Son tantas las aplicaciones tecnológicas que podrían ayudar a solucionar algunos de los problemas que atañen a la aviación comercial de hoy en día que han dejado de ser terreno de la ciencia ficción para pasar al plano experimental, y no son pocos los que hablan de su posibilidad comercial en no muchos años. 

Una de las preocupaciones de la industria es la falta de pilotos. Un informe de Boeing estima que la aviación civil requerirá 790.000 nuevos pilotos comerciales en las próximas dos décadas. Una alternativa para hacer frente a esta demanda es necesitar cada vez menos comandantes de vuelo por lo que los expertos auguran un futuro no muy lejano con aviones autónomos.

Airbus es una de las empresas que dice disponer de la tecnología necesaria para hacer despegar aviones de pasajeros sin pilotos o con un solo piloto, y está lista para implementar esa tecnología hoy.  El mayor problema que deberían enfrentar los constructores de aviones es la percepción del viajero, con la sensación subjetiva de seguridad. 

Tanto se ha avanzado en el tema que varios fabricantes han presentado aviones no tripulados en el Salón Aeronáutico de París de este año, principalmente con fines militares o como ‘taxis aéreos’. Sin embargo, por ahora, ninguna aerolínea comercial tiene previsto vuelos comerciales autónomos. Y tampoco hay normas legales establecidas de cómo esos aviones deberían ser operados y supervisados.

Algunos de los expertos consultados han dicho que los clientes estarían más dispuestos a aceptar la automatización si las empresas pudieran demostrar que una computadora reaccionaría de la mejor manera y de la forma más rápida si ocurriera algo inesperado. Una fase intermedia podría llegar con un solo piloto a bordo, encargado de supervisar el proceso o manejar manualmente el avión durante el despegue y el aterrizaje.


La contaminación por el uso de combustibles fósiles es una de las mayores críticas que se le hace desde hace unos años a la aviación comercial.  

La alternativa que está teniendo más fuerza entre los que avizoran el futuro de la aviación comercial basado en nuevas tecnologías es la de los motores totalmente eléctricos. El presidente de Airbus ha admitido que “Hay un desarrollo en tecnologías eléctricas y tecnologías de baterías que permiten el vuelo eléctrico de corta distancia de una manera económica”.  

Una de las premisas es que para que este tipo de vehículos aéreos sean capaces de recorrer largas distancias, tendrán que encontrar otras fuentes de energía a las que hoy existen porque los aviones tendrán que tener más baterías para que alcance la cantidad de energía almacenada en el combustible de aviación.

Elon Musk, CEO de Tesla, dio a conocer su punto de vista, y sueña con ver grandes aviones eléctricos en 2024. “Las baterías todavía tienen una autonomía bastante limitada. En los próximos cinco años va a cambiar esta situación, pero debe mejorar sí o sí la densidad energética de las baterías. En el kerosene es mucho más alta que en el ion-litio, pero los motores eléctricos pesan menos y convierten la energía almacenada en un movimiento más eficaz si la comparamos con los motores de combustión”, declaró el empresario a través de su cuenta de Twitter.

Más allá del deseo de Musk, hay otros proyectos para poner en marcha los ansiados aviones eléctricos para pasajeros. La startup israelí Eviation está fabricando un avión de pasajeros regional totalmente eléctrico para nueve pasajeros, y se estima que podrá ser utilizado en 2021. El objetivo es transportar a nueve personas en un viaje de 1000 km. Otra idea de renombre es la que lleva adelante Pipistrel, un proyecto esloveno con naves de menor tamaño que ya ha comenzó con todas las pruebas necesarias.

Por su parte Boeing considera que el futuro de la industria va de la mano con la inteligencia artificial: “Ya se usa en el transporte aéreo, pero de forma limitada. Es necesario volver a pensar qué podríamos hacer con más sensores en el avión. ¿Seríamos capaces de despegar bajo unas condiciones climáticas imposibles para un piloto? Con sensores y con inteligencia artificial sí que se puede. Es fundamental ayudar a los pilotos en pleno vuelo, aterrizaje o despegue”, afirmó Greg Hyslop, CTO de la empresa.

EasyJet siempre en la vanguardia

Johan Lundgren, director ejecutivo de EasyJet, dejó entrever la posibilidad de cubrir rutas menores a 500 kilómetros para 2027, como el trayecto que une Ámsterdam y Londres, por ejemplo. Con este nuevo proyecto, la compañía busca reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 10% por pasajero para el 2022. 

La aerolínea firmó un acuerdo con Wright Electric el año pasado para desarrollar, construir y operar una avión totalmente eléctrico. Aunque tampoco descarta un segundo concepto de avión híbrido que utilizaría una celda de combustible de hidrógeno almacenada en la bodega del avión; de este modo, se podrá almacenar la energía mientras el avión frena al aterrizar, misma que después serviría para cargar las baterías ligeras del sistema cuando la nave esté en tierra y sin necesidad de encender los motores a reacción.

Ventajas de los aviones eléctricos 

A primera vista, los aviones ligeros eléctricos suenan interesantes por su bajo costo de operación, su escasez de ruido, y la posibilidad de recargar baterías en cualquier aeropuerto sin un suministro constante de combustible. Incluso, las operaciones de mantenimiento serían mucho más simples para los equipos de trabajo en tierra, como así también para los técnicos de mantenimiento. Durante los próximos 20 años, los aviones ligeros eléctricos apoyarán el entrenamiento de 500.000 futuros pilotos que requerirán las aerolíneas, según Boeing. 

Noruega en carrera

Los aviones eléctricos son ya una realidad y, para 2040, Noruega tiene la intención de que todos los vuelos de corta distancia que salen de sus aeropuertos sean en aeronaves que funcionan con baterías.

Es una de las promesas de mayor alcance que se han hecho para reducir la contribución de la aviación a las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero hay una barrera importante: todavía no se están construyendo aeronaves de propulsión eléctrica de tamaño comercial. Dag Falk-Petersen, el director de la compañía aeroportuaria noruega Avinor, cree que esto cambiará muy rápido. “Hace unos tres años, nuestro consejo de administración fue a Airbus, en Toulouse, y nos dijeron que ya habían estado trabajando mucho en esta área. Y también la Nasa y Boeing, a través del [fabricante de aviones] Zunum Aero. Es por eso que decidimos tener un programa para electrificar los vuelos en Noruega”, explicaba. ¿Por qué Noruega? El país es un buen lugar para tales experimentos porque gran parte del territorio es montañoso y hay muchas islas cercanas a la costa, lo que significa que hay numerosos vuelos de corta distancia.