Dentro de las tendencias mundiales, el turismo de lujo se instala como una de las actividades más demandas. Desde hace ya varios años, los viajeros priorizan destinar más dinero en su viaje, pero, al mismo tiempo, garantizar unas visitas más renovadas y reconfortantes.

La modalidad consiste en un estilo de vacaciones que requiere mayor poder adquisitivo y, por ende, ostentaciones inhabituales a las que no accede el común denominador. Sin embargo, al menos en el último tiempo, la calidad se desprendió de los hoteles cinco estrellas o restaurantes de primer nivel y se tornó hacia el lado de las experiencias.

En la actualidad, los turistas de clase alta prefieren, además de dormir en los colchones más cómodos, ser sorprendidos por parte de los agentes de viajes, hoteleros, gastronómicos y demás.

En el caso de Argentina, la práctica creció notablemente debido a que muchos destinos perfeccionaron su oferta. Por este motivo, Mensajero aludió a Gustavo Schwindt, mánager general de Viajes Memorables, y María del Mar Musciatti, CEO de Mundo MBA, quienes explayaron cómo se desarrolla la actividad en el país, cuáles son los puntos fuertes y debilidades, y cómo se prepara para lo que se viene.

Gustavo Schwindt.

LA IMPORTANCIA DEL TURISMO RECEPTIVO

El motor sustancial para el turismo de lujo en Argentina es la visita de extranjeros. En este punto, podría influir el tipo de cambio, ya que, al salir favorecidos en la brecha cambiaria, están dispuestos a invertir más en las vacaciones y, por ende, no limitarse en los gastos y destinar su dinero en experiencias de alto nivel. Incluso, teniendo en cuenta que en 2022 llegaron 7,4 millones de visitantes en el receptivo y, en 2023, casi 6 millones (entre enero y octubre), podríamos afirmar que mueve la actividad en gran parte.

En este contexto, Schwindt indicó: “En primer lugar, es importante fundamentar que se ha pasado de la ostentación a algo más experiencial. Ahora se trata de momentos que te den el detalle del lujo, no solamente un hotel, una limusina, un helicóptero o un avión privado. Eso pertenece más al status, pero en Argentina, hoy por hoy la práctica oscila más por el lado de cómo vivirlo”.

En consiguiente, especificó: “La mayor parte de turistas que llevan a cabo la práctica en Argentina son extranjeros porque están más acostumbrados y buscan productos como los que ofrecemos en el Norte, Cataratas, Mendoza, Ushuaia y demás”, y sentenció: “Los argentinos prefieren viajar fuera del país antes que consumir esos destinos”.

Por otra parte, Musciatti expresó: “La práctica depende mucho de la inversión extranjera y de que el Gobierno les permita acceder, porque ya ha pasado que se la han puesto trabas. El potencial está; hay ciudades que son divinas, pero se necesitan cambios tanto desde la parte privada como pública, como la falta de desarrollo de rutas”.

María del Mar Musciatti.

LA PREPARACIÓN DE LOS DESTINOS ARGENTINOS

Para la modalidad de lujo, Argentina ofrece ciudades con alto potencial tanto para la ostentación como para la experiencia. Ha sabido aprovechar sus recursos como el clima, paisajes, conectividad, entre otros.

De esta manera, Gustavo Schwindt remarcó: “En Argentina, tenemos varios nichos de lujo de acuerdo a los mercados emisores. Por ejemplo, los brasileños trabajan mucho el producto Mendoza, el cual se está convirtiendo en uno de los destinos más demandados por consecuencia de su gastronomía y degustaciones”. Además, puntualizó: “Para el mercado, los destinos más buscados son Iguazú y El Calafate”.

También, concluyó: “A nivel servicios, estamos muy bien posicionados. Somos un país que se vende muchísimo por la diversidad que ofrece. Sin embargo, a nivel costos no estamos tan competitivos, ni en el mercado de lujo ni en el tradicional. Esto se debe a que, las tarifas son muy caras en comparación con otros países. Hay almuerzos que cuestan alrededor de 100 mil pesos”.

Desde el otro lado, María del Mar Musciatti afirmó: “En la región, Argentina es una de los mejores para el turismo de lujo. Hay países muy preparados, como Perú, pero nosotros no tenemos nada que envidiarles. Además, nos favorece nuestro territorio extenso y variado; desde el Norte hasta Ushuaia hay experiencias completamente diferentes y todas son excelentes”. 

Sin embargo, también consideró que algunas provincias no están tan desarrolladas. “En el Norte existen muchas falencias, tanto a nivel estructural como servicial y hay proveedores que no están; y en algunos lugares del Sur también sucede lo mismo”, argumentó. 

De todas formas, la CEO ejemplificó sobre cuáles son los mejores lugares para llevar adelante el turismo de lujo: “La práctica se da correctamente en Ushuaia, El Calafate, Bariloche, Villa La Angostura, Iguazú, Esteros del Iberá, entre otros; también, Salta ha crecido porque le ha puesto empeño”.

Incluso, Musciatti también expresó su favoritismo: “La mejor posicionada es Mendoza. Claramente, su oferta es la más variada, para todo tipo de público, y en cuanto al lujo, es la más desarrollada en lo que refiere a servicios en toda la extensión de la provincia”.

Buenos Aires.

EL BALANCE EN ARGENTINA: CÓMO SE DA Y DÓNDE SE DEBE FOCALIZAR

Si bien el turismo de lujo en el país se encuentra estable y reflejando números alentadores, los especialistas aseguran que el potencial abarca aún más y, de cara al futuro, podría mejorar, en caso de que se aprovechen los materiales.

Así, Schwindt manifestó: “Considero que Argentina necesita reafirmar su estructura de lujo, a pesar de que en cada destino tenemos uno o dos hoteles muy marcados para la actividad. La provincia más preparada es Buenos Aires, pero también se posicionan Iguazú, Mendoza, entre otras. También es muy bonita Esteros del Iberá, que, paradójicamente, es más visitada por extranjeros”.

Y, por último, incentivó: “Creo que en el último tiempo, el turismo de lujo en Argentina ha crecido notablemente y lo va a seguir haciendo porque los viajeros están tomando su estilo de vida con más firmeza en cuanto al día a día. Hay más conciencia sobre gastar y divertirse ahora, en el presente, y no después”.

Paralelamente, Musciatti cerró: “En los últimos años, la actividad creció mucho nacionalmente. Lógicamente, hay provincias que se fortalecieron más que otras, pero en líneas generales mejoró, más que nada después de la pandemia. Argentina entendió lo que significa el turismo de lujo y lo que puede aportar, con lo cual, lo replicó muy bien”.