El intercambio de aviones, según Ignacio Cueto
Si bien la mayor línea aérea latinoamericana es uno de los actores más interesados en conseguir ese beneficio para modernizar e incrementar las eficiencias de su filial, la medida beneficia a toda la industria, además de afianzar medidas de confianza entre ambos países.
“Creemos que son los pasos naturales que debiera ir dando la autoridad para abrirse tal como lo han hecho otros países en la región”, señala Cueto, tras participar en el programa de sostenibilidad colaborativa “Recicla Tu Viaje” presentado por LATAM en Santiago. El máximo directivo de la compañía enfatiza en la necesidad de que autoridades y la industria aérea trabaje en conjunto para avanzar en la eliminación de barreras para la aviación en la región.
No es la primera vez que LATAM, como otros actores de la industria, llaman hacia una armonización de la normativa entre los países de la región, ya que es la única forma de igualar condiciones con los grandes bloques económicos como lo son la Unión Europea o los Estados Unidos. En conferencias o foros de la industria, se ha puesto en evidencia el tema regulatorio como un mecanismo que ralentiza procesos o eficiencias que se pueden conseguir. “Como países pequeños no podemos competir al mismo nivel con grupos de países en el resto del mundo”, puntualiza el presidente de LATAM.
La semana pasada, la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) de Argentina firmó un memorándum para la vigilancia de la seguridad operación con la Dirección General Aeronáutica Civil de Chile (DGAC), documento que, si bien no autoriza un intercambio de aviones, abre la posibilidad para que las líneas aéreas de ambos países utilicen aeronaves registradas en el Estado contraparte. De aprobarse, operadores aéreos argentinos podrían utilizar aviones con registro chileno (CC-) en vuelos dentro o desde su territorio, tal como las líneas aéreas chilenas pueden hacerlo en la actualidad, pese a la inexistencia de este acuerdo.
Históricamente, la normativa trasandina exige que todos los operadores que cuenten con un Certificado de Explotación de Servicios Aéreos (CESA) –equivalente al AOC- deben operar con equipos registrados en Argentina (LV-), atender sólo rutas en el país o que conecten a este con terceros y sean operados o atendidos con personal argentino. Por consiguiente, se impide la rotación de aeronaves con otras empresas y en terceros países, limitando oportunidades de crecimiento.
El uso de aeronaves con registro extranjero no implica que tripulaciones o personal técnico argentino vean afectados sus puestos de trabajo, ya que el beneficio sólo guarda relación con el material de vuelo. Por lo mismo, la Cámara de Compañías Aéreas (JURCA) apoya la flexibilización de la norma, especialmente ante el contexto actual.