable y porque el mundo estaba duplicando sus arribos internacionales en ese lapso. Hubo una marea de nuevos viajeros que buscaban destinos distintos y con ese gancho fue suficiente para Buenos Aires. Pero a partir del 2009, empezamos a perder posicionamiento en cantidad de turismo, no en términos relativos, sino en absolutos. ¡Y eso es increíble! Además, otros destinos de la región comenzaron a competir más seriamente con Buenos Aires, como Santiago de Chile, Lima o Bogotá. 

Es increíble que nos puedan competir en el plano cultural o gastronómico, cuando están tan alejadas de todo lo que puede ofrecer Buenos Aires.
En lo gastronómico tal vez Lima pueda competirnos, aunque están acotados en la diversidad de la oferta. En cambio, en lo cultural, nuestra ciudad tiene una enorme diversidad de expresiones. Para describir esto último, siempre utilizo la frase de un periodista americano al que respeto muchísimo: “Buenos Aires es una ciudad con muchas capas, como una cebolla. Depende de uno, cuan profundo quiere ir”. Y eso es fascinante. Tomemos como ejemplo el tango, que para mí es maravilloso por ser el espejo perfecto de la identidad y esencia del porteño y al que uno se puede acercar e ir profundizando más y más. Es el momento perfecto para que nos definamos. Porque Turismo está muy relacionado con el marketing y ventas, y tampoco es una obviedad (del bife de chorizo, malbec y fútbol). Buenos Aires tiene la oportunidad de generar una infinidad de circuitos específicos, con contextualización y descripción para poder conocer en profundidad distintos tópicos: desde la cultura criolla hasta el diseño de moda de diseñadores locales, pasando por un abanico infinito. En eso estamos trabajando. 
Además, tenemos un marco único en el mundo, que es el porteño. Seguimos pensando que Buenos Aires es atractiva porque es la París de América, pero nadie viene a la ciudad por eso, porque para eso se van a París, que seguramente esté más cerca. Nuestro atractivo pasa por la mezcla de pasiones que tenemos los porteños, y eso genera fascinación. A consecuencia de eso tenemos la enorme  cartelera de obras de teatro, el nivel de gastronomía, las mejores librerías, porque en lo que hacemos nos conectamos y nos apasionamos.  

Pero esa identidad se fue perdiendo con el tiempo. Y si comparo Buenos Aires con Nueva York, además de la 5ta Avenida, también tienen un montón de barrios donde vivir experiencias distintas.
Es que lo de Nueva York es una evolución. Se ha humanizado como ciudad. Después de la vulnerabilidad del 9/11, tiene una dimensión humana que la ha hecho extraordinariamente atractiva, aún más de lo que era antes. Y Buenos Aires, en ese plano, sigue dinamizándose y últimamente ha ido diversificando su oferta incorporando más componentes latinoamericanos, lo cual yo celebro. Y esa dinámica de los últimos 15 años se nota en barrios como Retiro, Mataderos o Abasto. 
Al margen de esto, otro atractivo que tiene la Ciudad para el visitante es su seguridad; es caminable, a diferencia de muchas otras ciudades latinoamericanas.

Pero sí se está perdiendo la noche.
Sí, pero más que nada por una cuestión cultural de los porteños. La idea es recuperarla, se está trabajando en eso. La calle Corrientes, por ejemplo, ha perdido gente pero se ha ido desplazando hacia otros lados.

¿Cómo se logra eso?
Apuntamos a segmentar, mediante la ayuda de expertos en diversos temas, para ver qué salimos a mostrar, con mucha más especificidad. Estamos generando mucho material promocional con imágenes, videos, sonidos, que no sean sólo productos terminados sino un banco de imágenes que puedan ser editados permanentemente. Estamos haciendo mucha inteligencia de mercado, incorporando todos los rastros digitales que dejan en los buscadores, redes sociales aquellos que se muestran interesados en nuestro destino o en la región, como para ir viendo qué los atrae y segmentar las propuestas llevándoles cosas específicas con un abanico de productos que se van a generar para que conozcan la Buenos Aires que elijan.  
Vamos a tomar ventaja de la tecnología, ya que en comunicación nos vamos a apoyar  mucho en las redes sociales, etc. 
En lo que respecta a la promoción, seguiremos asistiendo a Ferias, pero vamos a tomar un canal vital, tanto para operadores como agentes, que es del incursionar en las plataformas digitales con el e-learning, y así poder llegar a todos aquellos que estén interesados en la ciudad o que cuando vaya un cliente y les solicite Buenos Aires en cada escritorio de un agente de viajes en cualquier lugar del mundo tengan la posibilidad de que con un click accedan a la capacitación que necesitan y todo lo que puedan ofrecerle a  sus pasajeros.

