Un vuelo de American Airlines se vio obligado a aterrizar en el aeropuerto de Raleigh-Durham, en Carolina del Norte a causa de fuertes olores.

El vuelo, que no se esperaba aterrizase en Raleigh-Durham, tomó tierra a las cuatro de la tarde, momento en el que el incidente fue reportado a las autoridades. Durante el episodio, algunos pasajeros culparon a las fuertes flatulencias de una de las pasajeras, aunque la compañía, luego, en un comunicado, se encargó de desmentirlo.

Lo que fue una sospecha sobre una de las pasajeras, luego pasó a ser, de acuerdo a las autoridades del aeropuerto, "una llamada médica", porque los miembros de la tripulación sintieron ardor en los ojos y dolores de cabeza por el olor al que describieron como flatos.

Ross Feinstein, el portavoz de la aerolínea, publicó un comunicado: "Teníamos un avión procedente de Charlotte, Carolina del Norte, a Raleigh-Durham, que aterrizó a las 2:19 p.m., y llegó la puerta de embarque a las 2:21 p.m., que está actualmente fuera de servicio por un problema mecánico y un hedor en la cabina. Pero no es debido a unas flatulencias como se mencionó".