Cayó un rayo sobre las carpas que en primera fila miran al mar. "Fue un destello tremendo, un gran fogonazo", resumió una testigo todavía conmovida. El estruendo sacudió desde la línea de carpas hasta los edificios céntricos. El rayo que a media tarde, en lo que era el inicio de una típica tormenta de verano, sacudió al balneario Áfrika dejó tres jóvenes muertos y 22 personas heridas, una de ellas de suma gravedad.

Fue todo pánico en la arena. En medio del diluvio, con más truenos y rayos, y la conmoción de los bañistas que poco entendían lo que ocurría, se improvisó un operativo de rescate y asistencia de las víctimas. Guardavidas, empleados del lugar y varias personas que hasta pocos momentos antes disfrutaban de la playa, todos intentaron ayudar, mientras familias enteras, sorprendidas y aterradas, huían del parador con sus hijos pequeños en brazos.
Las víctimas mortales fueron identificadas anoche como Gabriel Rodríguez, de 20 años, oriundo de Henderson; Nicolás Elena, de 19 años, de 9 de Julio, y Agustín Irustia, de 17 años, de San Luis. Los tres murieron en el acto y sobre la misma arena. "Estaban quemados, los rostros violetas", coincidieron dos clientes del parador que intentaron asistirlos. Esta mañana confirmaron el fallecimiento de la cuarta víctima, Priscila Ochoa, de 16 años.
Uno de los internados en el Hospital Municipal de Villa Gesell que reviste el cuadro de mayor gravedad, por una broncoaspiración y traumatismo raquídeo, es una chica de 16 años. Permanecía anoche en la sala de cuidados intensivos. Profesionales que la atienden confirmaron que no se la podía trasladar a un centro de mayor complejidad, ya que su estado de salud era "muy delicado". El resto de los heridos, según el primer parte, está fuera de peligro.
"Fue tremendo, como una sensación de fuego en la primera hilera de carpas", contó Osvaldo García, responsable del parador Dalí, lindero a Áfrika y bien cerca de las carpas que enfrentan al mar y que fueron epicentro de esta tragedia (ver aparte).
La tormenta eléctrica llegó poco después de las 16, cuando había transcurrido un día gris y pesado. También caluroso, lo que había llevado a mucha gente a disfrutar de la playa a pesar de la ausencia de sol.
Cuando cayó el primer chaparrón y los nubarrones oscuros se acercaban, comenzó el éxodo de bañistas. Pero muchos se quedaron, incluso en el mar o compartiendo juegos en la orilla. "Un grupo se quedó jugando al voley y entre ellos estaba alguno de los chicos que fallecieron", contó Mariano, un catamarqueño de 16 años que vio todo desde su carpa, a menos de 30 metros de donde cayó el rayo.
"Fue una explosión y toda mi familia corrió para proteger a los más chiquitos y a mi abuelo", dijo el adolescente a la prensa. Cuando se acercó a las primeras carpas vio a varias personas tendidas en el piso y escuchaba gritos. "Le levanté la mano a uno para ayudarlo y se le cayó pesada, como si estuviera muerto", dijo sobre uno de los jóvenes tendidos frente a la carpa número 5. Varios más estaban a su lado.

Reposeras como camillas
Aún bajo el diluvio, con los guardavidas a la cabeza, se organizó la asistencia. Mientras llegaban los equipos médicos de emergencia, se intentó evacuar a los heridos. Se usaron las reposeras como camillas. También un cuatriciclo que estaba en el lugar para llegar hasta la avenida costanera, por entonces ya anegada, lo que impedía el acceso a las ambulancias y patrullas. Para los traslados de los heridos más leves se utilizaron también camionetas particulares. Los heridos viajaban en la caja como podían, todo con tal de llegar rápido al hospital. Mientras tanto, los guardavidas hacían intentos vanos con técnicas de reanimación cardiopulmonar. "Intentaron, pero los chicos murieron en el acto", contó un empleado del parador.
Un turista afirmó que fue de los primeros en llamar por teléfono y pedir ambulancias y médicos. "Tardaron entre quince o veinte minutos, una eternidad para un caso como éstos", dijo a la prensa. El intendente de Villa Gesell, Jorge Rodríguez Erneta, negó demoras en el arribo de los equipos profesionales y dijo que el operativo "fue ágil y eficiente".
El gobernador Daniel Scioli viajó desde Mar del Plata para tomar contacto con los heridos y familiares de los fallecidos. En tanto, el ministro bonaerense de Salud, Alejandro Collia, confirmó que las tres muertes fueron in situ, en el mismo balneario, y que a la adolescente que está grave "se le hizo reanimación desde la playa hasta el hospital, donde sigue bajo cuidados intensivos". Ella y su hermana, ambas de San Luis, podrían ser trasladas en las próximas horas al Hospital Interzonal de Mar del Plata.
Entre los heridos hay turistas que son clientes del parador y también dos empleados que se desempeñan como mozos en las carpas. "Los chicos estaban con quemaduras en las piernas y muy asustados, pero bien, sin peligro", comentó uno de sus compañeros, que seguía con sus manos en la cabeza, como intentando comprender lo que había ocurrido.
Aún se desconoce con exactitud dónde cayó el rayo. Las víctimas estaban todas en la arena. Fuera del mar y cerca o bajo las carpas de la primera fila. Una versión refiere al caño que oficia como pie de una sombrilla armada frente a uno de esos toldos. Otra apunta a las cajas de seguridad metálicas que se instalan en los travesaños de madera de las carpas como destino de la descomunal descarga eléctrica.
El ministro Collia recordó antecedentes de casos fatales en playas argentinas, pero destacó la particularidad de lo ocurrido ayer: "Todos tenemos la precaución de no estar en el mar durante una tormenta, pero aquí todas las víctimas estaban en la arena, muchos incluso dentro de las carpas", resumió.
"Fue una gran explosión que nos hizo temblar el edificio", dijo una vecina que vive frente al parador Áfrika.
Mientras se completaban los peritajes, se rescataban pertenencias de los bañistas que vivieron la tragedia. Impactaba una reposera cargada con sombrilla, dos tablas para correr olas, una heladera de playa todavía con bebidas. Una pelota de rugby y otra de voley en la que se leía, escrito a mano y con marcador: "San Luis". La que usó Agustín Irustia para aquel partido bajo la lluvia que antecedió a la tragedia.