¿Qué participación tendrá en todo esto el sector privado?
Es clave para lo que estamos haciendo. De hecho, acabamos de generar un mercado virtual, el Marketplace, que es una plataforma tecnológica donde el visitante podrá encontrarse con los proveedores privados para acercarles una enorme oferta de servicios y productos turísticos en donde podrán reservar y, eventualmente, pagar. Sin embargo, éstos, para figurar, deberán cumplir ciertos requisitos, por ejemplo, si es un hotel, además de ser formal, tendrá que tener cuatro estrellas en TripAdvisor. Buscamos que este sea un espacio apetecible para emprendedores, que no cuentan con una gran envergadura, ni posibilidad de hacer marketing. Por otro lado, apostamos por el segmento de Turismo de Reuniones y estamos trabajando en conjunto para diseñar un Plan de Marketing del segmento MICE. Y esto es porque contaremos con el Centro de Convenciones, que es la inversión más importante que ha hecho la Ciudad en materia de turismo en los últimos años: unos 50 millones de dólares. Tenemos una expectativa enorme por el impacto que puede causar, y el derrame económico que van a dejar los congresos, ya que son visitantes con un alto poder adquisitivo. Además, muchos de ellos son líderes de opinión en sus respectivos lugares.  

Aunque la gestión nacional anterior también apoyó mucho al segmento MICE, y hubo grandes logros, ¿no?
Claro que sí, pero ahora tenemos el Centro de Convenciones de la Ciudad que se pondrá en marcha el año que viene y eso implica hacer un esfuerzo extra, porque esa gran inversión realizada tiene que estar acompañada por un esfuerzo de promoción más fuerte Hay que salir a captar esos eventos que antes no podían venir porque no tenían ese espacio.
¿Y qué van hacer con los fines de semana largos que se han desaprovechado en los últimos años?
Sabemos que la ciudad es más emisiva que receptiva en los fines de semana largos, dejándola vacía. Pienso que esto va a cambiar cuando comiencen a verse los efectos del desarrollo de las economías regionales, gracias a la mejora de los precios de los commodities o el tipo de cambio más favorable. Por nuestra parte, estamos tratando de concretar una agenda de eventos importantes que coincidan con los fines de semana largos, como el Campeonato Federal del Asado o la Feria Masticar. Creo que hay que ganar la calle con espectáculos como la Fórmula E y hasta números vivos de lo que sea.

La pregunta que hemos hecho mucho es: ¿por qué Buenos Aires no puede generar las mismas promociones que realizan Salta, Córdoba o Misiones para atraer el turismo interno?
Absolutamente se puede hacer y para eso lo primero que hicimos fue reforzar la pauta para esos días. Lo que hay que tratar de hacer es achicar la brecha entre los que se van y los que vienen. Otra de las cuestiones que debemos hacer es detectar nuevas atracciones y generar oferta para que la gente se sienta atraída. Por otro lado, hay que coordinar con los hoteles, por ejemplo, para que propongan paquetes interesantes en esas fechas y también con las líneas de buses para que pongan tarifas económicas para los pasajeros del interior hacia la Capital, etc. Hay que agudizar el ingenio.  

Un evento que marcará un precedente será en 2017, ya que Buenos Aires fue designada como Capital Iberoamericana de la Cultura Gastronómica. 
Es un hito importantísimo. Además, está totalmente coordinado con Nación, desde donde están brindado un fuerte apoyo. Hay un trabajo en conjunto con la Academia Nacional de Gastronomía ya que es un evento de ellos. Lo bueno de eventos de estas características es que une a muchas partes en pos de un objetivo común y puede tener un efecto multiplicador muy fuerte. Pensamos que en el 2017 nos puede dar una visibilidad enorme.

¿Ahora hay un trabajo de integración entre Nación y Ciudad? 
Sí, así es. El ministro Santos está haciendo un muy buen trabajo, ya que está generando una mayor  conectividad –como se dice fue directo al hueso-, está empujando para lograr la exención del 21 por ciento del IVA, que, dada la situación del país, no es fácil que un Ministro de un área que no sea Economía se haga escuchar. Ante eso, me saco el sombrero. Es decir, son señales que te hacen pensar que está bueno lo que pasa y, si llegara a pasar, podríamos estar en igual de oportunidades y competitividad con Uruguay, Chile, Perú.