Aumentar para reducir
Una considerable reducción en los subsidios a los grandes aeropuertos de Estados Unidos generó un desacuerdo entre las compañías aéreas y el gobierno estadounidense, debido a que hará que las aerolíneas y ciudadanos que viajen en avión deban pagar hasta US$32.000 millones en tasas sobre el tráfico aéreo y la seguridad durante los siguientes 10 años. Este plan de la Casa Blanca busca disminuir el déficit fiscal del país. Las compañías aéreas y otros grupos del sector, no demoraron en objetar sobre la medida y destacar que la industria ya está sobre cargada de impuestos y sobrerregulada.
El gobierno de Barack Obama quiere que las compañías más importantes, sus pasajeros, los jets corporativos y los aeropuertos asuman más costos de los viajes aéreos y las mejoras en la infraestructura aeroportuaria, que durante años han estado a cargo de los contribuyentes.
Entre el aumento y la seguridad
Según la propuesta, la parte de los pasajes que ayuda a financiar la revisión de los pasajeros y de su equipaje en más de 400 aeropuertos de Estados Unidos, podría duplicarse hasta alcanzar un mínimo obligatorio de US$5 por cada tramo de viaje. La tasa subiría 50 centavos por año a partir del 2014, elevando el total a US$ 7,50 en el año 2018 y permitiría al Departamento de Seguridad Nacional recaudarla por su cuenta.
Los gobiernos de Bush y Obama ya habían intentado aumentar las tasas de seguridad que implicaba revisar a los pasajeros y a sus equipajes en busca de armas y bombas. Pero lo que realmente preocupa a las compañías aéreas es que ahora el Congreso pueda ceder a recortar el gasto federal y aceptar estos cambios. Por otro lado el gobierno espera que las reformas redunden en nuevos ingresos de entre 9.000 y 25.500 millones de dólares en 10 años, también propone que las aerolíneas y aviones corporativos paguen un impuesto de salida de US$100 para ayudar a cubrir los costos de la Administración Federal de Aviación (FAA), encargada de controlar el tráfico aéreo, el cual recaudaría US$ 7.400 millones en 10 años, según estimaciones del Gobierno. El presupuesto también plantea recortar los fondos garantizados de subvención para los aeropuertos medianos y grandes en US$ 926 millones en el 2013 a 2.400 millones.
A su vez los aeropuertos tendrán flexibilidad para aumentar ciertos cobros en los pasajes para recaudar ingresos por su cuenta con el fin de realizar obras de infraestructura.
Mientras tanto el Congreso no quiere dar autoridad a los aeropuertos para recaudar más dinero a través de un alza de las tasas, que tienen un máximo de US$4,50 por pasajero y vuelo.