"Vi a los carperos volar tres metros"
"Vi a los carperos volar tres o cuatro metros por el impacto, que provocó el fallecimiento de un hombre que murió calcinado en un cuatriciclo y de otro que estaba jugando al fútbol", relató Osvaldo García, dueño del parador Dalí, en el balneario Afrika, al referirse al momento de la caída del rayo.
García contó que vio "una bola de fuego y se escuchó un ruido tremendo".
Al momento de caer el rayo era poca la gente que aún se encontraba en el balneario. Según trabajadores de Afrika, "por fortuna una buena cantidad de gente se había retirado del lugar por la lluvia, sino hubieran sido más las personas afectadas" por la descarga electrostática natural.
"Había llovido un poco, paró y se volvió a largar. Gracias a Dios se había ido mucha gente, si no, no sé cuántos heridos más contábamos", dijo al canal de noticias TN Mariano, uno de los trabajadores del balneario.
Mariano contó que tuvieron que trasladar a los heridos "con lo que podían". "Los llevamos en sillas, reposeras, lo que fuera que encontráramos a mano", indicó.
Mike Pinazo, guardavida de un balneario situado a dos cuadras del lugar del accidente, relató: "Cuando cayó el rayo sentimos la explosión y vimos como una luz, pero supusimos que no había pasado nada, pero de pronto vimos a una señora gritando y haciendo ademanes por la playa y lo primero que pensamos es que se había ahogado algún turista".

El resplandor
"Yo estaba en la playa y escuché a la gente comentar sobre las nubes negras que se acercaban. Eran las cuatro de la tarde. Poco después empezaron a caer las primeras gotas y con ellas muchos veraneantes se fueron", contó Fernando Soria, un turista que se retiró minutos antes de que cayera el rayo en el balneario Afrika.
El joven contó que cuando llegó al dúplex donde pasa sus vacaciones, que se encuentra sobre el paseo 123, a cinco cuadras del balneario donde ocurrió la tragedia, vio un "resplandor increíble" a sus espaldas.
"Iluminó toda la casa y [con] un ruido tremendo", precisó Soria, que también relató que, según le contó un vecino que sí presenció desde la playa el momento en que cayó el rayo, "la gente corrió a las carpas y desde allí empezó a pedir ayuda a los gritos".
"El primero en sacar los cuerpos fue un cuatriciclo, que trasladó a una señora y un señor, ambos en traje de baño, que quedaron fulminados", comentó Soria. Luego se confirmaría que las víctimas mortales, que se produjeron en forma instantánea, fueron dos hombres y una mujer.
Mariano, otro testigo, dijo que "el rayo cayó en el sector de carpas de la playa" durante una tormenta. El joven, que desde hace años veranea en la zona, aseguró que "nunca antes cayó un rayo en la playa", como ocurrió ayer.
"Fue una tragedia, en medio de una gran tormenta", describió por su parte el periodista local Juan Martín Fernández.

"Nos salvamos por apenas cinco minutos"
"En el momento en que cayó el rayo, estábamos a unos 30 metros, entrando a la casa. Habíamos estado toda la tarde en la playa, pero decidimos irnos por los chiquitos, porque se había largado a llover. Nos salvamos por cinco minutos", contó a LA NACION Jorge Casali, kinesiólogo de Santiago del Estero que veranea en Villa Gesell con su mujer y sus dos hijos.
"Primero fue un fuego, una luz y el ruido -describió Casali-. Después fueron unos veinte segundos de silencio hasta que empezó a oírse el griterío de la gente. ¡Fue terrible!"
Ya dentro de la casa, que se encuentra a menos de media cuadra del balneario Afrika, Casali salió al balcón desde donde pudo tener una visión panorámica de la situación: "La gente gritaba, y una persona salió pidiendo auxilio. Lo ayudaron, sacaron primero un muerto, después otro y otro, y unas 30 personas desvanecidas".
Los primeros en acudir al balneario fueron policías, contó Casali. Después llegó una ambulancia y a continuación los bomberos. "La ambulancia tardó unos 15 o 20 minutos, la verdad es que me parece que se demoraron bastante", opinó.
"En poco tiempo, los policías sacaron la carpa donde cayó el rayo para peritarla, y ahora la playa está cercada -comentó Casali, que ayer por la tarde había concurrido a Afrika junto con su familia y una familia amiga-. Después el parador se llenó de gente de la televisión, e incluso vino mucha gente curiosa a ver qué pasó."

Fuente: La Nación